A 37 años de su sacrificio
Y a los que te utilizan
como tema del sermón
y hacen todo lo contrario
no les permitiremos
más discursos en tu honor
ni que usen tu retrato
si van a predicar lo que no son.
Frank Delgado (trovador cubano)
Este 09 de octubre conmemoramos una vez más el aniversario doloroso de la muerte de Ernesto Che Guevara, líder auténtico de la revolución latinoamericana. Como éste no trata de ser un artículo fúnebre más, ni quiere pecar del romanticismo habitual en los fariseos que invocan su nombre, trataremos de hacer un deslinde a partir de las palabras del Che, entre la vía burocrática y la vía revolucionaria. Empecemos por un recuento histórico.
El 23 de octubre de 1966 el Che parte de Cuba y llega a Bolivia el 03 de noviembre. Mario Monje, el secretario general del Partido Comunista Boliviano (PCB) no concurre inmediatamente a la cita con el Che, sino que viaja a Bulgaria y no regresa hasta el 22 de diciembre. Éste era solo un pretexto para viajar a la URSS y recibir las últimas órdenes que consistían en aislar a la columna guerrillera y procurar su fracaso. El Che, enterado de su regreso, envía a Papi a traer por la fuerza a Monje y bien dice el enviado que casi tuvo que arrastrarlo al monte. Ya todos conocemos los resultados de esa cita infausta: Monje pretexta que requiere el mando absoluto de la guerrilla, pero lo que hay en el fondo es su oposición a llevar a cabo la tarea insurgente y amoldarse a la línea soviética del tránsito pacífico al socialismo. La ruptura entre Monje y Guevara es inmediata, por eso la guerrilla queda aislada y a merced de sus perseguidores. Sin apoyo de las masas organizadas, de los sindicatos que controla el PCB y de su propia estructura de cuadros, sólo puede contar los días que le quedan y asumir su destino heroicamente.
Para quien tenga dudas sobre la polémica que plantea el Che acerca de la revolución en América Latina, trascribimos las anotaciones en su Diario. El 31 de diciembre de 1966, la discusión con Monje muestra todas las fisuras entre la línea del Che y los Partidos Comunistas: Pedirle a Codovila (PC chileno) que apoyara a Douglas Bravo (guerrillero venezolano) era tanto como pedirle que condonara un alzamiento dentro de su partido.
El 24 de julio: Raúl habló a la promoción de oficiales de la Escuela Máximo Gómez y entre otras cosas, refutó las calificaciones de los checos sobre el artículo de los Vietnam. Los amigos me llaman un nuevo Bakunin y se lamentan de la sangre derramada y de la que se derramaría en caso de tres o cuatro Vietnams.
El 10 de Agosto: Largo discurso de Fidel en que arremete contra los partidos tradicionales y, sobre todo, contra el venezolano. Parece que la bronca entre bastidores fue grande.
El 8 de septiembre: Un diario de Budapest critica al Che Guevara, figura patética y al parecer irresponsable, y saluda la actitud marxista del Partido Chileno que toma actitudes prácticas frente a la práctica. Cómo me gustaría llegar al poder, nada más que para desenmascarar cobardes y lacayos de toda ralea y refregarles en el hocico todas sus cochinadas.
Aquel diario de Budapest que critica a la figura patética e irresponsable del Che sólo retransmite la línea oportunista de la URSS y sus satélites. Saluda la actitud marxista del PC chileno, el cual se amoldará a los dictados de Moscú incluso hasta refrendar el fracaso de la experiencia de Salvador Allende y de la Unidad Popular. Recordemos algo que no deberíamos olvidar: justamente fue el PC chileno quien recomendó al general Augusto Pinochet para que ocupara un sitio en el gabinete de Allende. El Che se anticipa y requiere del poder para restregarles sus cochinadas a los lacayos y cobardes que desde ya ha desenmascarado. Sugerir que el Che era un nuevo Bakunin, implica tildarlo de anarquista, acusación injusta y desproporcionada.
