Las
leyendas hablan de una antigua reina vampira que reside
en lo alto de las Montañas
del Fin del Mundo. Muchos
creen que no es más que un cuento de viejas. Sin
embargo,
algunos estudiosos saben que no es así. La
vampira existe realmente, y aquellos que la
conocen la
llaman Neferata que, en el idioma de la antigua
Nehekhara, la Tierra de los
Muertos, significa
"aquella que es bella en la muerte".
Se dice que Neferata es tan bella como una diosa. Sus
negras trenzas flotan alrededor
de su hermosa cara, tan
bella ahora como lo era en su juventud, a pesar de que
su piel es
blanca como el alabastro y que los largos años
que ha empleado en causar el mal han borrado
todo rastro
de piedad y compasión de su cara. Tiene el aspecto de
una doncella joven,
y tan solo en sus amarillentos ojos
puede leerse su corrupta e inmortal sabiduría y
crueldad.
El refugio de Neferata, el Pináculo de Plata, está
situado en la cima de las Montañas
del Fin del Mundo.
Desde allí controla a sus servidores no muertos y
realiza expediciones de caza en
busca de sangre. Su
guarida en la montaña está llena de corredores,
pasadizos y salas
que se entrecruzan, creando un
gigantesco laberinto. La infinidad de trampas para
atrapar
a los intrusos
y una horda de criaturas no muertas hacen de este lugar
uno de los más
peligrosos de todo el mundo.
Neferata se deleita seduciendo a los mortales de corazón
puro y provocando su caída.
Neferata está
especialmente orgullosa de los caballeros bretonianos, ya que
considera
que su Código de la Caballería es muy fácil
de manipular.
Neferata conserva alguna de sus víctimas como amantes,
mientras que a otras simplemente
les chupa toda la
sangre. Convierte a los amantes mejor dotados en
sirvientes no muertos,
aunque pocos le divierten el
tiempo suficiente como para que llegue a plantearse la
posibilidad de concederles el Beso de la Sangre.
Neferata encuentra pocos rivales que sean dignos de ella
en combate, pues ella es la
Reina de los Misterios, y su
furia es terrible. Neferata conserva la mayor parte de
los
conocimientos mágicos perdidos durante la destrucción
de Lahmia; antiguos rituales y
misterios que solo ella
conoce.
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