Hasta a Balaguer se le escapó la cábala del día 30 de mayO
( EXTRACTO GRAFICO DE LAS OPERACIONES MILITARES..DESENLACE..." EN LA CUEVA " DEL KILOMETRO 14 Y 1/2 DE LAUTOPISTA DE LAS AMERICAS EL 12 DE ENERO DE 1972 ).
( PATRON DEL SISTEMA DE DEFENSA )
( VENERABLE CACIQUE DE LATITUDES )
( RANGO INDIGENISTA: " JEFE MACHo DE TODAS LAS HEMBRAS Y JEFe HEMBRA DE TODOS LOS MACHOS )
SANTO
DOMINGO.- En el
principio, entre el aturdimiento del acontecimiento impredecible; ante el
espanto de verse amanecido sin él y sus desmanes; ante la terrible y espantosa
realidad de no vivir precedido por la multiplicidad propiciatoria de su nombre,
nadie reparó en que la fecha de su muerte era exactamente la de su ascensión al
poder, pero al revés (16-5-30/ 30-5-61). Nadie, ni siquiera Balaguer,
historiador y cabalista, se percató de que en ese mismo día y mes, en el año
1533, un grupo de canarios había fundado en el norte de la isla la ciudad de San
Fernando de Monte Cristi, tierra de generales y caudillos bravos, a donde el
Jefe solía ir a bailar merengue liniero y a beber aguardiente en la casa de su
amigota Isabel Mayer. En la misma ciudad en la que ordenó en 1937, durante un
jolgorio, la matanza de los haitianos y donde el miércoles 30 de marzo de 1927,
siendo coronel, se casó en segundas nupcias con una mujer regordeta y de cierta
edad, que por tener dinero y alcurnia provinciana revivió en él la afición del
taita Pedro por las mujeres maduras y facultas. Era también la fecha de la
emisión del decreto de San Fernando en un lunes de 1881, y sería exactamente
seis años después de su propia muerte, en un día martes de sangre, cuando los
guardias haitianos, por órdenes de Papa Doc, ajusticiarían a Johnny Abbes, el
más vesánico de sus sicarios, en un camino carretero de montaña.
SANTO DOMINGO.-
En el principio, entre el
aturdimiento del acontecimiento impredecible; ante el espanto de verse amanecido
sin
él
y sus desmanes; ante la terrible y espantosa realidad de no vivir precedido por
la multiplicidad propiciatoria de su nombre, nadie reparó en que la fecha de su
muerte era exactamente la de su ascensión al poder, pero al revés (16-5-30/
30-5-61). Nadie, ni siquiera Balaguer, historiador y cabalista, se percató de
que en ese mismo día y mes, en el año 1533, un grupo de canarios había fundado
en el norte de la isla la ciudad de San Fernando de Monte Cristi, tierra de
generales y caudillos bravos, a donde el Jefe se liniero y a beber aguardiente
en la casa de su amigota Isabel Mayer. En la misma ciudad en la que ordenó en
1937, durante un jolgorio, la matanza de los haitianos y donde el miércoles 30
de marzo de 1927, siendo coronel, se casó en segundas nupcias con una mujer
regordeta y de cierta edad, que por tener dinero y alcurnia provinciana revivió
en él la afición del taita Pedro por las mujeres maduras y facultas. Era también
la fecha de la emisión del decreto de San Fernando en un lunes de 1881, y sería
exactamente seis años después de su propia muerte, en un día martes de sangre,
cuando los guardias haitianos, por órdenes de Papa Doc,
ajusticiarían a Johnny Abbes, el más vesánico de sus sicarios, en un camino
carretero de montaña.
SANTO
DOMINGO.- En el
principio, entre el aturdimiento del acontecimiento impredecible;
ante el espanto de verse amanecido sin él y sus desmanes; ante la
terrible y espantosa realidad de no vivir precedido por la
multiplicidad propiciatoria de su nombre, nadie reparó en que la
fecha de su muerte era exactamente la de su ascensión al poder, pero
al revés (16-5-30/ 30-5-61). Nadie, ni siquiera Balaguer,
historiador y cabalista, se percató de que en ese mismo día y mes,
en el año 1533, un grupo de canarios había fundado en el norte de la
isla la ciudad de San Fernando de Monte Cristi, tierra de generales
y caudillos bravos, a donde el Jefe solía ir a bailar merengue
liniero y a beber aguardiente en la casa de su amigota Isabel Mayer.
