Antífona - ¿Quién es ésta que viene como la aurora, bella como la luna, resplandeciente como el sol, terrible como un ejército en orden de batalla?
Mi alma glorifica al Señor.
Y Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Porque ha puesto los ojos en la bajeza de Su esclava; por tanto, ya desde ahora Me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
Porque El que es Todopoderoso ha hecho grandes cosas en Mí, cuyo nombre es santo.
Y su misericordia es de generación a generación, a los que le temen. Hizo alarde del poder de su brazo; deshizo las miras del corazón de los soberbios.
Derribó del solio a los poderosos y ensalzó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y a los ricos los despidió sin nada.
Acordándose de su misericordia, acogió a Israel Su siervo.
Según la promesa que hizo a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona. - ¿Quién es ésta que viene como la aurora, bella como la luna, resplandeciente como el sol, terrible como un ejército en orden de batalla?
V. - O María, sin pecado concebida.
R. - Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Roguemos
O Señor, Jesucristo, Vos sois nuestro Medianero ante Dios Padre. Os habéis complacido en elegir a la Santísima Virgen, Vuestra Madre, como nuestra Medianera ante Vos, y Madre nuestra también. En Vuestra gran misericordia, Os suplicamos mirar con ojos de piedad, a todos los que se Os acercan pidiendo favores. Conceded, Señor, todo lo pedido llenando de gozo a las almas confiadas. Os lo pedimos por la intercesión de la Santísima Virgen María. Amén.
"Jesús, María, Os amo. Salvad almas."
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