Respuesta del Presidente Chávez a carta de CEV Caracas, May. 16 Señores: Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida y presidente de la CEV. Ignacio Antonio Velasco García, Arzobispo de Caracas y Primer Vicepresidente de la CEV. Ubaldo Ramón Santana Sequera, Obispo de ciudad Guayana y segundo Vicepresidente de la CEV. Monseñor José Hernán Sánchez Porras, Secretario General de la CEV. Excelentísimos Señores Obispos: tengo el altísimo honor de conducir; en nombre de esa avalancha humana que tomó la decisión irrevocable de cambiar el destino de la República; en nombre de quienes luchan por su restauración moral; en nombre de los excluídos y explotados de todas las horas, hijos de nadie y dueños de nada; en nombre de los mártires y olvidados de siempre, que no tienen quien les escriba; en nombre de los millones de hombres hundidos en esta patética, evidente e inmerecida miseria que les oprime el corazón y les quebranta el alma...; en nombre de quienes fueron obligados a vivir de tragedia en tragedia... y les cuesta salir de ese infierno; en nombre de quienes avanzan inspirados al calor de las luminosas reflexiones que ahuyentaron esas tinieblas; en nombre de ese olvidado pueblo que me catapultó a la Presidencia con la poderosa humildad de su sufragio para evitar desencadenamientos destructivos... Y, en nombre de nuestro amor por el Redentor del Mundo quien bajó de la cruz para luchar por los desposeidos; un Supremo Alguien que ilumina estos caminos con su llama profunda de iluminación y a la luz de cuya doctrina se da respuesta a vuestra Carta Abierta: En primer lugar, para él, El Padre Celestial, oriente vuestros designios hacia la justicia social, camino de la paz para la humanidad entera en cuanto predilección de Cristo por los desvalidos y excluidos de la sociedad; y, en segundo lugar, porque tengo la íntima convicción de que siempre es grande, siempre es justo, siempre es noble conspirar contra la mentira y dar testimonios fehacientes de la verdad: ¡¡Llamo a la conciencia de todos contra el formalismo tradicional que traduce vana búsqueda de preferencias y nunca el perfeccionamiento de los espíritus!!. En un revolucionario auténtico - y Jesús de Nazareth lo fué hasta el punto de ser El Vencedor de la Muerte- la convicción es obligante: el revolucionario debe ser sincero consigo mismo; pero ¿qué significa eso para quienes carecen de las sutilezas del espíritu y mienten a conciencia invocando preceptos sustentados en prejuicios, intereses y pasiones...? En este momento histórico crucial para Venezuela, personificadores del Viejo Orden oligárquico- unidos sólo para que todos los negocios dependan de su arbitrio- acuerdan que lo esencial es dejarlo todo igual: Invocan preceptos contrarrevolucionarios y alientan todo tipo de obstrucción, como el falso rumor, técnica predilecta de quienes sienten amenazados sus privilegios...Se engañan...Están ciegos; No quieren ver que estamos saliendo de una larga noche...no quieren ver que es imposible construir el edificio de la Venezuela posible sobre el terreno movedizo del pantano...; no quieren ver el camino fulgurante de la revolución; no quieren ver que estamos en combate denodado contra los sistemas de las oligarquías. No quieren ver el verdadero amor del pueblo se alcanza con elevadas actitudes que son las que permiten afirmación de fé en sus ideas: "Lo que habéis recibido gratuitamente trasmitidlo gratuitamente", decía Jesús, con amoroso acento. ¿No reside en ello la esencial definición de la Justicia Social?. Resulta fácil manipular "una experiencia de siglos" para denominar despectivamente "revolución Chavista" al apasionado fuego de la especie que hoy inflama el corazón de los Bolivarianos; resulta fácil ser caja de resonancias para los intereses del capitalismo salvaje; para impedir que las grandes mayorías oprimidas durante tanto tiempo y que hoy empujan la revolución, despierten de la horrible alienación. A todas las cosas se les deben dar las formas que corresponde a su propia estructura; no obstante, las reticencias para captar los matices de la revolución impiden ver la institucionalidad que existe en la forzosa provisionalidad legislativa inherente al mandato -óigase bien- mandato constituyentista del 06 DIC 98; en tal sentido resulta fácil descalificar el proceso acuñándosele el "mentir sistemático", porque no se quiere percibir la sutileza de una avasallante pasión que no cabe en moldes puntofijistas, sino en los de una revolución que desborda desde el inconsciente de este pueblo heroico que ayer