En la misma ciudad en la que ordenó en 1937, durante un jolgorio, la
matanza de los haitianos y donde el miércoles 30 de marzo de 1927,
siendo coronel, se casó en segundas nupcias con una mujer regordeta
y de cierta edad, que por tener dinero y alcurnia provinciana
revivió en él la afición del taita Pedro por las mujeres maduras y
facultas. Era también la fecha de la emisión del decreto de San
Fernando en un lunes de 1881, y sería exactamente seis años después
de su propia muerte, en un día martes de sangre, cuando los guardias
haitianos, por órdenes de Papa Doc, ajusticiarían a Johnny Abbes, el
más vesánico de sus sicarios, en un camino carretero de montaña. Meses
especiales Lugar
proscrito Con el paso
del tiempo |
Jake Kheel on En Sociedad Part 1
General (r) José Miguel Soto Jiménez
“
Toda mi vida la he dedicado alejercicio de defensa de la nación” 6:35 PM
aFotografías: Rubén Román
Su imagen sigue inspirando respeto y hasta un velado pese a que ahora, desprovisto de su uniforme y la parafernalia del poder, luce más relajado y cercano, abierto sin preámbulos al diálogo y a la conversación desenfadada, y regalando más generosamente su sonrisa franca.
Mucho más esbelto, lo que además lo hace lucir más alto e imponente y
mucho más joven, se acerca a nosotros con su amplia sonrisa y luciendo un
impecable y elegante traje azul marino y una camisa que le hacía resaltar sus
brillantes ojos azul celeste.
Su presencia proyecta la paz de aquel que se siente en el camino correcto, al
tiempo que percibimos la agitación interna que denuncia el torrente de planes y
proyectos que bullen en su mente y que le ocupan gran parte de su tiempo con
desmedido entusiasmo. Y es que, después de haber ocupado la más alta posición
militar del país,
como Jefe de las Fuerzas Armadas nacionales, precedida además, por una brillante
e intensa carrera militar, el General (r) José Miguel Soto Jiménez, se ha
volcado con ardorosa entrega a desarrollar su proyecto actual: la Fundación
Quinta República, como natural consecuencia de sus sueños, de sus principios, de
esa filosofía que marca su existencia.
En este momento tiene tiempo para escribir, para pensar, para escoger…,algo que
le estaba haciendo falta en el bullir intenso de sus aspiraciones como ser
humano comprometido. La Fundación Quinta República fue la puerta que abrió el
enorme caudal de ideas que ahora fluyen con desmedida fuerza, haciéndolo sentir
importante protagonista del porvenir de su nación.
Y justo allí, en un cálido ambiente, rodeado de pergaminos de reconocimiento, de
colecciones de sables y machetes, de su exquisita compilación de figuras de
águilas, de numerosos folios con documentos diversos,
materia
prima de su afición por la historia y la literatura, y una clara atmósfera de
dominicanidad y orgullo patrio, iniciamos este diálogo que estuvo cargado de
diversas sensaciones: desde la más elemental de las preguntas, hasta los
profundos análisis sobre el porvenir de la patria, salpicadas de buen humor, de
inusitadas declaraciones, y de un viaje por sus anhelos y sueños. Pero
sobretodo, pudimos constatar que este excelente espacio, es mucho más que una
simple oficina o un despacho donde se atienden negocios. Es ciertamente el lugar
donde sus planes cobran vida, donde se nutren sus propuestas con la
participación plural, con el esfuerzo constante, la entrega apasionada, la fe en
el porvenir y en los que como él, aman la patria sobre todas las cosas.
En este mes, dedicado a recordar a aquellos que dieron vida a nuestra soberanía
nacional, justo en los albores de la conmemoración de nuestra independencia,
compartimos con nuestros lectores esta interesante entrevista con uno de los más
preclaros narradores de nuestra historia, de verbo ágil y brillantes
conclusiones, que exaltan a todo dar, el orgullo de ser dominicanos.
Acomodados en los confortables sofás de piel que conforman la sala del despacho
del General (r) José Miguel Soto Jiménez, y sorbiendo un delicioso café recién
colado, pretendimos adentrarnos en la nueva faceta de este hombre que por cuatro
años, ostentó la mayor jerarquía militar de la nación, con sus obvias
cargas de responsabilidades, tentaciones y poder. Su gestión, tuvo la
lucidez de aquel que navega en sus aguas, ya que pudo exhibir su amplio
currículum en el ámbito militar y sus dotes de conocedor y acucioso investigador
de nuestra historia. Hoy, sin embargo, no echa de menos los oropeles del poder,
porque se encuentra intensamente envuelto en un proyecto que da rienda suelta a
sus más acariciados sueños: la Fundación Quinta República. Y como el nombre
sorprende, por supuesto que era obvio que nuestra primera pregunta se iniciara
con este tema.
¿Qué
es la Fundación Quinta República? ¿A qué se dedica?
