DEPARTAMENTO DE ATLANTIDA

MUNICIPIO DE LA CEIBA

LOS POQUITEROS

A partir del año de 1903, poco a poco el Municipio de La Ceiba se fue convirtiendo en peligroso barril de pólvora, debido al permanente y prolongado enfrentamiento que se dio (entre los periodistas que vivían en la ciudad y la llamada intelectualidad olanchana; contra la empresa Vaccaro Brothers Company)

La causa principal de este enfrentamiento, fue motivado por los métodos arbitrarios y hasta sangrientos que empleó la compañía bananera, en la destrucción de la floreciente colonia de inmigrantes franceses, que a partir de 1880 se fueron radicar masivamente en la aldea de Juan López, después llamada El Porvenir.

Muchos de los franceses fueron expulsados del Litoral Atlántico y hasta de Honduras vía Belice, los Comandantes de Armas de La Ceiba y El Porvenir, así como por los Gobernadores Políticos de Atlántida; obedeciendo órdenes, instrucciones y consignas emanadas directamente de la Mafia Siciliana dueña de la Vaccaro Brotes Compaña.

En las precipitadas huidas que emprendieron los franceses para conservar la vida y la de sus familiares, dejaron abandona las haciendas y las propiedades cultivadas de bananos listos para la exportación, siendo e¡ terrenos absorbidos inmediatamente por la empresa bananera de los primos hermanos Vaccaro-D'Antoni.

Igual suerte tuvieron los miembros de otra floreciente colonia extranjera co fueron los españoles, al perder sus bienes en Montecristo, Bonito (actual Montevideo), Bonito, Armenia Bonito, Golosón y Palmira.

Al principio estas acciones violentas promovidas por la Vaccaro fueron tomadas por los ceibeños como normales, ya que se acostumbraron a la violencia desde el año de 1870, fecha en que diversas compañías norteamericanas se declararon la famosa "Guerra Sucia", en la lucha sostuvieron entre sí para apoderarse del control del negocio bananero.

Pero en la medida se fue comprobando que aún los finqueros hondureños perdían sus propiedades, pasando veloz carrera a poder de los sicilianos; comenzaron a publicarse en los diversos órganos de prensa ceibeña, duros emplazamientos y cuestionamientos contra la compañía.

Cuando fue creado el Municipio de La Ceiba el 23 de agosto de 1877 el término Municipal era de 1,628.7 Km2 comprendiendo:



  1. La Ceiba: 621.8 km2

  2. El Porvenir 272.5 km2

  3. La Masica 457.9 km2

  4. San Francisco 276.5 krn2

    ------------------------------- Total.......... 1,628.7 krn2

El 18 de abril de 1898 los habitantes de la aldea Juan López, logran obtener del Gobierno Liberal del Dr. Policarpo Bonilla, la creación de un nuevo Municipio con el nombre de Porvenir, "perdiendo La Ceiba más de la mitad de su término municipal original quitársele todos los terrenos correspondientes a '/os actuales municipios de San Francisco y La Masica". Con esta división se desarrolló un generalizado malestar entre los ceibeños al tener que aceptar también el amargo bocado de perder gran parte de sus ejidos, sobre t el extenso lote de Montecristo.

En el clímax de los enfrentamientos y acusaciones periodistas ceibeños llegaron asegurar, que la creación del Municipio de El Porvenir se debió a las maniobras de la Vaccaro Brothers.

Esta afirmación resultó ser falsa, pues para fecha 18 de abril de 1898, Salvatore D' Antoni no había llegado aún (por primera vez), a la Isla de Utila.

Posteriormente don Emilio P. Dutú, Pedro Devaux, John Planché, Juan Langlade, Eugenio Meugnier, Teodoro Castaing y José María Moungaoul, sostenían en las reuniones sociales en La Ceiba; que la creación del Municipio de El Porvenir se debió a las intrigas y a un trabajo bien hecho llevado a cabo por los franceses de Juan López; para independizarse de La Ceiba con la idea de opacarla, teniendo como un hecho que Juan López prácticamente la consideraban ya, como la ciudad de El Porvenir en todo el Litoral Atlántico.

"Nadie pone en tela de duda que la división del municipio ceibeño lo debilitó en un 80%, favoreciendo a los planes de conquista de D'Antoni.

Pero a partir de 1909 los Juanlopeños pagaron muy caro su traición, pues los sicilianos no tuvieron compasión en destruir la opulencia de los prepotentes galos, y en estancar el porvenir de la comunidad".

Al establecerse los sicilianos en la costa norte hondureña venían decididos a triunfar "a como diera lugar, ya que no se podían dar el lujo de tener otros fracasos económicos", como los que tuvieron en Nueva Orleáns, porque significaba la ruina total".

"Venían dispuestos abrirse camino sin tomar en cuenta los métodos a usar, de ser posible a sangre y fuego y como buenos mafiosos sicilianos lo llevaron a la práctica en todo el Litoral".

