OCUPACIÓN DE LA ARAUCANÍA
La tranquilidad que, en general, reinaba en la frontera del Biobío y las relaciones que existían entre los habitantes de uno y otro lado, permitieron el avance colonizador de la Araucanía.
En la Depresión Intermedia al sur del Biobío, algunos intrépidos campesinos y agricultores se habían establecido, comprando, arrendando o simplemente quitándoles sus tierras a los indios (llamados indios, por los colonizadores, que creian haber descubierto las Indias, ignorando que son mapuches, no araucanos, que tambien es palabra del conquistador)(aclaracion aparte ;-). En el sector costero, la existencia del fuerte de Arauco y la explotación del carbón de piedra aseguraban otra línea de penetración.
Durante el gobierno de don José Joaquín Pérez se inició la acción oficial para incorporar la Araucanía con el apoyo de las armas. El realizador de aquella empresa fue el coronel Cornelio Saavedra, que en corto plazo ocupó hasta el río Malleco, volviendo a fundar la ciudad de Angol. Por la costa avanzó hasta el río Toltén.
Este primer avance se ejecutó con escaso derramamiento de sangre, pero luego hubo una sublevación de los mapuches cercanos al río Malleco, que obedecían al cacique Quilapán. Derrotados los naturales, la ocupación se detuvo por algunos años; pero al estallar la Guerra del Pacífico, el avance se había reanudado hasta la línea del río Traiguén.
El conflicto con el Perú y Bolivia significó debilitar el ejército de la Araucanía y ese hecho fue aprovechado por los mapuches para lanzar algunos ataques contra los puestos fronterizos.
Al concluir la campaña de Lima, que virtualmente puso término a la guerra, se pudo reiniciar la ocupación. Las tropas avanzaron hasta el río Cautín y se fundo la ciudad de Temuco.
El coronel Gregorio Urrutia fue el encargado de ocupar el territorio que restaba. Levantó diversos fuertes y prosiguió hasta el lago Villarrica, donde fundó de nuevo la ciudad del mismo nombre.
Así quedaba concluida una tarea que habían iniciado los españoles hacía más de 300 años.
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