La Fundación Quinta República tiene como propósito fundamental la preservación de los valores nacionales, los valores de la dominicanidad, para no caer de ninguna manera en ninguna relación o referencia con ningún sector
político. La Fundación tiene ese propósito y se hace la pregunta de ¿cómo preservar los valores nacionales? Para ello hemos desarrollado un conjunto de programas que son el objeto de trabajo de la Fundación. El primero es un programa editorial, de publicar obras de escritores nacionales e internacionales con temas relacionados al
propósito de la Fundación. También publicaciones periódicas que den a conocer todas las actividades de la Fundación. Pero quizás, el programa de más importancia es el de las tertulias semanales, con temas bastante focalizados, donde asisten, no sólo los miembros titulares de la Fundación, sino invitados especiales para tratar esos temas, que pueden ser dirigentes políticos, líderes comunitarios, líderes religiosos, economistas y
profesionales
de todo tipo, que puedan contribuir al tema citado. En este momento, la
Fundación ha venido trabajando en las tertulias, que son un verdadero
instrumento de estudio.
¿Quedan registradas?
Quedan registradas, pero no son públicas, y servirán por un tiempo, como
instrumento de estudio, básicamente de la Fundación, para la búsqueda de una
solución nacional que es el propósito de la Fundación. En esas tertulias, más
que un oficio importante, es un instrumento de estudio. En este momento, el tema
que estamos debatiendo es el de la llamada recomposición de los partidos
políticos.
Por las tertulias han pasado la mayoría de los líderes de todos los partidos,
mayoritarios y minoritarios. Y no sólo líderes centrales, sino los líderes de
tendencias y los líderes regionales. Entonces el producto de esas tertulias,
como documento de estudio, sí serán publicadas. Las tertulias se desarrollan dos
veces a la semana: los martes y los jueves, aunque pueden haber variaciones. Y
yo pienso que es una actividad importante, sobretodo, porque cuando las
tertulias son abiertas y plurales tienen el beneficio de la diversidad. Y
además ahí se producen ideas y muchas de ellas son hábiles para dar respuestas a
los grandes problemas nacionales.
¿Por qué el nombre de Quinta República?
todos deseamos.
¿Un sueño posible?
Claro que sí, yo creo que es más que un sueño, es un deseo al que hay que
ponerle voluntad y sobretodo producir ideas para que todos alcancemos esa
república, la Quinta República, la suya, la mía y la que todos queremos.
¿Está contento con lo que ha hecho hasta hoy?
Muy satisfecho y muy agradecido de Dios sobretodo.
¿Cómo definiría el poder?
¿Le gusta? ¿Lo disfruta?
El poder es la posibilidad de hacer cosas. Y está justificado en la capacidad
para hacer el bien. Es la potestad para hacer el bien y si no es para eso,
pienso que no sirve para nada.
Cuando el poder y todos los halagos del poder terminan ¿qué queda?
Queda lo que siempre hubo, la esencia primaria y la fibra de la calidad humana.
Yo creo mucho en la calidad humana. Uno es lo que es y para lo que fue formado.
El poder sí puede desvirtuar cosas y el ejercicio del poder debe ser un alerta
permanente para no dejarse conquistar por las veleidades que él entraña.
¿Cómo definiría la situación política del país?
Muy complicada. Por esa crisis de valores de que hablábamos, por ese hedonismo y
sobretodo por lo que se ha constituido en una tesis: pienso que el Estado está
débil, más allá de la gestión de los gobiernos. Es una estructura en jaque. Hay
que fortalecerlo, porque si no lo hacemos, el Estado no puede mantener sus
atributos, y recuerdo una cosa muy importante: el propósito fundamental del
Estado es su continuidad. Entonces, pienso que el Estado es un pacto, un pacto
social, por la naturaleza de su origen. Lo que da origen al Estado es el
conflicto, el conflicto de las partes que constituyen la sociedad. Y yo creo que
como pacto, el Estado hay que reformularlo, porque no satisface a nadie, ni a
los empresarios, ni a los obreros, ni a los campesinos, ni a los estudiantes, ni
a
los profesionales. Entonces hay que reformular el pacto, para que haya
conformidad entre las partes y se puedan conciliar los grandes dilemas sociales.
El Estado también está en capacidad de asumir uno de sus roles fundamentales,
que es la seguridad social. Por ello, la situación actual es de crisis,
reconocida por el mismo presidente de la República, y el gran fantasma es el
caos, porque el caos no beneficia a nadie. Debemos apostar por el orden en todo
momento.
¿Hay esperanzas de salir de esto sin ningún cataclismo?
Sí, claro que sí. Pienso que hay mucha esperanza de salir de eso. Yo tengo mucha
confianza en esa potencialidad que duerme en el dominicano y que lo ha ayudado a
sobrevivir en 500 años de historia, a veces contra la fuerza de todas las
potencias. Recuerda que nosotros hemos sido agredidos siempre por las potencias
y hemos salido airosos. Y es más, esa capacidad de salir airosos y de
sobrevivir, es lo que marca la gran fuerza de la dominicanidad. Entonces no
podemos decir que se ha perdido, está ahí. Sólo hay que despertarla.
