[ Versión original en inglés / Original version in English ]
Este artículo fue publicado en la sección "Vida" del "San Jose Mercury News", el 11-IX-1993. Es un resumen de un estudio que demuestra que la creencia religiosa y la conducta ética tienen poco o nada en común.
Y NO LO QUE YO PREDICO
Por Richard Scheinin
Cuando se trata de mentir en currículums laborales, hacer trampa en los exámenes o plagiar reportes, la gente que se considera a sí misma como devotos asistentes a la misa, suele dejar su ética en la puerta de la capilla cuando vuelven a sus casas y trabajos.
De hecho, según un estudio a ser publicado próximamente, la conducta ética de las personas que dicen que la religión es esencial en sus vidas no se suele distinguir de aquellas que la describen como poco importante.
Los descubrimientos van en contra de la intuición, de lo que se espera, dice Michael Josephson, fundador del Instituto de Ética, en Marina del Rey, que investigó y produjo "Éticas, valores, actitudes y conducta en los EEUU: El impacto de la creencia religiosa, sexo y edad".
"Hay una suposición general de la gente que las personas religiosas son más honestas que la no religiosa", dice Josephson. "Lo son", dice haciendo pausa para enfatizar. "ligeramente".
Josephson basó su opinion en los resultados de entrevistas acerca del comportamiento ético de cerca de nueve mil personas, sesenta por ciento de ellos menores de veinticinco años. Más de cinco mil personas respondieron sobre el grado de su religiosidad.
Entre otras cosas, el reporte dice que 13 por ciento de la gente que considera esencial la religion ha mentido para conseguir trabajos, en oposición a 15 por ciento de los irreligiosos; que 36 por ciento del mismo grupo religioso ha mentido en los exámenes de bachillerato secundario, en comparación a 39 por ciento de los irreligiosos; que 30 por ciento de los que consideran esencial la religión hicieron trampa en la universidad, comparado con 29 por ciento de los irreligiosos; y que 20 por ciento de los religiosos admitieron entregar trabajos de otros como propios, contra 21 por cierto de su contraparte los irreligiosos.
Hubo algunos puntos brillantes para el grupo religioso: solamente 18 por ciento admitió haber robado mercadería de una tienda el año pasado (29 por ciento de los irreligiosos lo admitieron).
Y aquellos que dicen que la religión es esencial, fueron menos cínicos: tendían a objetar que sea necesario mentir o hacer trampa para avanzar en la sociedad, y eran menos propensos a decir que estén deseando hacerlo. "La gente religiosa es mucho más optimista acerca de sus virtudes", dice Josephson.
¿Qué significa todo esto?
"Parece que el pecado original continúa prosperando, y no es noticia nueva", dice el Reverendo Richard John Neuhaus, comentarista social que edita "First Things: A Monthly Journal of Religion and Public Life".
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El instituto se propuso analizar el impacto general de la fe religiosa en la conducta sin clasificar por denominaciones de fe específicas. Los que respondieron las preguntas acerca de la religiosidad fueron separados en cuatro grupos: los que respondieron que la religión "no es importante", los que dijeron que es "algo importante", los que dijeron que es "muy importante", y finalmente los que dijeron que es "esencial" para sus vidas.
Solamente cuando se consideran los extremos, los grupos que caracterizan a la religión como "no importante" y como "esencial" hubo alguna diferencia discernible en el comportamiento ético. De otra manera, la conducta del grupo "no importante" fue indistinguible de los otros.
Un estudio de Gallup en 1992 demuestra que los miembros de las iglesias son más caritativos que aquellos que no son miembros. 78 por ciento de los miembros de las iglesias han hecho donaciones de alimentos, ropa u otro tipo de pertenencias el año anterior, en comparación con el 66 por ciento de los no miembros; el 54 por ciento ha ayudado directamente a un vecino necesitado, comparado con 42 por ciento de los no miembros; y 37 por ciento ha ayudado directamente a un persona sin techo, en oposición a 33 por ciento de los no miembros.
Otras encuestas demuestran que la gente religiosa es menos propensa a manejar un auto en estado de intoxicación o robar en el puesto de trabajo. Pero como en el estudio de Josephson, la manera en que la gente caracteriza su religiosidad no parece tener siempre un efecto dramático en la forma en que viven. Quizás esto no sea sorprendente.
"A uno le gustaría creer que la gente que se dice cristiana devota, se comportaría también en una forma acorde a la ética cristiana", dice Neuhaus. "Pero pastoral y existencialmente, sé que ése no es y nunca ha sido el caso".
Unos pocos comentarios sobre el artículo. Primero, no existen estimaciones de error, por lo tanto las comparaciones de las que habla el articulo probablemente sean inmersiones estadísticas. Segundo, no estoy seguro de lo que significa la palabra "irreligioso" en el contexto de este artículo. A veces significa solamente ateos y agnósticos, pero en este caso significa aquellos que creen que la religion "no es importante" en sus vidas, lo que incluye un gran número de cristianos. Finalmente, sería interesante saber si la diferencia en el comportamiento entre los que van a misa y los que no van, no es más que nada una cuestión de "presión entre semejantes", y no que los que van a misa sean más "morales".
Michael Wang < mmwang@mv.us.adobe.com>
Última modificación, Lunes 30 de junio de 1997
Traducido al castellano por Sergio <ateismored@yahoo.com>.