INTRODUCCION

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Fundamentalmente a partir de la década de los 90 existe una actitud holista e integradora de los procesos y productos de la realidad, como si existió a mediados de siglo, la cual está acupando la concepción de Tecnología. Es decir que lo que hoy vivimos no es fruto de una acción consciente, de naturaleza colectiva y masificadora de la sociedad, empañada en construir, en reiterpretar, en falsar o en re - inventar o en dinamizar conocimiento básico, todo lo cual, es bien sabido, si fue común en las épocas posternacentistas de la europa de la ilustración. Su influjo integrador y holístico llegó hasta corridos los años 70 del siglo XX en concepciones que estando ausentes en los 80 y 90 por fortuna hoy reconociendo su valor inmanente, en materia educativa se estímula su reincorporación. De alguna manera imposible de soslayar, para hablar del bosque tenemos que referirnos a sus elementos o especies constitutivas. Por ello hablar del progreso y desarrollo social a partir la Tecnología y la Cieciancia, es apenas un imperativo de entre otros igualmente connotados. La noción generalizada que se tiene de Tecnología asume por tanto al computador, al fax, al satélite, etc., como signos de desarrollo y progreso.

Sin lugar a dudas, la computarización nos puede ayudar para lidiar con la complejidad del mundo moderno y la presión de la escasez de recursos, pero los problemas asociados con la misma no deben no deben ser disfrazados.



Con tal pretensión, que hace gala de avances significativos en las Telecomunicaciones y erigidos en resultados investigativos serios que dan a la imágen, al color y al sonido fortalezas magnas, se provee para la educación un modelo que no hace desplazar al adulto hasta su fuente emisora (como el estudiante lo ha venido haciendo tradicionalmente, hasta la escuela), sino que al contrario, es tan audaz que hasta los rincones domésticos puede llegar con eficiencia, confianza y discreción.