Vistos los hechos, cabe preguntarnos: ¿La imagen del Che puede ser proclamada por quienes traicionan en la práctica su mensaje? Personalmente creo que la tarea de conmemorar el sacrificio del guerrillero heroico, no puede recaer en manos de fariseos. El pensamiento político del Che se abre camino al medio de lo que rotulamos en aquellos años como la Polémica Internacional, después del XX° Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, cuando Jruschov se propone revisar los fundamentos de la estrategia revolucionaria. La URSS ha comenzado entonces la degeneración que algunos creen que se inicia con la Perestroika, el Glasnot; y el ulterior derrumbe del socialismo real que sólo asombró a incautos.
La revolución cubana triunfa mediante la lucha armada y sin constituirse como partido comunista hasta mucho después de la victoria, contra todos los pronósticos del jruschovismo. La expansión del ejemplo cubano y el surgimiento de las guerrillas en América Latina, contrastan con las desviaciones que plantea Jruschov y la URSS. Mario Monje es tributario de esas desviaciones y acata incondicionalmente los dictados de su jefatura internacional. Por eso traiciona al Che en Bolivia.
El 9 de octubre de 1967, a la 1.10 pm el sargento boliviano Mario Terán dispara mortalmente contra el Che Guevara. Para ejecutarlo, el minúsculo sargento necesita estar ebrio, pues se trata de asesinar a un prisionero desarmado sobre el cual se posan todas las miradas del mundo. Pero quedaba su Diario, como dedo acusador contra quienes conspiraron para que el camino insurgente fracase y se ponga en práctica la vía burocrática. Ante ese mensaje, Fidel dice:
Pudieran estar también interesados en que este Diario no se conociera nunca los seudorrevolucionarios, oportunistas y charlatanes de toda laya, que autoconceptuándose marxistas, comunistas y otros títulos por el estilo, no han vacilado en calificar al Che de equivocado, aventurero, y cuando más benignamente, idealista, cuya muerte es el canto de cisne de la lucha armada revolucionaria en América Latina. Sí el Che -exclaman-, máximo exponente de esas ideas y experimentado guerrillero, fue muerto en las guerrillas y su movimiento no liberó a Bolivia, eso demuestra cuán equivocado estaba! ¡Cuántos de estos miserables se habrán alegrado de la muerte del Che, sin sonrrojarse siquiera de pensar que sus posiciones y razonamientos coinciden por entero con los de los oligarcas más reaccionarios y el imperialismo!
De este modo se justifican a sí mismos, o justifican a dirigentes traidores que en determinado momento no vacilaron en jugar a la lucha armada con el verdadero propósito -según se pudo ver luego- de destruir a los destacamentos guerrilleros, frenar la acción revolucionaria e imponer sus vergonzosas y ridículas componendas políticas, porque eran absolutamente incapaces de ninguna otra línea; o a los que no quieren combatir, ni combatirán jamás, por el pueblo y su liberación y han caricaturizado las ideas revolucionarias haciendo de ellas opio dogmático sin contenido ni mensaje a las masas, y convertido las organizaciones de lucha del pueblo en instrumentos de conciliación con los explotadores internos y externos, y propugnadoras de políticas que no tienen nada que ver con los intereses reales de los pueblos explotados en este continente.
Para no luchar habrá siempre sobrados pretextos en todas las épocas y en todas las circunstancias, pero será el único camino de no obtener jamás la libertad. El Che no sobrevivió a sus ideas, pero supo fecundarlas con su sangre. Con toda seguridad sus críticos seudorrevolucionarios, con su cobardía política y su eterna falta de acción, sobrevivirán a la evidencia de su propia estupidez.
Creo que las palabras del comandante Fidel Castro bastan para no decir nombres ni señalar siglas. El lector supone y acierta, sobre todo si revisa quiénes cobran cédula viva (del parlamento burgués) por la Ley 20530 y siguen auto- proclamándose revolucionarios. Hoy la juventud postergada por líderes vitalicios en los partidos tradicionales, retoman la imagen y el pensamiento del Ernesto Che Guevara para construir una alternativa auténticamente revolucionaria.
¿Y cómo llegamos al apoyo de Cuba?... A través del pensamiento del Che, y valorando la vocación internacionalista de los peruanos Juan Pablo Chang, Lucio Edilberto Galván y Restituto José Cabrera Flores, caídos en combate bajo su jefatura.
Socialismo o muerte... ¡Venceremos!