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Parte 2

EUGENIO

De Cri-Crí, el grillito cantor. ¿No me digas que nunca has oido canciones de Cri-Crí? Qué mal esta eso. A ver, vamos a prenderle a la tele. Suena el teléfono, Eugenio corre a contestar y deja la tele encendida en un canal donde muestran lucha libre. La niña permanece atenta al espectáculo de los luchadores. Eugenio contesta. ¿Bueno? Qué pasó Johnny, ¿cómo estás?… Ay quién te viera, tan chambeador. Te va a hacer daño… Nada. Aquí viendo la tele con mi primilla que vino de visita. Sí, ándale… ¿Los qué?… Ah, sí. Los envié la semana… mmm… hace dos semanas… se los dejé ahí a una como secretaria. Dijo que muy bien, que ella anexaba mis documentos a las demás solicitudes de beca y bla, bla, bla… No, no fui a hablar con tu tío. Es que vi que no era necesario, o sea, le entregué a esta señora los documentos y pues dijo que no había ningún problema… Ey… Mjm… Ah… ¡A poco sí!… ¿Nomás veinte?… ¿Y cuántas becas van a dar?… O sea que necesitaría yo estar de plano muy pendejo para que no me toque una, ¿verdad?… ¿Y cuántos son de aquí de Morelia?… ¿No sabes quiénes son?… Digo, para ver si me la pelan o no, je, je…

 

Fade out.

 

ESCENA 7

 

Eugenio sueña. Al principio, no es aparente que es un sueño, pero poco a poco todo se torna más extraño, surreal. Eugenio, vestido de traje, está sentado en un auditorio vacío. Está algo nervioso pero entusiasmado. Se escucha una voz en off de una especie de maestro de ceremonias.

 

M.C. (off)

Y ahora, de manera especial, vamos a entregar una beca excelencia a una persona a quien todos admiramos mucho y quien día con día lucha por superarse y enfrentar los nuevos retos que este planeta demanda con seguridad y sabiduría. Cabe aclarar que aunque se entregan anualmente diez becas para el extranjero a jóvenes destacados, esta es la primera ocasión en que entregamos una beca excelencia. Acordamos hacerlo porque es lo menos que podemos hacer para apoyar a una persona tan talentosa como lo es quien está a punto de recibir esta condecoración especial por parte nuestra. ¡Enhorabuena, Eugenio Mata Tena!

 

Eugenio se sorprende, se emociona, se levanta de su asiento y comienza a brincar de emoción de una manera ridícula.

 

EUGENIO

¡Esto es increíble! ¡Qué excelente! Sabía que ustedes iban a valorarme… je, je. Discúlpenme que todavía no lo pueda creer… es que… ¡Hasta tengo la impresión de que estoy soñando!

 

Justo al terminar Eugenio de decir estas palabras, se observa que el M.C. que le entrega la beca es un muñeco guiñol.

 

M.C.

No, Eugenio. No estás soñando.

 

EUGENIO

¡Muchísimas gracias! ¿Me permite decir unas palabras de agradecimiento?

 

M.C.

¡Por supuesto, Eugenio! Tienes la palabra.

 

EUGENIO

… y la beca! Bueno, primeramente quiero agradecer a esta organización que tan amablemente me ha brindado una oportunidad de estudiar en el extranjero. Prometo que no los defraudaré. Gracias por supuesto a mis padres, quienes han estado siempre al pendiente de mi formación… cuando vieron que tenía yo facilidad para el dibujo, me metieron a clases de karate… a mi hermana, mi abuelita, mis demás familiares con la excepción del hijo recién nacido de mi tía Cuqui, pues, en realidad, él nunca me ha apoyado en nada. A todos aquellos a quienes nunca les quise pasar la tarea y siguieron siendo mis amigos… A mi maesro de inglés de la secundaria, quien nunca iba a clases y nos dejaba una hora de descanso… a mi público tan lindo y a ustedes que son tan amables. Finalmente, como es de esperarse, adiós y hasta luego. Parece como si al final dijera "A Dios" y "A Sta Luego." Ah, y como la beca está en dólares: ¡ojalá que caiga otra devaluación!

 

Todos aplauden. Aparece Cri-Crí y Eugenio baila con él, emocionado. A continuación sigue una secuencia de imágenes sin lógica. Gente haciendo fila para que alguien les sople a unos zapatos que llevan en las manos, etc. Eugenio ve todo esto como normal pero de pronto reacciona.

