El 21 en la noche se recibió un correo extraordinario de Chiquimula, con comunicación del señor general Serma, transcribiendo otras del jefe político y militar del departamento de Santa Rosa (Estado de Honduras) fechado 14 en que se refiere un horrible atentado cometido el 11 en Comayagua. A las 6 de la mañana de aquel día fue asesinado en su propia casa el señor Gral. Guardiola, presidente de Honduras. No se comunican pormenores ni detalle alguno de ese crimen, que por lo demás confirman en la gaceta del Salvador del 18 y cartas particulares que han comenzado a recibirse en esta capital.
Uno de los individuos del Senado, don Francisco Montes, se hizo cargo provisoriamente del gobierno el mismo día habiéndose llamado al señor vicepresidente Castellanos, que está en la República del Salvador.
Reproducimos hoy un manifiesto del señor Montes., escrito evidentemente bajo la presión del terror causado por el escandaloso suceso que acaba de tener lugar pues de otro modo, no se comprendería que no se hubiese consignado en él una sola palabra de reprobación o siquiera de pena, por el crimen de que había sido víctima algunas horas antes el jefe de la república.
El que fue llamado a caso por las circunstancias a recoger de entre sangre el símbolo de la autoridad conculcada, no pudo seguramente hacer otra cosa que dejar aquel hecho horroroso al juicio de la historia. Esto no tiene más que un nombre para estos atentados, sea cual fuere el pretexto que se busque para cohonestarlos, como decíamos hace poco con un motivo semejante.
Creemos que todas las gentes honradas condenarían sin la menor vacilación el crimen que se ha ejecutado el día 11 en Comayagua. Esos hechos no pueden menos sino dar una idea triste y desventajosa del país en el extranjero; y en cuanto al interior ¿qué gobierno sólido puede establecerse sobre la base un atentado que conculca la ley de Dios, los preceptos de la moral y del derecho común, no menos que el sentimiento del honor y de la probidad? Cuidaremos de comunicar a nuestros lectores los detalles de aquel deplorable acontecimiento.
Escrito lo que antecede, se han sabido algunos pormenores del hecho a que nos referimos.
Un oficial llamado Pablo Agurcia, que funcionaba como mayor de Plaza, y que según se dice debía favores al General Guardiola fue el autor del atentado. La guardia misma del presidente lo ejecutó y después del asesinato, se dirigieron a tomar el cuartel lo cual lograron fácilmente.
La casa del General Guardiola se dice haber sido saqueada. Se supone que Agurcia obraba de acuerdo con el general don Juan López, a quien se esperaba de un momento a otro, de Nicaragua. Agurcia, nombrado general hizo que el señor senador Montes tomase el mando, nombrándose ministro a Coronado Chávez ya Teodoro Aguiluz. Los ministros del General Guardiola fueron a reunirse con los generales Álvarez y Medina con la idea de levantar tropas y marchar sobre Comayagua. Todo parecía indicar que la guerra civil sería inevitable.
GACETA DE GUATEMALA, GUATEMALA, ENERO 24 DE 1862
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