HISTORIA DE HONDURAS
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¿Caxinas u Honduras?
Poner nombres era tarea propia de los que se denominaban " descubridores" de nuevas tierras.
No era por vanidad que litigaban contra otros competidores sobre la primacía de un nombre, puesto que si probaban haberlo creado podían derivar ventajas como permisos para comerciar y beneficiarse en exclusiva de los productos de esa tierra durante un buen número de años, u obtener capitulaciones para ir a poblar y conquistar.
Cristóbal Colón y Vicente Yáñez Pinzón, éste uno de sus capitanes de navío durante el famoso primer viaje, disputaron la primacía sobre el descubrimiento de Honduras.
Cronistas posteriores asentaron la ambigua frase de que el nombre provenía de "los primeros" que habían surcado esas aguas, lo cual, para no tomar partido en la disputa, podía referirse a cualquiera de los dos.
Ciertamente Colón anduvo por esos parajes en 1502, Pinzón después, en 1508. Pero Hernando Colón, que acompañó a su padre en ese viaje, al escribir su "Historia del Almirante" y narrar con fidelidad filial los hechos, es claro al apuntar que el original nombre "Caxinas" bautizado por Colón fue cambiado a "Honduras" por Yáñez Pinzón.
Ninguno de los dos pudo adivinar que don Cristóbal se tomaría su desquite en los textos escolares del país, donde se le ha venido atribuyendo erróneamente la paternidad del nombre, a partir de una frase que Colón nunca pronunció, aquella de que daba gracias a Dios por salir de esas honduras.
La primera década del siglo XVI atrajo una multitud de emigrantes a las nuevas tierras; casi ninguno retornaría a España, casi todos comenzaron a aclimatarse en las Indias. Así que puede decirse que el Nuevo Mundo fue conquistado desde el Nuevo Mundo, desde las Antillas primero, luego desde México y Panamá.
Francisco Pizarro y Diego de Albátez formaron parte del pelotón que acompañó a Núñez de Balboa cuando avistaron por primera vez la mar del Sur, lo que ocurrió en 1513. Pizarro salió de Panamá a conquistar Perú, lo cual logró veinte años después, en 1534; Albátez fue nombrado gobernador de Honduras en 1532 pero naufragó y se ahogó al ir a desembarcar en Trujillo.
(Estos y tantos otros eran ya unos trasterrados. Muchos ganaron en las Indias el acceso a la fama, otros sólo una ignota sepultura...)
La Resistencia indígena
Fray Bartolomé de Las Casas cuenta en "Historia de las Indias" que un grupo de indígenas capturados en Honduras para venta como esclavos en Cuba, echaron a sus captores al agua, se apoderaron de la embarcación y, como si de siempre hubieran sido diestros en el arte de navegación, la sacaron del puerto de La Habana y, libres, pusieron proa de vuelta hacia las Guanajas. Tuvieron suerte.
Casi un 90% de los indígenas del litoral hondureño fue esclavizado y vendido en las Antillas para paliar la crisis de mano de obra que en las islas se había producido y esto aconteció entre 1515 y 1540. El primer Obispo de Honduras Cristóbal de Pedraza testimonia que poblados que habían tenido hasta diez mil habitantes se vieron reducidos a mil.
Por entonces la depredación contra las personas estaba en auge en el Sur, desde donde los Chorotegas eran llevados al istmo de Panamá a hacer de cargadores en el intenso trajín del tránsito entre los dos océanos o eran conducidos, como forzados acompañantes de los conquistadores, en los avances de estos sobre el Perú.
Ambos litorales de Honduras sufrieron un severo despoblamiento pero los indígenas no fueron pasivos espectadores. Hubo diversas formas de resistencia.
Según narran los conquistadores, por tradición cultural o por rechazo a la explotación los indígenas acudían un día a la faena pero al siguiente la eludían, o de improviso abandonaban lo que se les requería hacer para dedicarse a otros menesteres.
Eran pues reacios a una imposición que no entendían o no querían entender. Frente a la amenaza de ser capturados y esclavizados un abundante número se refugió en las montañas, las que aun siendo un habitat más desfavorable del que tenían por costumbre, al menos les proveía seguridad.
Hubo casos de verdadero dramatismo como cuando muchos, al comprender que su antigua forma de vivir había sido por completo trastocada, simplemente se dejaban morir.
Se presupone que en el sitio fortificado que actualmente denominamos Cerro Palenque, en el hoy valle de Sula, pudo haber ofrecido resistencia Cicumba, de los Tolupanes, a la acometida de Pedro de Alvarado, pero derrotado y puesto en prisión el cacique se dejó morir de hambre con sus principales colaboradores.
Por otra parte, no hay documentación fehaciente que atestigue la lucha de un cacique Maya-Chortí llamado Copán Galel dentro de aquel territorio que los Mayas habían abandonado quinientos años atrás. Del lado del área intermedia, varias partidas de españoles fueron desbaratadas por los indígenas en el valle de Olancho y el inicial laboreo en las arenas auríferas del Guayape no prosperó por la rebeldía indígena en la zona.
© La Prensa Honduras, C.A.
1999 Derechos Reservados
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