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¿QUIENES SON
LOS HERMANOS DEL SEÑOR?
En diez pasajes en
las cartas paulinas, en el libro de los Hechos y en los cuatro evangelios del
Nuevo Testamento se hacer referencia a los hermanos del Señor o de Jesús
diez-ocho veces. Los evangelistas la usan diez-seis veces y el apóstol Pablo
dos veces. Aparece el mayor número de veces (5) en Marcos, el primer evangelio
escrito y el más corto y cuatro veces en Juan. También aparece en dos pasajes
escritos por cada evangelista. Si leemos estos pasajes inductivamente, ¿qué nos
dicen de estos hermanos?
La evidencia
bíblica
En Juan 2:12 nos
informa que Jesús fue a Capernaúm acompañado de dos grupos y una persona. Los
dos grupos eran sus discípulos y sus hermanos y la persona fue su madre. En
Juan 7:3-10 Jesús andaba por la región de Galilea, una provincia lejos del
centro de la vida política-religiosa judía y de Jerusalén, la ciudad capital de
Judea, donde ya había comenzado una fiesta sagrada importante judía. Los
"hermanos" del Señor le aconsejaron a Jesús a ir a Judea donde, en
frente de la gente importante, podría hacerse conocer entre los dirigentes y
otros líderes del país. Jesús rechazó su consejo, porque procedía de sus
hermanos incrédulos. Luego, subió solo, lo cual indica una desconfianza en sus
hermanos.
En Marcos 3:21, 31-35
(véase también Mateo 12:46-50 y Lucas 8:19-21) la falta de fe en Jesús de parte
de los hermanos les llevó a temer por su salud mental; temieron que El se había
vuelto loco. Por eso con su madre buscaron a Jesús, y le encontraron dentro de
una casa enseñando a unos creyentes. Sus hermanos y madre no querían avergonzar
a Jesús públicamente, y le esperaron afuera de la casa para conversar en
privado con El. Pero cuando sus discípulos le dijeron que "tu madre, tus
hermanos y tus hermanas" le estaban buscando, El rehusó reconocerles como
tales o salir para hablar con ellos. En vez de dejar solos a los creyentes,
enfáticamente declaró que "mi madre y mis hermanos" no eran los de su
sangre, sino los que hacían la voluntad de Dios. Aquí descubrimos dos cosas
nuevas: primero Jesús usa las mismas palabras en dos sentidos -- uno espiritual
y uno carnal; o sea, hay hermanos espirituales y hermanos carnales. Segundo,
descubrimos que entre los hermanos carnales de Jesús hay mujeres (hermanas).
En Mateo 13:55-56
(véase también Marcos 6:3) cuando Jesús estuvo en Nazaret, el pueblo de su
niñez, donde todo el mundo le conocía, se sorprendieron todos de su enseñanza
en la sinagoga judía y comenzaron a hacerse preguntas acerca de él. Le identificaron
a él como el hijo del carpintero y de María y el hermano de Santiago (Jacobo),
José, Simón y Judas y sus hermanas que residían en Nazaret todavía. El primer
hermano nombrado fue Santiago y el segundo José como el esposo de María. Estos
primeros se vuelvan a mencionar en relación con la muerte de Jesús en los
evangelios de Marcos y Mateo. Simón y Judas eran nombres de héroes macabeos de
la independencia judía. Aquí se dan los nombres de los cuatro hermanos, pero no
de sus hermanas -- que son por lo menos dos. Así que hay un total de por lo
menos seis hermanos. Unos estudiosos creen que dos de ellos -- Santiago y Judas
-- escribieron los dos libros de Nuevo Testamento que llevan esos nombres.
Las otras tres citas
a los hermanos del Señor (Hch 1:12-14, Gá 1:19 y 1 Co 9:5) nos proveen
información adicional. En Hechos después de nombrar a los once apóstoles (Judas
Iscariote no aparece en la lista, pero Santiago, hijo de Alfeo está incluido),
Lucas el historiador, afirma que junto con ellos se reunían también siempre
para orar "los hermanos de Jesús, con María su madre y con las otras
mujeres." A los tres grupos de personas en Juan 2, se suma una cuarta --
las otras mujeres. Gálatas 1:19 hace referencia al apóstol "Santiago
(Jacobo) el hermano del Señor." También en Corintios Pablo dice que otros
apóstoles y "los hermanos del Señor" llevan consigo esposas
cristianas (1 Co 9:5), aparentemente en viajes misioneros.