 

EUGENIO

¡Un momento! Este es un sueño, ¿verdad?

 

Aparece un muchacho con facha de animador de programa de concursos.

 

ANIMADOR

Así es, Eugenio. ¿Cómo te diste cuenta?

 

EUGENIO

Porque esa persona trae un calcetín de uno y otro de otro, y pues no me pareció lógico.

 

ANIMADOR

¡En efecto Eugenio! Estás en un sueño.

 

EUGENIO

Pero… ¿y entonces mi beca? Me la pe… ¡esto no puede ser! ¡No se vale!

 

ANIMADOR

Claro que se vale. Es más, está con nosotros la licenciada Rosa María Martínez Zamora, interventora de la Secretaría de Gobernación, quien va a dar fé de la legalidad de este sueño.

 

Se ve la licenciada y se escuchan aplausos.

 

EUGENIO

¡Perros malditos!

 

ESCENA 8

 

ALTER EGO

A mí me enseñaron que la principal cualidad en un ser humano es la humildad. Nunca hay que hablar de lo que uno tiene o lo que uno hace, me dijeron. Hay que dejar que los demás hablen de nuestros logros y cualidades. Eso es una tontería. Si soy realmente bueno para… digamos… jugar futbol, ¿qué tiene de malo que lo diga? "¿Sabes jugar futbol?" "Sí, sí sé. De hecho, soy muy buen jugador." No encuentro dónde está el pecado. Digo, mientras uno acepte sus límites y esté consciente de que hay mucha gente muy capaz. "¿Que tu promedio de la licenciatura es muy bueno?" "Sí, sí es." "¿Crees que te mereces la beca?" "Sí, sí creo." ¿Hay algo de malo en esto? No hay pecado. Es más, Cristo lo hacía. El cuate se la pasaba diciéndole a todo mundo: "Soy el hijo de Dios." Y eso, hay que reconocer, es más fácil que irrite a la gente: "Mira te presento a un amigo." "Mucho gusto: Juan el pescador." "Hola, yo soy Jesús, el hijo de Dios." Por otro lado, si Cristo no hubiera mencionado este hecho dudo mucho que hubiera logrado ser tan popular. Imaginemos: "Oye, ¿es cierto que tú eres el hijo de Dios?" "Ay no, ¿cómo crees? No, para nada. Mi papá es un pobre pendejo." ¿Tiene sentido lo que estoy diciendo?

 

ESCENA 9

 

Eugenio y su abuelita están en casa de la última. Esta escena, cronológicamente sigue después de la escena en que Eugenio y su abuelita llegan con una televisión y se encuentran a Goyita. Han dejado la tele en el piso y Eugenio se queja de dolor en la espalda.

 

ABUELITA

¡Ay hijo! No pensé que esta tele estubiera tan pesada. Y yo plática y plática con Goyita.

 

EUGENIO

No te preocupes, abue. Lo único es que no volveré a pasar un examen médico en mi vida.

 

ABUELITA

¡Ay! Y ahora que te nos vas a Estados Unidos.

 

EUGENIO

¿A Estados Unidos?

 

ABUELITA

Ya me dijo tu mamá que te van a dar una beca…

 

EUGENIO

No. No es seguro. Mi amigo Juan me dijo que hay gran probabilidad, pero él no me puede asegurar nada porque pues de él no depende.

 

ABUELITA

¡Ay hijo! Yo le pido a Dios nuestro Señor y a la Santísima Virgen que te den esa beca. Si hay alguien que se la merece, eres tú. Siempre tan estudioso, tan disciplinado, tan serio.

 

EUGENIO

Pues a lo mejor, pero hay mucha gente dedicada y estudiosa. Vamos a ver. No hay que cantar victoria antes de tiempo.

 

ABUELITA

Tú también pídele mucho a Dios, hijo… mira… permíteme tantito. La abuelita entra a un cuarto. Eugenio mientras se rasca, bosteza, se soba la espalda. Regresa la abuelita con una estampita religiosa. Mira: esta es una imagen de San Juan del Rosal. Dicen que auxilia a la gente que quiere continuar sus estudios.

 

EUGENIO

Incrédulo. ¿Quién te dijo eso?

 

ABUELITA

Es un santo muy milagroso. Cuando tu abuelito regresó a estudiar la Normal, esta estampita le ayudó mucho. Tienes que frotártela en todo el cuerpo.