Hablando de patria, de valores patrios, ¿qué opina Usted del problema haitiano?
Ha sido un tema obligado no solamente en las tertulias, porque esa es nuestra
gran preocupación nacional. Yo digo que ese es nuestro problema, nuestro dilema
geopolítico fundamental. De eso precisamente trata la Fundación Quinta
República, no solamente el caso particular de Haití, que es un tema que nos
ocupa tanto, sino también quiero que me permitas ir de lo general a lo
particular. Muchas personas piensan que la Fundación Quinta República es una
especie de contraparte de la globalización. Yo pienso que la globalización, como
una de esas tendencias neoliberales, no es objeto de eso, porque creo que no
sólo es una imposición de las potencias hegemónicas dominantes, sino también de
la época y de cómo se ha desarrollado el mundo moderno. Eso no quiere decir que
haya que hacer una oposición radical a esa tendencia, que tiene como todo, su
parte buena y su parte mala. La Fundación Quinta República pretende ante esa
realidad dominante, reforzar los valores nacionales, que es un objeto
irrenunciable de la dominicanidad y hay que recordar que cuando se presentó la
guerra fría por ejemplo, algunos autores proclamaron el fin de la historia, que
todos los problemas estaban resueltos, fundamentales y políticos. Y hubo mucha
gente que especuló en ese período que era el fin del nacionalismo. Sin embargo
hemos visto, a la vuelta de 15 años, que se han reforzado los nacionalismos, se
ha caído en el vicio de los nacionalismos como la xenofobia y los nacionalismos
radicales, los de tipo religiosos por ejemplo. Pienso que el Estado-Nación es
una estructura que podría estar débil en algunos casos en los países
subdesarrollados, pero que no se avizora el fin, y es un fin que nosotros
podemos, no solamente ayudar, sino defender por el bien común. En ello se basa
precisamente todo el drama de la historia dominicana, en ese deseo de estar
juntos y vivir juntos en la tierra que nos ha tocado desarrollar.
El
ex Jefe de las Fuerzas Armadas se llena de entusiasmo cuando habla del tema
haitiano. No en balde ha estado escribiendo artículos relacionados al tema en el
periódico El Nacional. Su orgullo patrio se potencia al máximo y siente una real
satisfacción al constatar que a través de su Fundación Quinta República, está
sembrando en la conciencia nacional, las bases para un real y efectivo frente
nacional contra cualquier injerencia externa. Su voz se hace más fuerte y sus
palabras fluyen con inusitada energía, cuando afirma:
“El caso haitiano, yo diría que es nuestro problema cardinal, un problema
geopolítico: nosotros somos una isla pequeña, compartida con dos estados, lo que
ya constituye una rareza geopolítica, aunque no es exclusiva de República
Dominicana, pero es un gran reto geopolítico. Pienso que antes inclusive de la
definición de los estados nacionales, antes del siglo XIX, ya a nosotros nos
tocó la excepción de vivir prisioneros de esa realidad, aún en la época
colonial. Y eso produjo guerras importantes como fue la guerra colonial de
Francia y España, ya que los perfiles y toda la carga de resentimiento
histórico, producido por los conflictos geopolíticos de principios del siglo
XIX, como fue la guerra de independencia y todo lo demás, nos condujeron a ello.
Naturalmente, que en ningún caso podemos basar nuestro nacionalismo, la defensa
de la territorialidad y la soberanía nacional, en valores macabros como fue la
matanza del 37. Pienso que debemos defender lo nuestro, porque sería un pecado
capital no defenderlo, con la responsabilidad que tenemos las dos culturas.
Sobre los pormenores del problema haitiano no hay que abundar mucho, porque
todos lo tenemos a la vista. Pienso que se ha agravado precisamente por el
fenómeno de la debilidad de la estructura estatal, que no tiene que ver con tal
o cual gobierno. Es un proceso, quizás de 30 ó 40 años, quizás impulsado por el
poder extranjero, porque debemos decir que el Estado estuvo sitiado y entonces
hay signos evidentes, y el signo más preocupante es precisamente el que tiene
que ver con el problema haitiano, porque es la debilidad o la invalidez de no
poder ejercer con la autoridad necesaria la soberanía nacional. Y el Estado sin
la soberanía no se explica.