Con tantas
referencias en la Biblia a los "hermanos" del Señor ningún erudito
competente niega hoy la existencia de ellos. Además de estas citas bíblicas, en
el libro Antigüedades judías (XVIII. iii. 3) de Flavio Josefo, el
historiador importantísimo judío del primer siglo, también identifica a Jesús
con un hermano Santiago.[1] Sin embargo,
nos queda el interrogante, ¿quiénes son sus hermanos? A través de la historia
de la interpretación de la Biblia han surgido básicamente tres contestaciones a
esta pregunta.
¿Son primos
los hermanos de Jesús?
San Jerónimo, el
traductor de la Vulgata del griego y del hebreo, participó en una controversia
con Epifanio y Helvidiano sobre los hermanos de Jesús en el siglo IV d.C. Para
383 d.C. San Jerónimo propuso una nueva interpretación de los textos, pero no
hay indicios de la existencia de esta interpretación antes de él. A pesar de su
novedad, San Agustín, su contemporáneo, y más tarde Martín Lutero, el
reformador alemán la aceptaron. Para San Jerónimo, los hermanos de Jesús eran primos
(primos hermanos), y Santiago (Jacobo) fue identificado como el hijo de la hermana
de María y de Alfeo que también se llamaba Cleofas. Argumenta San Jerónimo que
Santiago era apóstol y hermano del Señor (Gá 1:19), y ya que había solamente
doce apóstoles, hay que identificar a este Santiago como el hijo de Alfeo y
como Santiago (Jacobo) el menor (Mar 15:40). Se trata de una sola persona.
Según San Jerónimo se sabe que la madre de Jesús tenía una hermana que se
llamaba María, porque es identificada en Juan 19:25 como "la hermana de su
madre, María, mujer de Cleofas," una de las tres mujeres junto a la cruz
de Jesús.
Epifanio y Helvidiano
y sus partidarios proponían varios argumentos en contra de esta interpretación.
Primero, insistían en que la palabra griega para hermanos ("adelphos")
se usaba para referirse a un hermano de sangre, a uno del mismo confraternidad
de fe religiosa o hermandad y a una persona con cariño, pero nunca
para primo. Pero los partidarios de San Jerónimo responden que la palabra
griega en el Nuevo Testamento es una traducción de la palabra original en
hebreo o arameo, la cual se usó para referirse a primos y a otros parientes en
el Antiguo Testamento (véase Gén 14:14). Segundo, insistían ellos que había más
que solamente doce apóstoles; otros eran Pablo (Ro 1:1), Bernabé (Hch 14:14) y
Matías (Hch 1:26). Como consecuencia Santiago no era necesariamente uno de los
Doce, y no es menester identificar a Santiago, el hijo de Alfeo, como la misma
persona. Además, en Juan 19:25 Juan menciona cuatro -- no tres -- mujeres junto
a la cruz, porque la hermana de María se llamaba Salomé, la madre de los hijos
de Zebedeo (Mt 27:56 con Mar 15:40). Hay que sumar a todo esto el hecho de que
según Juan, antes de su crucifixión, ninguno de los hermanos creían en Jesús
como el Mesías; así que ninguno era apóstol antes de la muerte de Jesús.
También los dos protagonistas notaron que esta era una nueva interpretación de
San Jerónimo, y para ellos esto debilitada el argumento, porque no podía
basarse en ninguna tradición anterior.
¿Son hermanastros los hermanos de Jesús?
La posición de
Epifanio (370 d.C.) se apoyaba en una tradición muy antigua; los padres griegos
Orígenes y Clemente de Alejandría la sostenía; para ellos los hermanos del
Señor eran sus hermanastros. TAmbién el "Libro de Santiago" o el
"Protoevangelium" que data desde c. 150 d.C. al apoyar esta posición,
afirma que antes de casarse con la Virgen María a la edad de doce años, José
tenía hijos en un matrimonio anterior. Así que los hermanos del Señor en
realidad eran hermanastros o medios hermanos de Jesús, hijos de José en
un matrimonio anterior.