 

Empieza a frotarla contra el cuerpo de Eugenio. El le detiene.

 

EUGENIO

Bueno abue, gracias. Luego me paso la estampita por el cuerpo. ¿Tengo que poner la estampita de cabeza, o no? Está nueva, ¿verdad? Digo, nadie se la ha frotado antes. Huele la estampita.

 

 

ESCENA 10

 

Eugenio se peina y perfuma. Posteriormente se estaciona frente a una casa bonita. Tiene dificultades para colocar el tapa-sol, que es del tipo que se dobla y queda un círculo de diámetro pequeño. Baja del coche, timbra y en lo que le abren decide olerse las axilas. Paulina llega apresurada pero callada, justo detrás de Eugenio. Habla mientras Eugenio aún huele su camisa.

 

PAULINA

¡Ay Eugenio! ¿No tienes mucho rato? Es que tuve que salir de rapidito y sentía que no llegaba.

 

Eugenio está en el comedor de la casa de Paulina, con ella a su lado. Sobre la mesa hay libretas, lápices, etc. Eugenio está sentado dibujando, mientras Paulina, de pie, le explica lo que debe dibujar.

 

PAULINA

Entonces lo que quiero es que aquí esté una persona como dando un discurso medio aburrido, y por acá algunos que son así como el público, pero que se ve que no le están poniendo atención. Y de este lado ponme otro conferencista pero con más energía y liderazgo, y a él todos lo escuchan con atención.

 

EUGENIO

Bueno. ¿Cómo dibujo el liderazgo? ¿Le pongo cara de Miguel Angel Cornejo? Ah, ya sé: pongo al monito apuntando hacia el horizonte y con carita de "viendo hacia el porvenir." ¿Qué otro dibujo quieres que te haga?

 

PAULINA

Si quieres ahorita con este y ya después te molesto con otro.

 

EUGENIO

Mejor aprovecha ahorita porque quien sabe si la semana próxima todavía esté en el país.

 

PAULINA

¿Vas a salir de vacaciones?

 

EUGENIO

No, no te creas. Lo que pasa es que metí una solicitud para una beca para hacer una maestría en Estados Unidos y según me dijeron, hay posibilidad de que me la den.

 

PAULINA

Ay, qué padre. Yo también quiero hacer una maestría en el extranjero.

 

EUGENIO

Pues vámonos. Rento un depa y ahí te hago un lugarcito.

 

PAULINA

Sí, cómo no.

 

EUGENIO

No, pero en serio. Te puedes ir un verano o algo así.

 

Se escucha el timbre.

 

PAULINA

Pues sí estaría bien. Déjame ver quién toca.

 

Mientras Paulina está ausente, Eugenio se queja de su estómago y expele una ventosidad flatulenta por su ano. Agarra una libreta y empieza a hacer aire cerca de la zona dañada. Eugenio se rasca y huele sus dedos. Regresa Paulina acompañada por un muchacho corpulento con cara de pocos amigos. Se llama Joaquín.

 

PAULINA

Sí conoces a mi novio Joaquín, ¿verdad?

 

EUGENIO

Sssssssí, pero no sabía que era tu novio. Se le ve una cara de decepción, enojo, sorpresa. Imagina que le corta un ojo a Paulina, utilizando una navaja de barbero (Obvia referencia a "Un perro andaluz"). Joaquín, no muy contento por la presencia de Eugenio, se sienta.

 

JOAQUIN

¿Me das agua?

 

PAULINA

Sí. ¡Ay Eugenio! A tí ni te he ofrecido nada. ¿Quieres algo?

 

EUGENIO

Tantita agua también, por favor.

 

PAULINA

Enseguida les traigo el agua. Perdón Eugenio, por ofrecerte algo de tomar hasta ahorita. La gente amable es cada vez más escasa.

 

EUGENIO

Podría decirse que están en peligro de extinción.

 

PAULINA

Yendo hacia la cocina. Sí, así como… como los indígenas estos del amazonas… los…

 

EUGENIO

Yanomami.

 

JOAQUIN

¡A mi novia no la insultes, perro!

 

EUGENIO

No la… así se llama esa tribu.

 

PAULINA

A Eugenio: Ah, al ratito bajo el disco que me prestaste El de… ¡ay! Se me olvidó su nombre. Mi cerebro ya está un poco… Se aleja nuevamente a la cocina.

