El golpeador del porton principal era una mano en puño que cuando llamaba.......... Un gran estruendo pasaba por el zaguán dejando un eco trascendental e incógnito..

"cuantas veces se le a dicho a la Margarita que los bocados se le dan por la puerta de atrás?"

mis hermanos acostumbrados ya a la voz de tía Manuela como un tiple en tres cuerdas salían disparados a burlarse de "La Margarita"

Margarita siempre de rojo hasta los pies vestida y con un grito penetrante y estentóreo de "viva el gran partido Liberal" al cual mis hermanos en coro le gritaban

"abajo con el partido Liberal Liberaaallllll y la ponían furiosa.

Nosotros conocíamos a todos los locos y de puros conchudos y malos le tirábamos el carriel a la Margarita y le gritábamos avemarías a la Violeta~

Violeta prima hermana de San Jose y parienta cercana de la Virgen María a los cuales buscaba con afán de casa en casa porque se le había reburujado entre las entretelas de su mente confusa, el hijo o sea su sobrino Humanado..

Mama le tenia mucha lastima.

La Violeta siempre encontraba su cacao con queso que por orden de Mama se lo dejaban afuera, junto a la puerta del tercer patio~ se lo servían en un chorote de barro rojo comprado en la plaza de Choachi por una de las muchachas del servicio. Después fue abandonado en un rincón de la cocina hasta que un dia Mama lo vio. "ese chorote esta perfecto para ;la Violeta!" Desde ese dia la Violeta se saco la lotería en nuestra casa.....

Pomponio, arbitro de lo Charrorum, repartidor de invitaciones.

Con coco, saco negro pantalón rayado bastón guantes guardapolvos y clavel en el ojal, rompía a voluntad tarjetas y sobres mientras decía

"aquí se acaban estas relaciones";

mis hermanos le gritaba a grito tendido.Pomponio quiere queso?" y lo llamábamos calungo y caratoso y pecuecoso!.

Su contraste que era el modesto alpargaton enruanado y enchichado, Cuchuco que hacia sus caminadas por la catorce en su universal Chapinero.

Vi a cuchuco muchas veces y siempre estaba enfumado.

Mi padre nos había prohibido acercarnos al tal Cuchuco; casi siempre de acera a acera con la calle en medio y si mi padre estaba en la tienda de "Romero" escogiendo sus tabacos sus galletas y dulces que le llegavan de Londres una vez al mes entonces nos sentíamos libres para gozarla con Cuchuco.....

Amen!

Y el filosofo Chivas? Se paseaba por toda la séptima su lacerante soledad de negro aterido, pues siempre la mirada en el suelo mas no sin imponer respeto y dimanar majestad.

Y la Changua? Esa vino mas tarde pero no de menor importancia. Lo que mas me acuerdo de la Changua era un tufo hediondo que cuando se nos acercaba nos dejaba mariados taquiada de piojos se rascaba continuamente sin parar de hablar

Ya se acabo el cuento Mijo.

hasta muy pronto.