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BIOESPELEOLOGÍA EN MÉXICO


En México se inician los estudios de los ambientes hipógeos en 1867 por Bilimek quien describió la fauna de las Grutas de Cacahuamilpa. Posteriormente Parse reportó en 1936 y 1938 una lista de 300 especies de animales en los cenotes de la península de Yucatán. En 1962 Nicholas publicó una lista de troglobios de Mesoamérica incluyendo 130 especies de cuevas mexicanas. En 1971 Bonet realizó el trabajo más completo sobre las grutas de Cacahuamilpa pues en el incluyó aspectos espeleológicos, geológicos, mineralógicos, estratigráficos y paleontológicos. Posteriormente en 1973 un grupo de espeleólogos italianos dirigidos por el Dr. Valerio Sbordoni visitó algunas cuevas de la Sierra Madre Oriental y en 1989 realizaron un recorrido sobre las grutas que se ubican en territorio del estado de Chiapas.

De acuerdo con Palacios-Vargas (1993) se han realizado numerosos trabajos sobre la fauna de las cuevas de México, particularmente en los últimos 50 años. Se sabe que existen alrededor de 1,200 cuevas, pozos, sótanos, minas y otros sitios similares, de los que se han citado más de 2,100 especies de animales, además de algunas plantas y hongos, lo cual permite tener una idea de la riqueza del país en cuanto a fauna con habitats subterráneos.

México representa un paraíso para los espeleólogos ya que aproximadamente el 20% del territorio de nuestro país es propicio para la formación de cuevas. Se ha vuelto famoso en el ámbito de la espeleología por la belleza de sus formaciones, la gran cantidad de abismos y su profundidad, El Sotano de las Golondrinas en la huasteca Potosina y La Hoya de las Guaguas son solo unos de los ejemplos que se pueden citar.

Es importante señalar que cada año nuestro país recibe visitantes de diversos países como Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra, España, Italia, Bélgica y Australia. Todos ellos han participado en la recopilación de reportes de sus expediciones siendo notorio el esfuerzo realizado por la Association for Mexican Caves Studies (AMCS), de Austin, Texas. Por su parte, México se ha dado a la tarea de tener registros de las expediciones y para ello últimamente cuenta con el apoyo de la AMCS.


Formación en el techo de la Cueva Gabriel, Oaxaca, Méx.