No considero que sea algo malo tener una aversión al cambio, genera seguridad, certeza, estabilidad, quizàs un poco de dinámica cíclica pero es sólo un pequeño precio que se esfuma al lado de las grandes ventajas de sus atributos.

Las innovaciones no son malas per se, no es molesto cuando se inventa o se crea algo inexistente, un nuevo proceso o una nueva perspectiva para un nuevo tema, sin embargo cuando se "mejora" algo ya establecido es cuando vienen los problemas, los de adaptación, los de valoración de saber si realmente es mejor o sólo es más lindo y moderno. Ese cambio de paradigma que guía en el corto y mediano plazo a la ineficiencia, porque como lo dijo un economista cuyo nombre no recuerdo, "en el largo plazo todos estamos muertos", así que el martirio de la adopación de nuevas técnicas no genera una utilidad mayor, peor aún, se sobrevalora dichas innovaciones, dado que tal vez la mitad cuando mucho de ellas tienen real utilidad.

Hay otra cosa, y la más molesta de todas, cuando las personas cambian de opinión, cuando con toda certeza aseveran algo en un punto en el tiempo y finalmente terminan cambiando de opinión sin respetar los acuerdos preestablecidos. Considero que si alguien se siente propenso y ha mostrado una tendencia en su vida a cambiar de opinión, no debiera comprometerse a nada, simplemente demostrarlo con hechos si tiene la capacidad en algún remoto instante de mantener una postura inicial. La parte más importante de mi vida radica en la certeza, en la seguridad ya mencionada y en una búsqueda incesante de la extinción de la incertidumbre. Primer y gran paso, alejarse de las situaciones o personas que pudieran generar esa deplorable condición, el egocentrismo puede apoderarse de lo que le corresponde de vez en cuando, pero la justicia y la consistencia ameritan la dedicación entera, por el bien de un futuro seguro, he dicho.