TIRO AL BLANCO

 

Marcelo Divina Garza

 

                                    Jacobo Vázquez

 

En San Luis no tenemos un gobernador preocupado por los problemas del estado, sino a una especie de diva que gusta de atraer a la entidad eventos costosos y efímeros.

 

A la Divina Garza Marcelo le gustan las pasarelas y en eso el dinero del erario se puede derrochar.

 

Gasta sin misericordia un millón de pesos diarios para que los medios reproduzcan su bella imagen de abuelito bonachón, mientras la sociedad se encuentra lastimada por los secuestros, las ejecuciones sin resolver, la falta de empleo, los presos políticos en la Huasteca, la amenaza guerrillera, la miseria en el Altiplano.

 

Cual espíritu miserable, vive interesado por las apariencias, por el engaño.

 

Se preocupa por eventos como Teletón, Nuestra Belleza o Espacio 2005 pero ignora un premio de cine francés, ganado por un mexicano, Eugenio Polgovsky, donde se narra la insólita vida de sobre vivencia de una familia en Charco Cercado, Guadalcazar.

 

Ahí donde no hay hoteles de lujo, ni cenas de gala, ni cuantiosos honorarios para distinguidos conferencistas; ahí dónde se vive aún como antes de la conquista lo hacían los guachichiles en el Gran Tunal: cazando víboras, animales salvajes, comiendo ratas y pizcando todo aquello que brota en las mezquinas ubres del desierto potosino.

 

La publicidad, el circo sin pan, lo chic, el glamour de la fama, las relaciones internacionales… todo eso le alborota la hormona al gobernador y entonces se interesa porque a San Luis vengan personalidades, en tanto, la Plaza de Armas se le vuelve un batidillo de protestas que ni él ni sus subordinados atinan resolver.