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Yahualica de González Gallo

Referencias geográficas y económicas

El municipio se sitúa en la región centro norte del estado. Colinda al norte y al oeste con el estado de Zacatecas; al sur, con los municipios de Cuquío y Tepatitlán de Morelos, y al este limita con Mexticacán, Cañadas de Obregón y Valle de Guadalupe.

Lo conforman 93 localidades, de las cuales las más importantes por su número de pobladores son la cabecera de Yahualica de González Gallo, Manalisco, Huisquilco(Huiscuilco), Río Colorado y el Baluarte.

Según las cifras del XI Cencso Nacional de Población de 1990, en el municipio de Yahualica habitan 21,392 personas, de las cuales 9,641 son hombres y 11,751 son mujeres.
En cuanto a su orografía, prevalecen las zonas planas y semiplanas, sus principales elevaciones son el cerro de los Negritos, Palmarejillo, Tapona, Los Toros y Yahualica. El clima, como enn la mayor parte de la zona alteña, es semiseco, con otoño, invierno y primavera secos y semi cálidos, sin cambio térmico invernal bien definido. Los recursos hidrológicos son escasos. Riegan sus semiáridas tierras los ríos Verde, Ancho y Colorado.

Dotan de agua al municipio las presas El Estribón, La Cuña y Los Planes, pertenecientes a la cuenca Lerma-Chapala-Santiago.
Su vegetación está compuesta principalmente por bosques de manzanilla, arbustos, cactáceas, pastizales naturales, copalillo rojo, guamúchil, ozone y tescales. Obvio es que su escasa flora difícilmente puede alimentar animales grandes y numerosos, de allí que su fauna este constituida por mamíferos pequeños como el tlacuache, liebre, conejo, zorrillo. Su población de aves en ciertas épocas del año es numerosa y rica, pues esta dentro d ela ruta migratoria d la golondrina, ganga, pato y güilota.

Antecedentes históricos

En la época precolombina, la región fue conocida por los naturales como Ayahualican o Yahualican, Ahualican o Yagualica. Su nombre actual significa lugar dentro del redondel, por encontrarse el primer pueblo dentro de la llanura redonda de un cerro.

Sus primeros habitantes fueron indios texcuexes, cuyas tribus sostuvieron cruentas batallas con los aztecas, quienes impulsados por su política religiosa expansionista intentaron apoderarse de la región siendo derrotados y detenidos por los bravos texcuexes. Como otoros poblados del Occidente, estuvo giobernado antes de la llegada de los españoles por una cacique, dicho sea de pasado, tenía buenas dotes de gobernante.

El conquistador de la región fue Cristóbal de Oñate. El conquistador, por órdenes de Nuño de Guzmán, arribó a Yahualica; los naturales lo recibieron pacíficamente, lo agraciaron con hermosos presentes, frutas y piezas de cacería y aceptaron sin resistencia sujetarse a la Corona española.

Meses después de la llegada del ejército de Nuño de Guzmán al occidente de México, sirvió de escenario a una de las más significativas batallas de la llamada guerra del Mixtón. En aquellos entonces, en lo que hoy se conoce como “paso malo de Yahualica”, murió el responsable de la “matanza del templo mayor” el tristemente célebre Pedro de Alvarado al desbarrancarse por culpa de un soldado que huía aterrorizado de los indios rebeldes.

Culminada la dominación d ela región, Yahualica fue durante los primeros años de la Colonia una encomienda, es decir, una pequeña población bajo el mando de un español comprometido a catequizar y a castellanizar a los lugareños a cambio de obediencia y tributos. La encomienda de Yahualica tuvo varios encomendadores, el primero fue Juan Michel, a quien se la quitaron para dársela a Juan de Alhejo; éste la vendió a Cristóbal Romero, quien la dejo en manos de su yerno Francisco de Olivares.

Con el transcurso del tiempo, tomó la fisonomía típica de los pueblos coloniales. En 16661, se fundó la cofradía y hospital de la Limpia Concepción, y en 1542 iniciaron los trabajos de construcción de su templo, mismos que concluyeron en 1717.

Culminada la Independencia de México, el poblado vivió tiempos de agitación política, sus habitantes se afiliaron unos al partido conservador y otros al liberal. Entre los seguidores de la causa liberal destacó Manuel Ruiz, apodado por sus enemigos “El chamaco salvaje”, por su temeridad y osadía. Una traición política terminó tristemente con la vida de “El chamaco salvaje”: uno de sus compañeros de partido que se pasó a las filas conservadoras lo acribilló por la espalda en los llanos de Cuquío.

