Chocó 7 días
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LA COLUMNA DE MENA MENA Sucesos del 2004 Terminamos el año con más penas que gloria En la agonía inevitable del año muchos recuerdos vienen a la mente. Existe la sensación de que fue un año fugaz. Deja más ingratos recuerdos que hechos memorables, que dejan en el alma el dulce sabor de gratitud de los grandes momentos. Más dolor que alegría se percibe en el semblante de las gentes. Crece el hambre y el desempleo, y con él, la desesperación. Un gigantesco interrogante se abre en el espacio ¿Hasta cuándo? En un barrio de Quibdó alguien mata a dos personas por una grabadora barata. En esos lugares la delincuencia impone su ley. Suena una bomba en el corazón de Quibdó cerca a un banco donde los ricos guardan la plata. Siempre hay una primera vez. Nadie sabe cuando es la última. La administración departamental funciona con lo mínimo. Los desocupados se organizan en pandillas y la única empresa que paga 500 mil pesos mensuales es la subversión. ¿Qué hacer? Hubo en Quibdó una empresa grande. Quienes la hicieron y construyeron con sus manos, no tuvieron sueldos en el 2004. Pero sus contratistas y altos funcionarios de administraciones consecutivas, se enriquecieron. ¡De malas que son los pobres! Los quibdoseños caminamos hoy entre charcos y pantanos. Hace dos meses no tenemos agua. La basura prolifera en las esquinas y el mal olor invade la ciudad, otrora grato. El "galán de noche" con sus ráfagas de jazmín hacían románticas y dulces las noches. Habían quienes cuidaban la salubridad pública. Observadores del acontecer cotidiano afirman que el gobernador Julio Ibargüen Mosquera no ha podido constituir su sueño de "El anhelo de un pueblo", porque no tiene con quién. Con el enfrentamiento público no se construyen ideales. Es tiempo de sacudirse para que el 2005 pueda ser más grato. En mi muy personal criterio, observo que hubo dos entidades cívicas que se ganaron la gratitud del pueblo en el 2004. El Comité Cívico por la Dignidad del Chocó y la Fundación Beteguma trabajaron sin ambiciones personalistas ni económicas por amor al Chocó. Los primeros consiguieron las líneas de interconexión eléctrica Virginia-Cértegui y Caucheras-Riosucio, la pavimentación Quibdó-Ánimas y revivieron la vía al mar con una pequeña partida de diez mil millones de pesos. Los segundos, la liberación del malecón, que se había trasformado en un enorme tugurio, en donde funcionarios municipales tenían residencias (dos pisos). Consiguieron también con su insistencia la construcción del último tramo del malecón ($3.500 millones), que es hoy por hoy el más espléndido lugar de celebraciones y regocijo popular, ante incrédulos que nunca creyeron en su realización. Dos entidades no gubernamentales que se han ganado el aprecio y el respeto de los chocoanos. Al terminar el año, entre dolores y frustraciones, pido al cielo reivindicaciones y mejorestar para los chocoanos, mis compatriotas, en el 2005. |
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