Esta posición se
apoya principalmente en evidencia bíblica indirecta. Se argumenta: si María
hubiera tenido otros hijos además de Jesús, éste no la hubiera entregado a Juan
para que la cuidara (Jn 19:26-27), sino a uno de ellos. Pero responden los
adversarios, preguntando, ¿cómo podría Jesús haberla entregado a un incrédulo
que ni siquiera se encontraba junto a la cruz en ese momento? Los hermanos ni
siquiera apoyaban a María cuando más los necesitaba; tampoco comprendieron a Jesús.
Epifanio continuaba con otro argumento: que los hermanos de Jesús lo trataba a
él como un hermano menor -- no mayor -- porque cuestionaban su sanidad mental y
querían llevarlo a la casa; así que le eran hostiles. Pero responden los
adversarios, preguntando, ¿Es cierto, no, que en un caso cuando el buen nombre
de la familia está a punto de perderse, aun un hijo puede llevar a un padre
"borracho" a la casa? Continuaba Epifanio con evidencia adicional,
insistiendo en que José tenía que estar más viejo que María, pues desapareció
de la narración, probablemente debido a su muerte antes de Jesús comenzar su
ministerio público. María fue sola a la boda de Caná y a veces se le llama a
Jesús, el hijo de María, así implicando la muerte de José. Pero responden los adversarios
de Epifanio, "Sí, es probable que José era mayor y que se murió mucho
antes de María y del ministerio público de Jesús, pero ¿pruébame que por estar
más viejo, tenía que tener hijos en un matrimonio anterior?
¿Son hijos de
María y de José los hermanos del Señor?
Helvidiano, el tercer
adversario del siglo IV, defendía una tradición más antigua que la de San
Jerónimo. Además, era un laico -- no un sacerdote o monje como San Jerónimo y
Epifanio. El insistía que los hermanos eran hijos de María y de José,
hermanos de sangre de Jesús.
Para evidenciar esta posición, insistía él y sus partidarios que una lectura del Nuevo Testamento con una mente abierta y sin prejuicios y sin supuestos doctrinales preformados convencería a uno de ella. Las narraciones del nacimiento de Jesús especialmente en Mateo y Lucas la apoyan. En Mateo 1:24-25 el verbo "conocer" se refiere a relaciones matrimoniales sexuales (véase Gén 4:1) y sugiere de que después del nacimiento de Jesús, José y María vivían en Nazaret como esposos ejemplares, pero típicos. Además, en Lucas 2:7 María, la fuente más probable de esta información de Lucas quien escribía en mejor griego que los otros tres evangelistas, menciona a Jesús como el "primogénito" ("primer hijo"); esta expresión sugiere que tuvo otros hijos después. Había una palabra en griego para único hijo engendrado ("unigénito"; véase Jn 3:16) que Lucas y María pudieran haber usado, pero a propósito no la usaron. Además, ¿por qué permanecía Jesús en la aldea de Nazaret como un carpintero hasta la edad de treinta cuando comenzó su ministerio público (Lu 3:23)? Definitivamente se debe a que era el hijo mayor que tenía la responsabilidad de sostener económicamente a la familia hasta que los hermanos menores pudieran sostenerse, ya que su padre había muerto. Además, ¿por qué querían insistir San Jerónimo y Epifanio en que María nunca tuvo relaciones sexuales con José, su legítimo esposo? Para Helvidiano la respuesta fue obvia. Ellos eran monjes y sacerdotes y como tal creían en la tradición de que el estado de celibato era más santo que el del matrimonio. Esa tradición, decía él, era contraria a la enseñanza bíblica hebrea del Antiguo Testamento donde el hecho de nunca casarse, o vivir como esposos y no dar a luz era una tragedia (véase, por ejemplo, los casos de la hija de Jefté, Ana, la madre de Samuel, y Elisabet y Zacharías). Al mismo tiempo esta interpretación ennoblece y glorifica la vida en familia, y santifica la maternidad con todas sus preocupaciones y luchas como algo más santo que una egoísta separación del mundo.
Conclusión
Estas son las tres
posiciones del siglo IV y son similares a muchos argumentos que se presentan
hoy. Se recomienda a que cada lector analice y estudie concienzudamente cada
posición con la ayuda del Espíritu Santo y oración y así llegar a su propia
conclusión a base de toda la evidencia existente.