Graduación: usualmente en mayo
¡¡¡Hey!!! Felicidades,
graduando y graduado. Llegaste a la meta... Debes estar muy orgulloso y tambien lo están
esas personas que te quieren y aprecian. No es para menos. Pero no es el final del camino.
Hay muchas metas más que alcanzar, ya sea que sigas estudiando o comiences a dar muestras
de lo aprendido. Te invito a que sigas esforzándote y luchando por alcanzar las más
altas metas, realices tus sueños más preciados... Paso a paso. Realízate y cada vez que
venzas obstáculos y llegues a la meta más próxima, felicítate, eres un graduado. De
hecho, cada día lo eres, todos lo somos ya que esta vida es aprender...
Cariñosss, Yaz.
Dedico esta página a mis sobrinos estudiantes que cada año comienzan a seguir la ruta
hacia el éxito y la sabiduría, en un mundo de aventuras, de esperanzas y sueños... |
Te has graduado
Desde hoy termina tu sendero,
te abre sus puertas el camino
que ha de conducirte a tu destino,
valiente pedestal del futuro.
Yo te saludo, graduando,
porque el crisol del estudio
fundirás las simiente
que ha de guardar para siempre
en un cáliz inmaculado
lo bello de nuestro pasado,
la llave de nuestro futuro
y el éxito de nuestro presente.
Mensaje
a los Graduados
Queridos graduados, permítanme tomarles unos minutos para contarles un cuento. ¿Un
cuento? ¡Claro! Un cuento.
Una alondra con experiencia paseaba acompañada por una alondra muy joven una soleada
mañana de verano. La alondra experimentada le hablaba a la otra y le hacía ver lo
maravilloso que es tener alas y volar hasta las alturas. Pero la alondra joven, tenía
puesta toda su atención en el tintinear de una campanita que llegaba a sus oídos desde
la tierra. Picada de curiosidad bajó y vió a un hombre con una canasta sobre la cabeza
que gritaba: "¡Vendo lombrices por una pluma!"
A la alondra joven le encantaban las lombrices y sin pensar más decidió. Arrancó una
pluma de sus alas y la cambió por dos lombrices. Se las comió con gusto y regresó donde
la alondra experimentada.
Al día siguiente escuchó de nuevo la campanita y bajó a la tierra. Cambió plumas por
lombrices. Todos los días venía a hacer lo mismo. En una ocasión dió cinco plumas por
diez lombrices. Al cabo de unos días compró lombrices pero no pudo batir sus alas para
subir hacia las alturas. Estaba condenada a arrastrarse en vez de volar.
Esperamos que las cosas pequeñas, lo que es hoy y mañana no es, lo que aparenta saciar
pero te quita valor y pureza, lo que te detiene para evitar que subas hasta las alturas,
no te convenzan, ni te quiten el impulso de los que triunfan. Atrévete a levantar alas
como los que ya vislumbran nuevas victorias y llegar.
-Autor: Laurita Berríos- |
Background Set por Susie
Yaz Designs 1999 ©
6-99
Ultima actualización: June 27, 1998
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