"No hay alternativas frente a la globalización. Es un proceso irrevesible, oponerse a ella es oponerse a la ley de la gravedad". Estos argumentos (podríamos añadir tambien que la globalización nació de la voluntad de Dios) son el discurso de una gran parte de la clase política latinoamericana, la cual no quiere admitir, por ignorancia interesada, que este proceso no es ni más ni menos que la apropiación de las riquezas de la naciones por y para un grupo compacto de empresas, mayoritariamente estadounidenses que anhelan adueñarse del mundo. Aún más grave, esta misma clase política y varios intelectuales latinoamericanos, lo cuales tienen la audacia de autoproclamarse progresistas, han usado la historia como instrumento de alienación con la bendición y el financiamiento de organizaciones de reflexion neoliberal (los famosos Think Tanks). Según ellos, la experencia de los países socialistas y la caída del muro de Berlín son pruebas últimas de que cada vez que un pueblo quizo alzarse contra la injusticia, las consequencias fueron peores que los males denunciados. En otros palabras, ser servil es el destino del pueblo latinoamericanono puesto que por naturaleza sería impotente: no se pudo ser, no se puede ser, no se podrá ser.

Esta actitud se asemeja a esa de las burgesías locales durante los tiempos de las colonias. Los colonialistas de aquellos tiempos habian logrado hacer creer a los pequeños burgueses locales que sólo con este sistema ellos podrían mantener una supuesta hegemonía económica y cultural sobre las poblaciones ( de politica ni se hablaba).

Una gran parte de la izquierda no escapa a este esquema. Complacientes y oportunistas, muchos de sus aparentemente hijos pródigos han aceptado una de las más grandes distorsiones del fin del siglo XX: la democracia liberal como único modelo de desarollo para el continente, ademas se han convertido en su mejores voceros.

Podríamos nombrar a Jorge Castañeda, ex asesor de los sandinistas al principio de los ‘80, hoy en día ministro de relaciones exteriores del Presidente Fox de México, quien escribía a inicios de los ‘90:"La izquierda tiene que luchar por el presente, ni menos ni más " en su obra Utopía desarmada, obra emblemática de esos tiempos de renuncias. Castañeda, está por supuesto a favor de la extensión del NAFTA hacia todo el continente (a través del ALCA). 90% de la exportaciones mexicanas van a los Estados Unidos gracias a las maquiladoras. Cómo se puede hablar de una verdadera zona de libre cambio? México, desde que se desarolló NAFTA ha visto crecer el indice de pobreza, es decir que si su PIB aumenta, también su nivel de probeza lo hara! El PIB en los Estados-Unidos es de 30 000 U$s por cabeza, en Bolivia es de 1000 U$s. Que podrían intercambiar un estadounidense y un boliviano? Nada! Menos mal que Castañeda tiene una formación en economia.

Otro gran experto de los méritos de la globalización y ex héroe de la izquierda latinoamericana es el venezolano Teodoro Petkoff. El ex guerillero de los ‘60 es hoy en día aplaudido por los mismos que lo denunciaban como rojo hace 10 años. Su periódico Tal Cual es actualmente el punto de encuentro de los más feroces adversarios del Presidente Chávez. A mediados de los ‘90, Petkoff, entonces ministro del Cordiplan, justificaba el programa de privatizaciones del gobierno de Caldera citando nada menos que a Karl Marx y su Manifesto!

En este contexto, no es una sorpresa leer en un informe del Banco Mundial que, América Latina fue la campeona, triste privilegio, de las privatizaciones en la década de los 90. 1999 fue el año récord en el cual mas de 76 % de la transacciones financieras resultaron de ventas (o regalos) de empresas del sector público al sector privado por supuesto a capital extranjero. Argentina, patria de San Martín, Perón, y del Che, ha, ella sola, absorbido más de la mitad de esas transacciones, entre otras la venta de su compañía petrolera Yacimientos Petroliferos Fiscales a la empresa española Repsol por la suma de 13 mil millones de dólares. Después de Argentina sigue el Brasil de Cardoso, otro gran "progresista histórico" quien calificó a los participantes del Foro Social Mundial social de Porto Alegre de "atrasados".

Este ciclo de venta de patrias en el continente no ha disminuido, todo lo contrario. El Banco Mundial nos informa que "las buenas cosechas siguen" puesto que después de haber entregado al sector privado una gran parte de su infrastructura y sus establecimentos bancarios, la mayoría de los gobiernos del continente están preparando la venta del sector minero y petrolero (respectivamente en Chile, Colombia y México). Después vendrá el agua y por qué no el aire. Nada parece interrumpir este proceso, que no tiene nada que ver ni con la democracia, el bien común, los derechos humanos colectivos o individuales, ni con la voluntad de los pueblos( a los cuales no se le pregunta su opinión) sino más bien con un nuevo tipo de colonialismo puesto que desmembrando el Estado, son los conceptos mismos de soberanía de las naciones e independencia de los pueblos quienes están siendo aniquilados.

Sin embargo, frente a este genocidio cultural y económico los pueblos están empezando a resistir: lo vimos en Cochabamba, Bolivia, donde después de varios años de temor, la población organizada en comités se alzó para obtener la renacionalización del agua (la privatización del agua se había acompañada por un aumento de 90 % del precio al consumo). En Ecuador vimos una extraordinaria alianza de movimientos indígenas y miembros de la Fuerzas Armadas ( no hay que olvidar que las Fuerzas Armadas son, en teoría, los primeros defensores de la soberanía del Estado) o en Venezuela con el apoyo dado al Presidente Chávez y su revolución Bolivariana. El pueblo brasileño también está lanzando algunas señales de impaciencia: 2002 podría ser el año del Partido de los Trabajadores. Los pretendidos representantes de la modernidad (los vendepatrias) pueden calificar a esos movimientos de anacrónicos, de Ludditas. A esos cipayos le podemos recordar algunas palabras de Simón Rodríguez, cuyo pensamiento está de nuevo actualisado por el Presidente Chávez. El maestro del Libertador Simón Bolívar escribía en 1830: "La América pedía dos revoluciones a un tiempo: la política y la económica. La dificultades que presentaba la primera eran grandes: el general Bolívar las ha vencido. (...) los obstáculos que oponen las preocupaciones a la segundo, son enormes. La guerra de Independencia no ha tocado a su fin"!

Maximilien S.Arvelaiz.