hizo la historia de América y hoy está empeñado en alcanzar un destino superior. Igualmente y por correlación de ideas, podríaseles responder, también al calor del Evangelio, En efecto, las luchas de Jesús con la hipocresía fueron siempre contínuas. Su vigorosa elocuencia no hace concesión a la mentira: "¡Ay de vosotros, escribas y fariceos hipócritas!, Porque limpiáis el exterior de la copa y el plato; pero el interior, que está lleno de rapiña y codicia, no lo tenéis en cuenta. Fariseo ciego, lava primero el interior y después te ocuparás de la limpieza del exterior". (Mateo XXIII; 13-26). Monseñores: Resulta fácil afirmar, como está consignado en vuestra Carta Abierta, que "Dios no está ni bendice ningún proyecto del hombre, en ningún campo, incluido el político". ¡Cuidado! ¡El abismo llama al abismo! El Libro de la Sabiduría nos dice en su Capítulo Primero: 7. "Por cuanto el Espíritu del Señor llena el mundo universo; y como comprende todas las cosas, tiene conocimiento de todo, hasta de una voz. 8. Por eso el que habla cosas malas no puede escondérsele; ni escapará del juicio vengador. 9. Pues se le interrogará al impío hasta sobre sus pensamientos; y llegarán al oído de Dios sus palabras y sus obras, para castigo de sus maldades. ¿Y qué enseña Jesús de Nazareth a quienes ignoran que los pueblos responden al idealismo superior personificado en Él, como Camino, Verdad y Vida?: "En verdad os digo que aquel que no entra en el redil por la puerta es un ladrón. Aquel que entra por la puerta es el verdadero pastor. Las ovejas oyen su voz; las llama por su nombre y las conduce a los pastos; camina delante de ellas, y las ovejas le siguen porque conocen su voz. El ladrón no viene sino a robar, a matar, a destruir. El mercenario, a quien las ovejas no pertenecen, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye. Pero yo soy el buen pastor; yo conozco a mis ovejas; mis ovejas me conocen y yo doy mi vida por ellas". (Juan X, 1-16) Señores Miembros de la Conferencia Episcopal. La revolución encarnada en el 4F arranca precisamente de la imperiosa necesidad de revivir y de redimir principios de un pueblo acorralado. No se trata de defender "principios y valores" de la pequeña minoría oligárquica que acumula ganancias fabulosas, sino los de un pueblo abandonado que, por humilde, sufre la miseria y la desgracia de la carestía de la vida y la especulación. Nada nace de nada: Todas las revoluciones sociales de la Humanidad están relacionadas con el alma de los pueblos. La historia enseña que la coexistencia de factores espirituales, sociales económicos, culturales y geográficos contribuyó a la formación de Venezuela y que los hechos desencadenados el 4F fueron resultado de la conjugación de una serie de causas que venían gestándose desde hace más de un siglo e hicieron posible que por vez primera se produjera esta sui géneris insurreción militar cuya filosofía permite alentar y estructurar una República verdaderamente democrática e independiente, como la soñó Bolívar. Jefe de Estado y del gobierno revolucionario, estoy en la obligación de representar el lugar geopolítico de Venezuela y, por tanto, percibir sus particularidades sin que los árboles impidan ver el bosque. Esa percepción permite afirmar que no soy intimidable. El proyecto revolucionario no tiene marcha atrás: habremos de rubricar, en colectivo, y tatuar con sello indeleble la página que escribimos con tanto honor y sacrificios. La filosofía educativa de la revolución de 4F se sustenta en la redención del espíritu en rectitud (Moral y Luces) y, el fin supremo del correspondiente proyecto político, como resorte principal que mueve los resortes secundarios, se resuelve en la frase !Tierra y hombres libres, Elección Popular y Horror a la Oligarquía!. Sólo restableciendo la relación de equilibrio de las células sociales de nuestra querida Venezuela podríamos honrar a la justicia cristiana que es la que permite alcanzar la Paz. Señores Miembros de la Conferencia Episcopal Las palabras vuelan y los escritos permanecen: Lo que está más lejos de mi persona es la mentira y la perfidia. Imploro el soplo sagrado del Espíritu Santo para la feliz realización del movimiento ecuménico que ha emprendido la Universal, Católica, Apostólica y Romana Iglesia del Cristo Redentor, y espero con fervorosa pasión revolucionaria que todas las profesiones de fé puedan acceder y acomodarse con sutíl desprendimiento al proceso de cambios profundos que mayoritaria y legítimamente ha venido realizando nuestro pueblo. La prudencia pedagógica