La serie de actividades organizadas para lograr los propósitos del proceso educativo, constituyen sólo la segmentación de una proceso integral, donde cada etapa está definida por su carácter único y trascendente en la medida en que consolida la adquisición, actualización o perfeccionamiento de una habilidad, o saber, involucrando adecuadamente información, interés, reflexión, transferencia y valoración dentro de dinámicas sociales de interacción intencionada y dirigida a una meta común, sin la exigencia de lograr un sentido único, pues lo esencial es trascender la reconstrucción individual a partir de confrontar y negociar significados, saberes, experiencias y expectativas.