Tlatelolco, violencia prefabricada

Pactaron Echeverría y Díaz Ordaz el 2 de octubre, en Palacio Nacional


Por David Santa Cruz Negrete

 

Entresacado: "Si el presidente tenía planeado salir de la ciudad, ¿por qué instruir a Martínez Manautou para citar a Echeverría? De ser cierta la versión oficial, indicaría que la gira de Díaz Ordaz fue improvisada ante lo inminente de la represión"

 

Al filo del mediodía del miércoles 2 de octubre de 1968, horas antes de la matanza, el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz y su secretario de Gobernación Luis Echeverría Álvarez, se reunieron en Palacio Nacional para discutir, entre otros temas, lo relativo al mitin de ese día en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, según evidencian documentos en poder de La Crisis, obtenidos en el Archivo General de la Nación (AGN).

Sin embargo, una docena de periodistas aseguran haber estado con el mandatario en Guadalajara, Jalisco, ese día, y el propio Díaz Ordaz manifestó no saber nada respecto a los muertos, sino hasta la noche del 2 de octubre, pues "me encontraba en un sitio donde no había teléfono", aduciendo así su total ignorancia sobre lo sucedido. Esta última fue la versión oficial.

En una tarjeta con el sello de la Secretaría de la Presidencia, su titular, Emilio Martínez Manautou (abuelo del presidente del Partido Verde, Emilio González Martínez), por conducto de su secretario particular, Leopoldo Ramírez Limón, comunica al profesor Melchor Sánchez Jiménez, particular de Luis Echeverría, que el presidente de la República "concederá acuerdo al titular de esa dependencia el miércoles 2, a las 12 horas, en Palacio Nacional".

La tarjeta, encontrada entre millones de documentos en el AGN, está fechada el 1 de octubre de 1968 y la rubrica el propio Ramírez Limón.

Si el presidente tenía planeado salir de la ciudad, ¿por qué instruir a Martínez Manautou para citar a Echeverría? De ser cierta la versión oficial, indicaría que la gira de Díaz Ordaz fue improvisada ante lo inminente de la represión y que los reporteros que afirmaron haber estado con él, serviles al sistema, omitieron decir que los llevaron sin siquiera permitirles avisar a sus casas o recoger ropa limpia, e incluso que nadie viajó con el presidente, sino que lo vieron hasta llegar a la capital de Jalisco la tarde de ese día.

De acuerdo con otra ficha ampliamente difundida y de la cual jamás hubo desmentido, en el acuerdo del 2 de octubre Díaz Ordaz y su sucesor en la Presidencia, Luis Echeverría, hablaron en primer término del "mitin y manifestación", y en segundo lugar de la nota que indica: "González Guevara y rector". También hay una anotación que dice: "$ 19,000.00.- Sócrates", en aparente referencia al líder politécnico Sócrates Amado Campos Lemus, a quien se le acusaba de traidor desde el momento en que se le detuvo, aunque él ha desmentido en varias ocasiones este supuesto y negó haber recibido dicha suma de dinero. Entre otras cosas, también hablaron algo acerca de Notimex. ¿Habrán decidido la línea mediática para encubrir lo que estaba por venir?

 

Violencia prefabricada

El movimiento se inició por indignación, recuerda uno de los ex dirigentes del movimiento y en aquel entonces estudiante de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Marcelino Perelló. El 17 de septiembre de 1968 declaró a Excélsior: "Los más indignados eran los politécnicos. Ellos no sabían lo que querían. Realizaban mítines en las calles. Sus reuniones se caracterizaban por la indignación."

Casi todos coinciden en que la violencia del Movimiento del 68 fue creada, quizá como el mismo movimiento, a través de personajes inciertos como el fundador y líder vitalicio de la Federación de Estudiantes Politécnicos (FEP), uno de los principales grupos porriles en el IPN, Alfonso Torres Saavedra, alias El Johny (actual director de una secundaria técnica), quien el 22 de julio de ese año, según documentos de la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales encontrados en el AGN, participó y presuntamente encabezó, junto con El Charro y El Mongol, el enfrentamiento que en punto de las 10 de la mañana se dio entre estudiantes de las vocacionales 2 y 5 contra los alumnos de la escuela Isaac Ochoterena, quienes fueron apoyados por dos pandillas de delincuentes: Los Arañas y Los Ciudadelas, cuya represión desencadenó el histórico movimiento.

Incluso, la violencia por parte del Ejército que dio pie a la matanza de la Plaza de las Tres culturas, pareciera fabricada, de acuerdo con los documentos del general Marcelino García Barragán, publicados por Julio Scherer García en el libro Parte de Guerra, así fue. Los sucesos son narrados por el primero al general Lázaro Cárdenas del Río, quien le solicitaba a Barragán la liberación de los presos políticos:

"Empezó (el mitin del 2 de octubre), y a la hora en que Sócrates (Amado Campos Lemus) estaba más entusiasmado hablando a la multitud con micrófono en mano, un soldado escogido por el capitán X, muy fuerte y decidido, jaló de las piernas a Sócrates derribándolo; éste siguió hablando hasta que el capitán le puso su pie en el micrófono y se lo quitó. En esos momentos comenzaron los disparos de las cinco columnas de seguridad que, a las órdenes de XXX, estaban apostadas en las azoteas de los demás edificios esperando al Ejército, que contestó el fuego."

Ahí, en el edificio Chihuahua, se encontraba también el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, director de la temida Dirección Federal de Seguridad, quien se encargaría años después de iniciar la guerra sucia. Incluso, es a través de éste que García Barragán consigue los departamentos en Tlatelolco, mismos que controlaba el Estado Mayor Presidencial, al mando de Luis Gutiérrez Oropeza.

En el libro Trampa en Tlatelolco, síntesis de una felonía contra México, escrito por Manuel Urrutia Castro y cuya única copia conocida está en la biblioteca de El Colegio de México, se destaca que García Barragán y Mazón Pineda aseguran que los hechos del 2 de octubre de 1968 "fueron una trampa para desprestigiar al Ejército", lo que no exime acciones paranoides por parte de algunos elementos de seguridad, quienes arremetieron en contra de la población civil, como lo demostraron las fotos publicadas por diversos medios.

Tampoco habría que desestimar la existencia de columnas armadas, conformadas, ésas sí, por estudiantes, principalmente del Politécnico, como demostraron los periodistas Jacinto R. Munguía y Juan Veledíaz, formadas, según Guevara Niebla, por iniciativa de Sócrates Amado Campos Lemus, y en la que participó Jorge Poo Hurtado, según declaración de quien luego fuera parte de uno de los principales grupos guerrilleros del país.

Después rodarían cabezas. De acuerdo con documentos del Departamento de Estado de Estados Unidos, tanto Gutiérrez Oropeza como Mario Ballesteros Prieto, este último jefe del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, "se excedieron en sus funciones" y "cambiaron deliberadamente las órdenes emitidas por García Barragán", y como respuesta a su proceder fueron destituidos.

Pero todavía quedan algunas dudas: ¿Ballesteros Prieto y Gutiérrez Oropeza actuaron deliberadamente para generar el fuego cruzado? ¿La orden final fue pactada en Palacio Nacional ese miércoles2 de octubre al mediodía? Será pues la Fiscalía Especial que investiga estos casos la que deberá armar el rompecabezas de un acto violento que aún hoy pesa en la conciencia nacional, aunque el presidente Gustavo Díaz Ordaz asumió en su Quinto Informe de Gobierno, leído en septiembre de 1969, la responsabilidad histórica de lo acontecido.

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