¡Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra, Dios te salve! A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues, Señora, abogada nuestra! Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡O clemente, O piadosa, O dulce Virgen María! Amén.
Se puede rezar de pie - o con brazos en cruz - o cantada.
"5 años de indulgencia"
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