debe orientar caminos de adecuación a esas circunstancias históricas en las que nos encontramos y, a cuyos fines aspiro se despejen persistentes equívocos para que nadie desmaye en la íntima convicción de su pensamiento respecto de la Santa y Universal Iglesia Católica. De igual forma reafirmo la unívoca connotación de mis palabras a lo largo y ancho del ámbito planetario en torno al proceso revolucionario que pacíficamente adelanta nuestro pueblo, a pesar de las barreras que recurrente y evidentemente se le oponen... Ninguna revolución ni contrarevolución conseguirá que dejemos de estar unidos en religión a la gran familia universal a cuya cabeza figura el santo nombre de Jesús. El Cristianismo puro se presenta al nombre cabo de veinte siglos, con el carácter de religión universal y eterna porque la religión de Jesús es la religión de todos los corazones. Fruto de un movimiento espiritual completamente espontáneo, libre desde su nacimiento de toda traba dogmática, habiendo luchado durante trescientos años por la libertad de conciencia, el Cristianismo pese a las caídas que sufrió, recoge los frutos de su divino origen y, para renovarse, no tiene más que regresar al Evangelio. Jesús ha sido el primero en proclamar la soberanía del espíritu; La fundación de la verdadera religión es su obra. Después de Él, sólo queda desarrollarla y fecundarla. Quizás no faltará quien quiera desfigurar mis criterios - y precisamente en el preludio de las definitorias elecciones del 28 de Mayo - para hacer ver, maliciosamente, que el proyecto político no se sustenta en la grandeza de nuestras ideas e ideales bolivarianos sobre el porvenir, sino en el mentir sistemático; en la falta de transparencia/credibilidad y fuerza moral para realizar ningún cambio y, en consecuencias, es involutivo... La imaginación proporciona alas al pensamiento: prestarse a perturbaciones políticas y escándalos en nombre de apetitos y resentimientos obnubila la luz del Evangelio y la doctrina social de la Iglesia de Cristo... No conviene despertar otras espantosas tempestades en el mundo. Mi dignidad como Primer Magistrado de la Nación me impone como obligación no retroceder, como no retrocederé, en la tarea pedagógica de decir al pueblo lo que sistemáticamente se le ocultó durante tanto tiempo y que es himno gigantesco al mandato de Bolívar: "Dí la verdad a los hombres": El pueblo se encuentra escarnecido, olvidado, excluido y arrinconado debido a las trampas a que ha sido sometido secularmente por el sistema de las Oligarquías. Procedo con firmeza porque consecuencias impredecibles pueden preverse del menor rasgo de debilidad por parte del Gobierno para despejar el camino de la revolución. Para sobrevivir como Nación tendremos que espiritualizar la educación, practicar la Verdad y perfeccionar la Libertad, caminos éstos, pacíficos, para alcanzar el Bien Común, la Justicia Social y la Seguridad Jurídica. Sólo enalteciendo la vida de los millones de necesitados y hambrientos de todo el país podríamos realizar los cambios y alcanzar los fines del Estado. Si permitimos que se cierre el camino pacífico de la revolución, nadie podrá impedir que se realice por los caminos de la violencia, como advirtió John Fitzgerald Kennedy. El rumor de esa violencia se percibe sutilmente en la patética y dramática reflexión de Paulo VI: "Mientras que en algunas regiones una oligarquía goza de una civilización refinada, el resto de la población, pobre y dispersa, está privada de casi todas las posibilidades de iniciativa personal y de responsabilidad, y aún muchas veces incluso viviendo en condiciones de vida y de trabajo indignos de la persona humana. La prolongada avaricia no hará más que suscitar el juicio de Dios y la cólera de los pobres, con imprevisibles consecuencias" (Encíclica "POPULORUM PROGRESSIO"). Y si tuviéramos que partir de los viriles pronunciamientos de Bolívar y de la violencia en el raciocionio que derivan sus moralizadoras premisas, tendríamos que calificar delito de lesa humanidad la entronización del liberalismo salvaje, porque este ocasiona más y más barreras entre las clases y los sectores sociales y desalientan a los más necesitados en su esfuerzo común. La implementación de patrones político-económicos de shock aniquila el sistema de valoración moral preexistente, deteriora el "modus vivendi" del hombre, lastima su íntima naturaleza, desnuda su pudor; degrada, proletariza, arruina su dignidad y le deshumaniza y, al final, le impide su realización como persona. ¿Consecuencias? El delito colectivo. |