Al dejar ir y dejar a Dios actuar, nuevas oportunidades se abren ante mí. No me doy por vencido cuando una puerta se cierra en mi vida, porque sé que Dios abrirá una ventana a nuevas oportunidades. Cuando llego a lo que parece ser el final de una relación, empleo o estilo de vida, confio en Dios y dejo ir. Dejo ir y dejo a Dios abrir el camino a las nuevas oportunidades que me esperan. Dejo ir y dejo a Dios actuar. Dios me muestra el camino y me da la fortaleza y el valor que necesito para dar el primer paso hacia una nueva dirección o dar un paso atrás si fuera necesario. Dejo ir y dejo a Dios actuar. Dejo ir los temores y cualquier preocupación que pueda tener sobre el futuro. Dios esta a cargo y sé que me guía al lugar donde encontrare gran satisfacción y paz. "Confía en Jehová, y haz el bien… Y EL TE CONCEDERA LAS PETICIONES DE TU CORAZON" Salmo 37: 3-4 |