 

EUGENIO

"Madredeus." Joaquín se molesta y amenaza en levantarse. ¡"Madredeus"! ¡Ese es el grupo! ¡Yo no les puse el nombre! Pausa. Eugenio agrega, molesto, como si le hablara a Paulina pero en realidad quiere que lo escuche Joaquín: Ah, luego te presto un libro muy interesante que te va a gustar, aunque está algo fuerte. A Joaquín: Se llama "Chinga a tu madre pinche pendejo de mierda."

 

JOAQUIN

¡Te voy a partir tu madre!

 

EUGENIO

¡Ese no lo he leído!

 

Joaquín muy molesto toma a Eugenio por las solapas. En eso momento regresa Paulina y Eugenio aprovecha la situación para escapar.

 

EUGENIO

Pau, ¿me prestas tu baño porfa?

 

PAULINA

No. Pausa. Sonriendo: Claro que sí. Está aquí a la vueltita.

 

EUGENIO

Gracias.

 

Eugenio defeca. Hace esfuerzos por minimizar el ruido. Al terminar, descubre que no hay papel higiénico. Revisa y no lo encuentra por ningún lado. Suda. Piensa en hablarle a su amiga, pero no se atreve. Sigue pensando. Contempla la toalla. Decide que no. Busca la ventana como para escapar por ahí. Está realmente mortificado.

 

La siguiente toma muestra a Eugenio saliendo del baño muy serio, aunque algo nervioso. Llega al comedor y descubre que Paulina y Joaquín están en la sala.

 

EUGENIO

Como para sí mismo. He visto un paisaje, un abismo y un halcón. Referencia clara a "El Angel Exterminador."

 

PAULINA

Nos pasamos a la sala. Vente.

 

EUGENIO

Mejor ya me voy, para hacerte los dibujos y traértelos pronto.

 

PAULINA

Pásate aunque sean cinco minutos, ándale.

 

EUGENIO

Bueno, gracias. Se sienta, cruza la pierna y se descubre que ya no trae los calcetines que vestía todavía en el baño. Al ver que se le ven los tobillos intenta discreta e inútilmente cubrírselos con el pantalón.

 

Pasan unos cinco minutos. Joaquín se para al baño. Regresa casi inmediatamente.

 

JOAQUIN

No hay papel.

 

PAULINA

Ay, sí es cierto. Salí a la tienda a comprarlo antes de que llegara Eugenio pero al regresar se me olvidó ponerlo.

 

Joaquín y Paulina reaccionan de inmediato. Eugenio no hace más que ponerse rojo y extremadamente serio. Se despide. Sale y tiene problemas guardando el tapa-sol.

 

 

ESCENA 11

 

ALTER EGO

La corrupción. En este país se encuentra en todos los niveles, aunque claro, no todos tienen oportunidad de ser corruptos. Tenía un compañero en la prepa que no pagó los boletos que nos ensartaron los maestros para una rifa hasta que lo amenazaron con reprobarlo. Había corrupción de su parte y también del lado de los profesores. ¿Cuántas veces no hemos oído a alguien referirse a un político corrupto y decir "pues si yo estubiera en su lugar haría lo mismo"? Es más, el pedirle a alguien en la fila para el cine que nos compre los boletos es corrupción vil y pura. Casi todos en México son así. Digo "casi" y "son" porque afortunada… o desgraciadamente, yo no soy así. Claro que hay quienes dicen que todos tenemos nuestro precio.

 

 

ESCENA 12

 

Close up a Eugenio durante su primer parlamento. Después se observa que está en casa de su amigo Juan, en su cuarto. Juan está en pijama y en cama.

 

EUGENIO

Qué pasó, ¿cómo sigues?

 

JUAN

Pos igual de jodido que ayer. Pinche panza. No sé qué me hizo daño.

 

EUGENIO

"Iií" güey, yo el otro día también me enfermé de la panza. Estaba en casa de… ah, pues sí te conté, ¿verdad?

 

JUAN

Como tres veces, güey.

 

EUGENIO

Bueno, es que me impactó. Ah, antes de que se me olvide, aquí traigo tus supositorios. No se los entrega, sino que juega con la cajita. ¡Ay, buey! Tu mero vicio.

 

JUAN

Gracias, güey. Qué pena, pero es que mi mamá traía prisa y como en eso hablaste se le hizo fácil pedirte que me los compraras.

 

EUGENIO

No hay bronca. Yo lo hice con gusto.

