Matarme

 

Por Jesús Blancornelas

Le pidió a la guerrilla de Colombia matarme. También a varios narcos. Orlando Sánchez Cristancho les llevó el recado. Para eso recibió antes un "fonazo". Contó cómo ni siquiera lo esperaba. Escuchó simplemente "...nos vemos en el Sanborn's de La Fragua". Si en el DF. El que está por Reforma. Cerquita del monumento a Colón. Casi casi frente al Hotel Imperial. Claro, tal día y tal hora. Orlando llegó puntual. Abril del 99. Allí en la cafetería lo estaba esperando Ismael "El Mayel" Higuera. Seguramente protegido por algunos empistolados. Tal vez uno que otro policía federal "tapadera" afuera. "Echando mosca". Ismael era entonces importante mafioso. Segundo de a bordo con los Arellano Félix. Experto "bajador". Llamado así por su habilidad para orientar pilotos transportando siempre grandes remesas de cocaína. Indicarles donde y a que horas aterrizar. En la sierra o los valles enmedio de la península bajacaliforniana. Se movía sin sospecha de la policía o los militares. Luego tenía sus mañas. De la serranía o planicies acarreaba la droga. Derechito a la frontera. Y entonces allí alguien con mucho "callo" la pasaba al otro lado. En todo ese trajinar Ismael era distinguido: Nunca pellizcaba ni un gramo a la cocaína para su consumo. Ni dejaba hacerlo a nadie. En esto de "bajar" y acarrear siempre sucede. "...no llegaron 100 kilos, eran 99", reportan al jefe y éste les cree. Se quedan con uno. Pero siempre están en riesgo de ser descubiertos y por ello muertos. Por eso a Ismael "El Mayel" lo querían Ramón y Benjamín Arellano Félix. Y era la razón de siempre andar billetudo y bien resguardado. Así como se movía con facilidad en despoblado lo hacía en las ciudades. Repartía muchos dólares entre policías y, con eso, le hacían los mandados. Nunca andaba bien arregladito como sus jefes. Nada de camisas Versage o pantalones Boss. Pero le sobraban dólares para autos último modelo. Monumentales damas traídas de Colombia. Viajaba en aviones comerciales. Ni quien le dijera nada.

Por todo eso tenía la confianza de Ramón y Benjamín. Debieron ordenarle o pedirle el favor. Y un día llamó a Orlando Sánchez Cristancho. Era corre-ve-y-dile entre los Arellano y el narco en Santafé de Bogotá. Fue entonces cuando Ismael advirtió en la cafetería del "Sanborn´s": Blancornelas irá a Colombia. Le dio las fechas de llegada y regreso en la línea aérea Avianca. Hasta le dijo que me alojaría en el Hotel Tequendama. "Quiero que lo maten". Sánchez Cristancho lo escuchó. No le dijo "si" o lo contrario. Nadamás se fue a Colombia y llevó el mensaje. Habló con "El Pollo", hombre ligado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Las famosas FARC. No tengo referencia si la respuesta fue inmediata o se tardó. Sólo me consta que guerrilla y los narcos rechazaron la propuesta para matarme. La razón: Yo no era problema para ellos. Nada les debía. Ni tenían cuentas pendientes conmigo. Además los ponían en un aprieto. Mi presencia en una reunión mundial de periodistas era dificultosa. Estaría en el presidium cerca del Presidente de Colombia. Al lado de Gabriel García Márquez. Sería escandaloso. Los perseguirían si acaso podían escapar. Además la Guardia Nacional protegería el evento. Las calles próximas a la sede fueron cerradas. Día y noche militares estuvieron en el hotel. Para todo me transportaban en un Land Rover blindada. Agentes armados. Motociclista a la altura de donde yo iba. Es que en Colombia se acostumbran mucho las ejecuciones cuando aparecen dos jóvenes en motocicleta. Uno maniobra. Otro dispara. Huyen perdiéndose en el tráfico.

Por todo eso las FARC y los narcos no quisieron matarme en Colombia aquel mayo de 1999. Yo ni siquiera lo sabía. Pero tampoco nadie me contó. De chiripada vi la Averiguación Previa 146/2003 de la Procuraduría General de la República. Contiene confesiones de Orlando Sánchez Cristancho. Fue detenido en Miami, Florida. Allá lo interrogaron funcionarios mexicanos. Supongo buscaban saber sus conectas con los Arellano Félix. Entonces entre otras cosas destapó la petición para asesinarme. Y hasta ahora, cinco años después, me enteré.

Cosas de la vida. Ismael Higuera "El Mayel" ahora está prisionero. Cuatro años y cinco meses en "La Palma". Los abogados le estaban defendiendo muy bien. Pero legalmente no veo cómo pueda salir de la cárcel. Sus jefes: A Ramón lo mataron en febrero del 2002. Domingo de carnaval. Iba buscando a "El Mayo" Zambada y se topó con policías estatales. Murió en el tiroteo. Benjamín fue capturado por el Ejército Mexicano un mes después. Lo atraparon cuando llegó a Puebla para visitar a su familia. Desde entonces está en "La Palma".

Allí vive también Marco Antonio Jiménez "El Pato". Y en el Reclusorio Norte está Alberto Márquez Estrada "El Bat". Son dos de los diez que me dispararon e hirieron. Pero mataron a mi compañero Luis Valero Elizalde. Primero tenían tercos abogados defensores. Exigían fuera yo de Tijuana al D.F. para carearme. Lo rechacé. Me olió a trampa. Legalmente debía realizarse en Tijuana. Después de reclamaciones y negativas se decidió: Por video. Pero falló la transmisión. Curiosamente se normalizó luego de una juez declarar la cancelación. Y para entonces el mafioso ya no tenía abogados defensores. El proceso está en los juzgados de distrito defeño y tijuanense.

Luego el jueves 14 sucedió algo dramático: Fue identificado el cadáver de Jorge Eduardo Ronquillo "El Niño". Mafioso ejecutado y calcinado días antes. Según supe y lo publiqué en junio reciente: Este malandro asociado al Cartel Arellano Félix participó en el asesinato de mi compañero y editor Francisco J. Ortiz Franco. Pero a inicios de este mes fui advertido: Se reunió con un recién salido de la penitenciaría. Platicaron en el conjunto habitacional INFONAVIT-Presidentes. Quedaron en ver cómo "se aventaban un jale suicida". De mucho riesgo. Me lo dijo un informante. Se identificó cómo pariente del engatusado por "El Niño". El chiste era matarme y también a quienes me protegen. Todo salió al revés. Enemigos del narco le dispararon a la cabeza y luego incendiaron la camioneta en que viajaba. Tuvo un desgraciado final. Peor que Ismael Higuera "El Mayel". O Alberto Márquez "El Bat", Marco Antonio Jiménez "El Pato" y Benjamín Arellano Félix. Desgraciadamente igual a Ramón Arellano Félix. Quiensabe cuando se les quite de la cabeza eso de matarme.