La Ceiba es la única ciudad en la historia hondureña que por dos veces en una década, su centro comercial ha sido reducido a cenizas, debido a la ambición desmedida de una trasnacional: La Vaccaro Brothers Company, transformada después en la Standard Fruit Company a partir de 1923. El primer gran incendio ocurrió el 23 de julio de 1903 al que me he referido ampliamente en el primer libro que edité. El segundo incendio aconteció once años después:

El 7 de marzo de 1914, comenzando en la farmacia y hospital Atlántida cuyo dueño era el Dr. Virgilio C. Reynolds. Unos sostenían que este personaje era de Puerto Rico y otros que había nacido en la isla de Cuba, sin embargo tenía la ciudadanía norte americana, médico de profesión, vino contratado por la Vaccaro Brothers para prestar sus servicios profesionales en el recién inaugurado hospital Vaccaro en el año de 1908, al mismo tiempo que los médicos sicilianos Andrés y Alejandro Cardinale, parientes cercanos de los D'Antoni.

Según el Coronel Francisco Cruz Cáceres, el Dr. Virgilio C. Reynolds como buen cubano era una persona muy parlanchina, "hablaba hasta por los codos a tal grado que en determinado momento se volvía cansón y hasta molesto. En La Ceiba se le tenía como un acaparador y destructor de grupos". Sin embargo para otros "en su manera de expresarse es muy ocurrente y simpático, haciendo reír constantemente a sus interlocutores con sus chistes y ocurrencias".

"Es una persona muy inteligente y sobre todo muy perspicaz, atrevido y hábil para desempeñarse a la misma vez como un agente y consejero de extrema con- fianza de varias empresas bananeras que competían férreamente entre sí, para apoderarse del control del mercado bananero. Por este hecho se consideraba al Dr. Reynolds como una mezcla de Maquiavelo y de Fouché.

Gracias a esta habilidad este médico cubano-norteamericano logró acumular una cuantiosa fortuna, con todo lo que les sacó a las compañías. Si solo se hubiera dedicado al ejercicio de su profesión, sería pobre como los médicos Cardinale que dicho sea de paso, eran galenos superiores a Reynolds. En el Litoral Atlántico son escasas las personas que le agradecen a Reynolds haberlos curados de sus males, pues casi no-pasa en su consultorio por andar haciendo investigaciones sobre el movimiento comercial del banano. Abrió al público una clínica llamada Atlántida en la Ave. 14 de Julio, la cual es atendida por los Drs. Jennet y Alejandro Cardinale, contratados por Reynolds".

En La Ceiba se llegó a comentar públicamente que el Dr. Virgilio C. Reynolds actuó de común acuerdo con los dueños de la Vaccaro Brothers Company, para volver a reducir a cenizas los editoriales y reportajes de los periódicos, fotografías y cartas particulares donde se detallaban con nombres y fechas, las barbaridades cometidas por los Vaccaro-D' Antoni, en su meta por apoderarse del antes importante y poderoso Municipio de La Ceiba. ¿Cuál fue el origen de la sólida fortuna que llegó a acumular este célebre personaje? Veamos lo que se publicó en su tiempo en la prensa ceibeña:

"El Dr. Virgilio C. Reynolds es quizás junto con el puertorriqueño Franck P. Vera, las únicas personas que nacieron fuera de la isla de Sicilia o de la bota italiana, en acumular fuertes fortunas gracias a la Vaccaro ya la Standard.

Después del incendio del 7 de marzo de 1914, el Dr. Reynolds triplicó su fortuna debido a dos hechos:

Al cobrar un respetable seguro contra incendios en dólares, por la quema de la farmacia y clínica Atlántida..

Como el Dr.: Reynolds era un impulsivo parlanchín, no callaba ni sus peca dos y el ego lo traicionaba, en un momento de incontrolable euforia, les contó en confianza a don Eugenio Meugnier, Henry Langlade, Pilar Agurcia y Antonio Matheu Mora sobre una fabulosa bonificación que le había regalado la Vaccaro Brothers por el incendio de 1914, donde desaparecieron pruebas documentales de crímenes y arbitrariedades cometidas por la mafia siciliana.

Cuando le replicaron al Dr. Reynolds que no le creían que la Vaccaro le haya bonificado semejante cantidad de dinero; éste, herido en su orgullo por dudar de su palabra se levantó indignado para ir a traer el cheque. Se los enseñó dejando a todos con la boca abierta. La cantidad era por 15,000.00 pesos oro en aquellos años un peso oro se cambiaba por 11 dólares americanos. Toda una fortuna!".

El Dr. Reynolds fue miembro sobresaliente de la masonería ceibeña. En el año de 1930 lo encontramos desempeñando las funciones de Director del Hospital Vicente D' Antoni (29), convertido en todo un millonario:

"En efecto, después del incendio aparece el Dr. Reynolds como todo un potentado dueño de grandes extensiones de tierra en el Municipio de Jutiapa, Depto. De Colón; dueño de la Reynolds Company Inc. , que después se transformara en parte de la legendaria Ganadera Papaloteca. Dueño de la subsidiaria Honduras Cattle Exchange. El Coronel Francisco Cruz Cáceres sostenía que el Dr. Reynolds era dueño de un fuerte campamento maderero en la montaña de Mico Blanco en el Municipio de Sonaguera, Colón".

De la lluvia de serias denuncias en su contra encabezadas por el Gobernador Político de Atlántida General Antonio Monterroso, de haber sido el principal causante del incendio de 1914, no sucedió nada, pues "fue defendido tenazmente por la mafia siciliana". Además:

"La mayor parte de estas acusaciones no fueron publicadas ni tomadas en cuenta en Tegucigalpa, por parecerles increíbles y fantasiosas. Apenas se dieron unos pequeños comentarios en las páginas del diario El Cronista".

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