 

Flashback. Eugenio cuelga el teléfono, muy molesto y con medio ganas de llorar.

 

EUGENIO

Pinche señora. No tiene madre. Cree que soy su pendejo.

 

Fin de flashback.

 

EUGENIO

Lo chingón es que tienes un tío doctor que te receta de a grapa.

 

JUAN

Oye, por cierto. Convendría que le habláramos a mi tío antes de que salga la lista, para ver si te echa la mano.

 

EUGENIO

Ah, gracias buey. Pero yo espero que no haya necesidad. Dices que había nomás como veinte solicitudes una semana antes de la fecha límite. Ponle que hayan entregado sus papeles otros cinco, diez bueyes. Van a dar 15 becas, según dices, ¿no? Tendría que estar más jodido que la mitad de estos cuates para que no me la dieran. Mejor vamos a ver qué pasa.

 

JUAN

Mira, yo sé que tú eres muy ético y la madre, pero creo que sí valdría la pena que mi tío tenga como referencia que eres mi cuate. Él ya me prometió una beca para el próximo año, pero ahorita te puede echar la mano a tí. Conoce bien a los cuates que deciden a quién becan y en caso de que algo pasara, estoy seguro que si él les comenta algo los güeyes estos pueden reconsiderar.

 

EUGENIO

Piensa un instante. No güey, gracias. Vamos a ver primero mejor. Yo tengo mucha fe en que sí voy a aparecer en la lista.

 

JUAN

¿Cuál fe? Si eres ateo.

 

EUGENIO

No soy ateo. Soy "spiritually challenged." Pa' que veas hasta dónde ha llegado la corrección política.

 

JUAN

Piensa un instante y habla un poco apenado. Mira cabrón. No te quería decir esto pero veo que eres muy pinche necio. Ayer mi mamá fue a casa de mi tío y en eso le llegó por email la lista de los becarios para que la imprimiera y la pusiera en la revistita pendeja que publica. Ya ves que él es el editor. No apareces ahí. Si vamos a hablar con mi tío tiene que ser ya. Antes de que salga la publicación.

 

Eugenio se queda serio, callado, inmóvil. Después de un rato balbucea:

 

EUGENIO

Nnno…. Lo que pa… en la madre. ¿Seguro, güey? Son mamadas. ¿Y si le decimos orita a tu tío no hay pedo? ¿Pero sería una beca extra o se la quitarían a un güey para dármela a mí?

 

JUAN

El número de becas es fijo.

 

EUGENIO

No, buey. Yo no puedo hacer eso. Mejor me espero para el siguiente año.

 

JUAN

No mames. Un año es un chingo. Además yo quiero irme el próximo año y mi tío sólo le puede echar la mano a una persona. Imagínate que otra vez no quedaras en la lista.

 

EUGENIO

Sí güey. Pero es que… es que no es correcto.

 

JUAN

Algo molesto. Mira güey. Este es el mundo real, ya déjate de mamadas. Nada aquí es correcto. Además, ¿quién eres para decir qué es correcto y qué no? Tú mismo has dicho que eres un buey muy chingón y que te mereces esa beca.

 

EUGENIO

Comienza a alzar la voz. Pues a lo mejor. Pero yo no puedo hacer eso.

 

JUAN

Pues eres un pendejo.

 

EUGENIO

A lo mejor sí, buey. A lo mejor sí. Pero, ¿quién eres para decir quién es pendejo y quién no?

 

JUAN

Come caca. Uno te quiere ayudar y tú sales con tus mamadas.

 

EUGENIO

Bueno güey, ¿yo cuándo te pedí que me ayudaras? Ya me voy cabrón, porque estás insoportable. Ya de salida se percata de que aún trae la caja con supositorios. Ah, y toma tus pinches supositorios y métetelos por el fundillo.

 

JUAN

Pues eso es lo que voy a hacer, ¡pendejo!

 

EUGENIO

Pues hazlo. Ahí la vemos.

 

 

ESCENA 13

 

Eugenio camina triste. Se le ve deprimido mientras realiza sus actividades cotidianas: pasear al perro, estudiar, bañarse, comer. Eugenio está deprimido mientras su primita, Lily, observa con entusiasmo la lucha libre. Eugenio está sentado frente a su monitor. Alter Ego está sentado en su banco también deprimido. Eugenio continúa con la mirada perdida hasta que escucha una voz. Es Dios convertido en hombre: una imagen de humano muy distinta a la tradicional.