otras cosas, todos sabemos que su causa fundamental, en su esencia, es el alto
grado de pobreza, la mala distribución de las riquezas, pero también, la pérdida
del monopolio de la violencia por parte del Estado, que ha estado débil, que ha
sido sitiado. Quizás ahora, como la política de las potencias es cambiante, a
las potencias le interesaba un Estado débil para poder manipular la soberanía
nacional, pero ahora que la debilidad del Estado, con elementos como esos,
constituye una amenaza para los intereses de esas naciones. Está por ejemplo el
caso del narcotráfico, que se necesitan Estados fuertes para combatirlo y a las
potencias les conviene. Pero ahora el Estado está tan débil que le cuesta mucho
esfuerzo para cumplir esa tarea y ha perdido el monopolio de la violencia, y esa
es una de las causas de la delincuencia. El alto grado de armamentismo de la
población, por ejemplo, que es un arma de doble filo, porque es inconveniente
porque hay muchas armas en manos de los delincuentes, pero también, ante la
pérdida de ese monopolio de la violencia, el Estado no puede garantizar la
seguridad, y el ciudadano se ve en la suerte de “Sálvese quien pueda” y necesita
precisamente ejercer ese derecho del porte y tenencia de armas para defender su
propiedad y su vida.
¿Qué propone usted? ¿Cómo ve usted a las Fuerzas Armadas? ¿Cree Usted que se han
ido debilitando?
Las Fuerzas Armadas han sido, son y seguirán siendo, un elemento preponderante en la gobernabilidad del país y una gran reserva para la preservación de los valores. Yo no creo que las Fuerzas Armadas se hayan ido debilitando. Las fuerzas Armadas son un instrumento del Estado, un aparato de sanción del Estado y que tiene atribuciones muy marcadas en el plano constitucional, pero no está ajena de esa debilidad que aqueja al Estado,
lPienso a sufre. que la política de reforma de las Fuerzas Armadas, es un
proceso no de un gobierno, sino de varios períodos de gobierno, confiando en la
continuidad del Estado. Es una premisa que debe sostenerse como prioridad para
hacerlas más eficientes. Y quiero que se entienda esto, no es cuestión de
políticos, sino de restaurar las Fuerzas Armadas, ante el agobio de los grandes
problemas nacionales, como te decía antes no creo que se hayan debilitado las
Fuerzas Armadas, los que han crecido son los problemas, precisamente por la
complejidad y la debilidad del Estado. Pienso que las Fuerzas Armadas deben
seguir su proceso de reforma, basado en esa premisa de que se impulse una
política de poder y sobretodo, de una reingeniería organizacional en busca de la
eficiencia, y entendemos que en términos modernos, la eficiencia no es más que
la consecución de la excelencia al menor costo posible. Creo que ciertamente,
sin seguir la línea de las reducciones, yo creo que debemos ser el número
preciso que marque nuestras posibilidades económicas y de acuerdo a las
posibilidades del Estado, y en este caso debemos ser menos, pero más eficientes
y mejor equipados.
Me gustaría conocer su opinión sobre la presencia de regímenes militares en
Latinoamérica como en el caso de Chávez y otros más que están surgiendo. ¿No es
un atraso democráticamente hablando?
Creo que ha sido una evolución, porque no se puede hablar de un retorno a antiguas posiciones indeseables. Recordemos que lo que está pasando en Suramérica no es un retorno al militarismo clásico, a los regímenes de
excepción, tan hábiles durante la guerra fría. Pienso que esos regímenes, dentro de ese militarismo, tendrían mucho que ver con la situación de la geografía. Recordemos que fría o caliente ese período era una guerra. Una guerra al más alto nivel, una guerra hegemónica. Entonces, por un lado teníamos la amenaza de la subversión
armada, cuyo objetivo era la toma del Estado, y los regímenes llamados
democráticos, que estaban siendo supuestamente agredidos y en cierto caso, los
Estados Unidos, para hablar específicamente, promovió esos Estados de excepción
en toda América Latina, bajo un razonamiento bastante lógico: si las
Fuerzas Armadas de toda América Latina tenían el deber, la obligación de
defender el Estado, se creyó que la mejor forma era ocuparlos parcial o
totalmente, para defenderlos. Naturalmente, cuando terminó la guerra fría esa
posición se hizo indeseable, no fue del todo afortunada, en muchos casos fueron
períodos lamentables y en algunas partes de América Latina estaba salpicada de
esos Estados de excepción. Pero ahora, lo que tenemos es en muchos casos,
ex-militares, no activos, que por la vía democrática de las elecciones han
accesado al poder, de una forma totalmente legítima. Ahí podemos ver desde ese
punto de vista popular, la potencialidad que representa las Fuerzas Armadas con
su material humano en la búsqueda de esa autoridad de que hablábamos y que el
Estado en cierta forma ha perdido. De todas maneras, hay mucha gente que lo ve
como un retorno de los guardias al poder, pero yo pienso que hay un retorno de
personas que se formaron en el cuartel, tomando los atributos de la disciplina y
de los valores nacionales. Durante la guerra fría, el caso de esa guerra
hegemónica, se llegó a relegar el papel “decimonómico” de las Fuerzas Armadas, o
sea de su compromiso con la nación, con la soberanía de la nación y de sus
propios intereses nacionales. Pero no se trata de eso ahora. Se trata de
personas formadas en el cuartel que precisamente están cónsonas con el
sentimiento nacionalista del pueblo y de sus aspiraciones sociales. Y no
solamente militares, fíjese que tenemos el caso en América del Sur, y se podría
llamar así, de un retorno de las aspiraciones que no se alcanzaron durante lo
que se llamó la época perdida. Y tenemos una irrupción de lo que se ha llamado
ahora “La nueva ola”, “La Ola” de regímenes de corte progresista o regímenes de
izquierda. Es natural que a los Estados Unidos le preocupe que el núcleo
de esos nuevos fenómenos tengan la coincidencia de los intereses
anti-imperialistas y tiene que preocupar a las naciones hegemónicas, pero
también hay que comprender que hay una aspiración postergada de esas naciones,
donde precisamente son naciones aquejadas por el virus del militarismo en esa
época. Y esta ha sido una especie de respuesta histórica de las
aspiraciones de esos pueblos que fueron largamente postergadas y reprimidas.
