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EL SOLDADO



      Un joven había regresado del servicio militar y el pastor le pidió que diera un breve testimonio sobre sus experiencias en el ejército.    El muchacho aceptó pero solicitó que antes, la congregación cantase el himno "firmes y adelante".    Despues dijo:
      Acabamos de cantar "firmes y adelante, huestes de la fe..."pero lo malo es que ahora yo sé cómo funciona un ejército y me resulta dificil compararlo con nuestras iglesias.   La disciplina de los soldados es muy distinta a la manera de actuar de muchos cristianos.
      Supongamos nada más, que al pasar revista del batallón, el Sargento notara que algunos soldados faltan en las filas y preguntara por ellos:
      - ¿Por qué no está el soldado Fulano?
      - Está enojado con el soldado Perengano, mi Sargento, y dicidió no venir más al cuartel - respondió el Cabo.
      - Bueno - respondió el Sargento - alguna vez se le pasará el disgusto y entonces volverá al regimiento.   ¿Y el soldado Mengano?
      - Mengano me pidió que le informe que está un poco cansado por el "simulacro del otro día" y por que lo mandaron a hacer guardia dos veces en una semana, mi Sargento.    Y tambien dijo que si no dejan de molestarlo con tantas actividades, se va a ir al ejército de otro país.
      - Es una pena - manifiesta el Sargento - le mandaré una cartita para que refleccione.    ¡ Ajá ¡ Hay otro que falta.   ¿Donde está el soldado Zutano?
      - Zutano tuvo que asistir a una importante reunión de los dirigentes del Club "Los Once Unidos" y manda a decir que lamenta muchísimo que hoy no le sea posible venir al cuartel, pero él estuvo en las maniobras del mes pasado.   También le manda muchos saludos, mi Sargento, y dice que siempre está recordando al batallón.
      - Muchas gracias - contesta el amable Sargento - diganle que venga cuando pueda, aunque sea un poco más tarde. Por último, ¿Que pasa con el soldado Pascualin?
      - El soldado Pascualin se quedó acostado, mi Sargento. Dice que tiene mucho sueño y le duele el callito.    Pidió que usted vaya a visitarlo...
      Repentinamente, el joven que contaba esta amena historia se detuvo y preguntó a la congregación:
      ¿Creen ustedes que un ejército podria ser así?   Sin embargo, nosotros cantamos "Firmes y adelante huestes de la fe".    Pero si la iglesia fuera un verdadero ejército, muchos miembros de iglesia serían fusilados.