 

DIOS

¿Qué te pasa Eugenio? ¿Arrepentido?

 

EUGENIO

S…sí. Pausa. ¿Quién eres?

 

DIOS

No me digas que no sabes quién soy, porque he adoptado la forma exacta en que tú me visualizas. Observa: tengo una apariencia muy distinta a la de las imágenes que comunmente me representan, y sin embargo, nota que no me he desligado del todo de elementos cristiano-católicos que obviamente tienes profundamente arraigados desde tu niñez y no puedes deshacerte de ellos por más que lo intentes.

 

EUGENIO

¡Dios mío!

 

DIOS

Exacto. Tranquilízate Eugenio. Esa beca ya se te fue. No tiene caso que te preocupes por algo que no tiene ya solución.

 

EUGENIO

Y tú… ¿No puedes solucionarlo?

 

DIOS

¡Ni que fuera mago! En lugar de preocuparte, debes ocuparte. Creo que si comes algo te calmarás un poco. Déjame hacerte un sandwich.

 

EUGENIO

Gracias, muy amable. Ahora sí que "Dios te lo pague."

 

DIOS

¿Con todo?… Jamón, lechuga, mayonesa, mostaza, cebolla, jalapeños,…

 

EUGENIO

Sí. Con todo por favor.

 

DIOS

Déjame darte también un vinillo tinto fabuloso. Cosecha del '33.

 

EUGENIO

Dios mío, qué amabilidad.

 

Dios pone una copa sobre una mesa. Con un picahielo o navaja se lastima la muñeca izquierda hasta que le sale sangre. Vierte la sangre en la copa. Eugenio mira con sorpresa y asco.

 

DIOS

No te preocupes: ahorita la convierto en vino. Se retira a preparar el sandwich.

 

EUGENIO

¡Este cuate!… ¿Sabes qué? Mejor dame el sandwich sin mayonesa.

 

 

ESCENA 14

 

Giovanni y Eugenio juegan ajedrez. Giovanni hace una jugada y se come una pieza de Eugenio.

 

GIOVANNI

La vida es como el ajedrez: si no comes, te comen.

 

EUGENIO

Debo reconocer que es lo más profundo que has dicho en tu vida. Pausa. ¿Pero sabes qué? Lo que más me emputa no es que no me hayan dado la beca, sino que de seguro se la dieron a un pendejo que ni la necesita. Un pinche hijo de papá. Un millonario. Aunque ¿sí sabes que ahora en México la riqueza no se mide en millones de pesos? Ahora se mide en secuestros. Las fresitas ahora platican "Ay, Fulana es una naca: sólo la han secuestrado dos veces."

 

GIOVANNI

Ya no te agüites.

 

EUGENIO

Lo que pasa es que en este país ser decente es sinónimo de ser pendejo. ¿De qué me sirve echarle huevos si al final todo se resuelve con la llamada telefónica de un cabrón?

 

GIOVANNI

No te desanimes buey. Yo estoy seguro que para alguien que realmente lucha por sus metas siempre habrá una oportunidad. Si se te cierra una puerta, siempre habrá una ventana.

 

EUGENIO

Sí, pero qué tal si estoy en un treceavo piso.

 

GIOVANNI

En serio, si mantienes una actitud positiva, las cosas te deben de salir bien. Estoy totalmente seguro que a una persona como tú siempre la acompañará el éxito.

 

EUGENIO

¿Tú crees?

 

GIOVANNI

¡Claro! Pausa mientras Giovanni mueve una pieza. Jaque mate. Eugenio observa derrotado.

 

 

ESCENA 15

 

Eugenio en casa de su abuelita. Eugenio sigue perturbado.

 

ABUELITA

Pues mira hijo, Dios sabe por qué hace las cosas. Si no te tocó esa beca es porque no te convenía. Seguramente tendrás otra oportunidad, o se te va a presentar algo más interesante.

 

EUGENIO

Piensa un rato. Después pregunta. ¿Y la niña?

 

ABUELITA

No sé. Hace ya rato que subió. Iba a cambiarse los zapatos.

 

EUGENIO

¡Niña! Primero muchas ganas de un raspado y ahora no baja.

 

Se ven unas piernitas bajando las escaleras. Eugenio está sorprendido.

 

EUGENIO

¿Y ahora? ¿Qué te pasó? ¿Qué le pasó? ¿Así te vas a ir? No, ándale. Quítate eso.

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