Usted que ha estado en las más altas esferas del poder, ¿qué opina de los
rumores de unión de los dos países, Haití y R.D., como proyecto de naciones tan
poderosas como Estados Unidos y Francia?
Yo creo que sí, que hay una visión utilitarista del problema, porque Haití, en
primer plano, es un problema para sus propios ciudadanos por la ausencia de
instituciones y por la carencia de riquezas ecológicas, por el daño que le han
hecho al medio ambiente y por la superpoblación. En segundo plano, es un
problema para las potencias que mantienen a Haití, porque Haití vive de la
caridad internacional y por otro lado, es un problema de seguridad regional,
porque Haití sirve de puente para el narcotráfico y es emisor de inmigrantes
ilegales, y muchos de ellos van a La Florida por razones de geografía y eso
constituye un problema. Pienso que las potencias tienen la tendencia de querer
solucionar el problema haitiano en base a la República Dominicana y nuestro país
no está presto a servir de solución al problema haitiano a costa de su
soberanía. Bajo ningún concepto debemos
permitirlo, como tampoco debemos permitir el flujo masivo e indiscriminado de
ilegales, primero porque es ilegal y segundo, porque es una amenaza contra la
seguridad económica y social de la República Dominicana. El tema es tan delicado
como el tema del empleo, que han desplazado en todo a los dominicanos.
Comenzaron con la caña y después la construcción, pero ahora es en todo.
Dentro de este nuevo fenómeno de ex-militares con una visión progresista,
aspirando al manejo del Estado,¿tenemos una reserva en usted? ¿Participaría en
política?
Mis actuales actividades son una continuidad, en otro plano, de lo que yo
siempre fui. Recuerdo que en la primera entrevista que usted tuvo bien
hacerme, yo le dije que consideraba que las Fuerzas Armadas o los militares
profesionales, son profesionales, valga la redundancia, de la nación. Sin el
servicio incondicional a la nación no se explican las Fuerzas Armadas. Pienso
que toda mi vida la dediqué a ese ejercicio de defensa de la nación y ahora lo
sigo haciendo desde otra nueva óptica, en la que estoy tratando de purgar una
lógica dominante, absorbente, de ejercicio castrense y que una vez purgada esa
lógica y asimilado los pormenores de mis responsabilidades ciudadanas, es
una irresponsabilidad no participar. Y yo, en el momento adecuado, contemplo
participar en política, tomando en cuenta todos los antecedentes de los
militares que han incursionado en ella, y que en la mayoría de los casos, por no
decir todos, no han tenido éxito. Y yo tengo mi particular idea de por qué no
han tenido éxito, porque muchas veces confunden por similitudes, los ejercicios
de la política con las Fuerzas Armadas. Hay muchos oficiales que han
incursionado tratando de llegar como generales a la política y la política
tiene su lógica muy particular y requiere de condiciones que hay que ejercitar
para ejercerla. Entonces, yo pienso que decir que no voy a participar en
política sería una fórmula deshonesta. Trabajaré en la política, pero debo
elegir, porque nunca pude elegir y ahora debo darme esa oportunidad.
¿Cuál sería entonces su prioridad de ingresar usted a la política?
¿Cómo ve usted los liderazgos en la nación?
Se ha hablado mucho con respecto a que hay una crisis de liderazgo y es que
tenemos que tomar en cuenta primero, la desaparición de los tres grandes líderes
del país y eso genera, en cualquier parte del mundo, un vacío importante. Sobre
la sucesión de ese liderazgo, nosotros nunca hemos tenido por tradición cultural
una sucesión organizada de liderazgo y eso no se puede normativizar en países
como el nuestro. Pero hay cosas promisorias. Por ejemplo yo veo una gran
cantidad de jóvenes en todos los partidos que están participando en política.