Nuevos momentos de lucha fraticida y guerra civil vivió Yahualica ya en plena época revolucionaria, cuando el general villista Crispín Robles Villegas, al mes de haberse pronunciado, atacó l aplaza. En un comunicado, fechado el 20 de Mayo de 1913, el general villista le exigió al subdirector político del municipio, Evaristo Flores, rendirse por que si oponía resistencia sus tropas tomarían la población a sangre y fuego.

Alarmados de ser víctimas de saqueos y matanzas, los vecinos, comerciantes y el padre Ruvalcaba estuvieron de acuerdo en rendir la plaza. Evaristo Flores y la gendarmería no se dejaron amedrentrar por los villistas y en una acción, por demás temeraria, intentaron rechazar a las fuerzas de robles, si es que no interviene oportunamente el padre Ruvalcaba deteniendo el tiroteo cuando los defensores prácticamente se habían quedado sin parque.

Concluidas las hostilidades, los villistas ingresaron a Yahualica el 21 de Mayo en las primeras horas de la mañana y la abandonaron a los pocos días después de imponerle un préstamo a Julián Limón y a la población que oscilo entre los mil y los tres mil pesos, además se llevaron monturas, caballos y armas.

En 1878, recibe el título de Villa, años después, en 1896, asciende a comisaría política y judicial. Su actual nombre, Yahualica de González Gallo le fue dado por el congreso del estado a través del decreto 7929, el 19 de Marzo de 1964, en honor del que fue gobernador y nativo de ese municipio.

Hijos destacados de este municipio son Higinio Ruvalcaba, violinista; los gobernadores Jesús González Gallo y Agustín Yánez; el doctor Salvador Quezada Limón, el tenor José Limón y el barítono Alberto Esparza.

Cabe mencionar que en la cabecera municipal hay dos monumentos a la memoria de los dos gobernadores jalisciences nacidos en Yahualica. El primero honra a Agustín Yánez y es alusivo a su obra Al filo de agua; el segundo es un monumento en bronce del licenciado González Gallo.

Festividades populares

Como en la mayoría de los municipios de Jalisco, en Yahualica las festividades más arraigadas y populares son las patronales y las marcadas por el calendario litúrgico de la Iglesia como la Semana Santa, aunque en su caso también se festeja con gran entusiasmo el Día del Charro, el 13 de Diciembre. Sus fiestas patronales se realizan del 25 al 27 de Diciembre, resultado éstas especialmente pintorescas y significativas ya que durante su realización de las rancherías son trasladadas imágenes religiosas a la cabecera del municipio. Además se realizan corridas de toros y verbenas populares, donde lo tradicional es degustar los platillos, bebidas y dulces tradicionales de la región como son el pozole, las tostadas, el rompope y el ate de membrillo.

Los problemas que se suscitaron a raíz de la imposición de la educación socialista

Fue para el año de 1935 cuando el Congreso de la Unión al igual que el Congreso local de Jalisco aprobaron una modificación a la Ley Orgánica de educación Superior que imponía la educación socialista. Dicha modificaciones suscitó grandes polémicas y muestra de repudio entre la población jalisciense creyente.

El arzobispo de Guadalajara, monseñor Francisco Orozco y Jiménez, haciendo eco de los reclamos de la grey católica, suscribió y divulgó una carta pastoral donde advertía que ningún católico podía ser socialista sin faltar gravemente a su deber como cristiano. La situación se volvió verdaderamente tensa entre el gobierno y la Iglesia. Los motines populares no se hicieron esperar.

El 3 de Marzo del mismo año, miles de inconformes se manifestaron en contra de la educación socialista marchando y protestando en las calles del centro de Guadalajara. Al final, los manifestantes fueron sangrientamente reprimidos por las fuerzas del orden. A partir de estos acontecimientos se suscitó una serie de reacciones como la del cura de Yahualica, quien, según declaraciones del inspector escolar Fausto Baltasar, no dejó de amenazar con excomuniones a quienes de alguna manera se mostraran partidarios de la educación socialista.
Al igual que en otros municipios, muchos padres de familia, atendieron a los consejos de su sacerdote, no enviando a sus hijos a la escuela.



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