Jóvenes muy capaces, atentos al interés nacional y que están haciendo en su
trabajo esa siembra de liderazgo que no se improvisa y que no se hace de un día
para otro. En el mismo proceso de recomposición de los partidos y si vemos
las convenciones de esos partidos, ya se ven la presencia de esos jóvenes y ya
ocupan posiciones dirigenciales y determinantes. Solamente hay que ver los
afiches de los candidatos para las elecciones de medio tiempo, en todos los
partidos, en todos los pueblos, que la mayoría son muy jóvenes. Eso es objeto de
una sucesión de liderazgo y de una siembra promisoria.
Volviendo al tema de los valores patrios ¿Qué está haciendo al respecto la
Fundación en las escuelas?
Queremos tener algún tipo de injerencia y colaborar con todas las instituciones
que formulan los programas educativos. Yo pienso que hay una especie de apatía o
descuido, no de ahora, sino que ha sido un proceso largo, donde se han
descuidado los valores. Yo creo que hay que crear conciencia en los jóvenes tal
como lo hicieron con nosotros en muchos casos. Pienso que se debe hacer una
reformulación y un programa de estudio de la historia que aliente esta tarea y
además, para hacerle frente al despropósito. Hay mucha gente apostando a
tergiversar, a que se olviden y a que se releguen cosas, y no por casualidad
sino porque están interesados también. Nosotros tenemos, como hemos tenido
siempre en nuestra historia, malos dominicanos que han atentado contra su propia
nacionalidad.
La corrupción es un tema que es insoslayable, ¿Cuál es su opinión sobre este
cáncer de nuestra sociedad?
El problema de la corrupción es un problema cultural. Existe toda una
cultura de la corrupción, pero no se repara también que en los últimos años esa
corrupción ha aumentado a otros sectores, no solamente en el sector público,
sino también en el privado. Pienso que es un fenómeno inducido por una especie
de transculturización y creo que la cultura de la corrupción está ligada con esa
tendencia al hedonismo que tiene nuestra sociedad, en ausencia precisamente, de
esos valores de los que hablábamos anteriormente. Pienso que ese hedonismo es un
producto importado. Hay grandes autores que dicen que la sociedad norteamericana
está arropada con el
hedonismo y hay autores que la comparan con un avión en picada, porque lo único
importante dentro de la gran sociedad de consumo, es tener acceso a esas
excelencias de ese formato de vida no importa de qué manera ni a qué costo.
Todavía en la sociedad norteamericana, con sus riquezas y su misma estructura,
esto es un gran problema, pero es más soportable que en nuestras sociedades.
Entonces eso crea toda una revelación de incentivos y de propósitos para
alcanzar esas excelencias sin medir consecuencias.
¿Y cómo podemos lograr frenar este proceso de descomposición de la sociedad?
Creo que lo más importante es la restauración del imperio de la ley, pero
conjuntamente con una justicia no acondicionada a esos mismos valores, porque
podemos estar en un círculo vicioso. Como usted ve, la corrupción alcanza todos
los estamentos y si vemos la prensa nacional, la corrupción está en todos los
estamentos de la sociedad. Era muy fácil decir antes que era un atributo de la
baja o pequeña burguesía. Pienso que la única forma de contrarrestar el
hedonismo es revitalizando los valores, los propios valores nacionales. Creo que
hay que volver a los viejos valores, hace un tiempo escribí un artículo sobre
eso que hay que volver a Sabana Larga, a las fuentes primarias donde surgieron
las grandes epopeyas; para tomar de allí la voluntad, y en muchos casos la
disciplina y el coraje de nuestros antecesores.
Otra de las grandes amenazas de nuestro tiempo es el terrorismo¿Qué opina al
respecto?
Desgraciadamente, la guerra ha sido un fenómeno que ha acompañado a la
humanidad durante miles años. Es una realidad con la que el hombre ha vivido y
con grandes contradicciones, por ejemplo, recuérdese que la guerra en la
antigüedad era un fenómeno tan persistente, tan permanente que hasta había
deidades, pero paradójicamente no se puede ver tampoco como un fenómeno
primitivo, porque en los siglos donde ha habido más guerras es donde la
modernidad ha alcanzado su máxima expresión, donde el hombre ha alcanzado sus
grandes luces. Por ejemplo el siglo XIX fue un siglo cargado de guerras, y se
llmó el siglo de las luces. Mientras que el siglo XX, que es el siglo de la
tecnología, fue un siglo plagado de guerras continuas y cruentas de todos los
niveles de alta, media y baja intensidad. O sea, que no es un fenómeno que se
aplaca con avances significatorios. Lo que sí veo sumamente pecaminoso es la
guerra al servicio de los intereses imperialistas o al servicio de los intereses
transnacionales. Estamos viendo guerras que se llevan a cabo como instrumentos
de enriquecimiento de grandes corporaciones. El terrorismo es la plaga de la
humanidad, del presente, de la contemporaneidad y con elementos tan explosivos
como son los fenómenos religiosos o el fanatismo. O sea que es muy interesante
el estudio, y muy lamentable que a esta época a que hemos arribado, esté en
jaque la dignidad humana.
Escribir es una de sus pasiones. Ahora que tiene más tiempo, ¿Hay algún
libro en carpeta?
Sí, como sabes estoy publicando dos veces a la semana en los periódicos sobre
temas que recogen de alguna forma todo lo que fueron mis cátedras y mis clases
que durante doce años impartí. Pienso que es muy importante que haya puesto mi
experiencia y como conocido del tema y creo que es necesario como libros de
textos, porque siempre hubo la ausencia de libros de textos en este sentido y
además, está mi particular visión del dilema geopolítico de la República
Dominicana en el contexto del Caribe y cómo marcará su futuro.
Un mensaje a los dominicanos en esta celebración de un aniversario más de
nuestra Independencia nacional...
Creo que debemos retomar el camino que nos llevó a lo que somos. Eso tiene que ver, sin tomar de una forma retrógrada o vivir enlazados en el pasado, con tomar de las grandes glorias nacionales, que no es más que el reflejo de la voluntad de un pueblo que siempre ha querido, sobre todos los obstáculos, vivir libres, independientes y en paz. Debemos retomar el camino, retornar a Sabana Larga, a Las Carreras, al Paso del
Muerto,
a Guanuma. Debemos ir allí a beber de esas fuentes primarias que nos han hecho
lo que somos. Creo que no tenemos que buscar nada afuera, porque lo que somos lo
hemos hecho nosotros mismos, nadie nos ha ayudado. Entonces hay que retomar
la fuerza necesaria para conjurar los grandes problemas y mantener la soberanía
nacional.
Epílogo
El tiempo pasó sin darnos cuenta. Como quien devora un libro interesante y no
puede parar hasta el final. Algunas preguntas quedaron en carpeta, esperando
quizás la segunda parte de este encuentro en un ámbito distinto. Pero sin lugar
a dudas, el resultado final quedó plenamente satisfecho. Quedé con el sabor a
esperanza revoloteando mis nostalgias de tiempos idos, y sin pensarlo, sentí de
pronto ese despertar nacionalista que nos hizo alguna vez revolucionarios. Y es
que, cuando nos encontramos de frente con guerreros de la talla de José Miguel
Soto Jiménez, no cabe la desesperanza. La República florece en nuestro pecho y
ser dominicanos es un orgullo innegociable. Porque hay personas preocupadas por
nuestro destino, por la preservación de nuestros valores, por la permanencia de
nuestros ancestros, de nuestra cultura y de nuestro legado. Con vehemencia y
realidad, constatamos que él es un guerrero de la luz, “capaz de entender el
milagro de la vida, luchar hasta el final por algo en lo que cree, y entonces,
escuchar las campanas que el mar hace sonar en su lecho.” Su nuevo
proyecto envuelve su pasado, con el cúmulo de su experiencia; envuelve su
presente, en intensas jornadas de trabajo plural; y nos regala el sueño de un
porvenir para todos los que sueñan con la paz y la prosperidad en nuestra amada
Quisqueya. Quizás, muy pronto lo oiremos entonando las trompetas de sus
aspiraciones políticas, pero en su momento, ha ido sembrando la semilla de la
conciencia colectiva, abonando la confianza y la fe en el futuro de la nación y
cosechando los éxitos de su gestión.
José Miguel Soto Jiménez se siente hoy en la cima de la montaña, y como el
águila que tanto admira, observa cuidadosamente, se prepara para la acción y
alza vuelo, tocando el infinito y la aspereza de la realidad. Hoy se
siente
libre para elegir lo que desea y sus decisiones son tomadas con valor,
desprendimiento y una cierta dosis de locura porque sabe que no es necesario
renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la vida y
alegran a todos los que en ella participan. Con la sensibilidad del poeta,
afirma que se siente en su mejor momento y expresa, con el orgullo del que se
conoce a sí mismo: “Me siento en mi mejor época y es una época interesante
en la que tengo mucha experiencia acumulada y además, no se ha sacrificado en
mi, ese furor de la juventud, esa fuerza de impulso y de pasión, que constituye
la juventud. O sea, que estoy en un momento climático de mi vida.”
En
Sociedad sábado 06 de mayo, 2015
HOT LINS.
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GALERIA DE EXPRESIDENTES.DE LA REPUBLICA DOMINICANA.
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