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En 1987 estudiaba tercer año de ingeniería en la antigua URSS. Comenzaban la perestroika y los cambios. Me identifiqué con ellos y lo expresé en público y en cartas. La KGB intervino mi correspondencia y avisó a la Seguridad del Estado cubana, que envió un oficial y me arrestaron en Járkov, Ucrania. Después de un ridículamente aparatoso traslado a Cuba, me encerraron en Villa Marista. Ese año, debido a la visita del Relator Especial de la ONU, el gobierno cambió un poco su estrategia represiva. Liberaron presos políticos y, a los jóvenes que caían por primera vez, los ponían a trabajar vigilados bajo amenaza de que, si no cambiaban, serían juzgados.

No me hicieron juicio. Me llevaron a Camagüey, me ubicaron en los Talleres Ferroviarios de ayudante del peor chivato, me entrevistaban todos los meses, el Partido y el MININT elaboraban informes, me vigilaban. También me expulsaron de la Educación Superior de por vida. Y una amenaza de hasta ocho años por Propaganda Enemiga.

Todos los años reclamaba mi derecho a seguir la Universidad. Todas mis solicitudes, cartas, papeles, viajes a la Habana, fueron en vano. En 1992 me acerqué a un grupo de oposición para presentar la denuncia a las Naciones Unidas por la violación de un derecho constitucional, el del estudio. Hasta que, al fin, me dejaron estudiar "en la Universidad de Camagüey, en el Curso Para Trabajadores (CPT), e Ingeniería Eléctrica". Nada de escoger carrera, ni estudiar en el diurno, donde se aprende más y es más fácil que combinar estudio y trabajo. Ingeniería Eléctrica, una carrera donde, de diez que empiezan, terminan cuatro. Y la denuncia no llegó a las Naciones Unidas.

Empecé mi carrera de nuevo, me trasladé a un taller ferroviario en La Habana, viajaba cada 15 días, tras casi diez años logré irme de los Ferrocarriles (para que no viajara más a La Habana) y, gracias a las relaciones que hice con mis profesores, empecé de técnico en la propia universidad. En junio de 1998, después de años de duro batallar, defendí mi Tesis de Ingeniero con el promedio más alto de todos los graduados del CPT. Gracias a eso, las relaciones que hice con los profesores y a que en Cuba da más dinero ser prostituta que profesor universitario, me quedé dando clases en la misma carrera que había estudiado.

Pero mi diploma tenía que reflejar la odisea. Como las tesis siempre se entregan atrasadas y a veces ni los oponentes se las leen, pasé la defensa antes de que se dieran cuenta y vinieran las preguntas y los interrogatorios. Porque a todos, buenos y malos, les dediqué mi tesis. Y todo el que leía la dedicatoria sospechaba. Yo siempre dije que eran antiguos profesores, músicos o algún científico famoso. Pero para los que me conocían era demasiada coincidencia. En el fondo, yo sabía que algún día diría al mundo la verdad, y que el secreto no moriría en el estante de una biblioteca. Así decía la dedicatoria:


 

Dedicatorias y Agradecimientos.

"A mi padre y mis maestros,

...por enseñarme el amor al estudio.

"A mis profesores del Instituto Politécnico de Járkov,

...por su ejemplo de profesionalidad que nunca he olvidado.

"A John, Jimmy, Freddy, James...

...que con su música me relajaron en los momentos de tensión.

"A George, Ronaldo, Maynard, Bill, Jorge...

...por hacer más perfecto aquello en que creo.

"A Pitágoras, Newton, Einstein...

...por sus aportes a las ciencias.

"A mis hermanos Odd Fellows, Caballeros de la Luz y Masones,

...por su fraternidad.

"A Gualberto, Oscar y Rafael,

...por contribuir a mi empeño.

"A mi tutor,

...por su guía.

"A Fernando, Raúl, Carlos, Julián, Federico, el otro Carlos, Juan, Vladimir, Oscar, Alejandro...

...quienes indirectamente, o a propósito, trataron de impedir esta tesis y me hicieron redoblar esfuerzos.

"A mis profesores, compañeros de trabajo, amigos...

...y todos aquellos que hicieron posible la confección y elaboración de este trabajo."



Y esta es la verdadera historia:

Las primeras líneas no necesitan explicación. A mi padre, mis maestros y mis profesores de Járkov les agradezco haber contribuido a mi mayor vicio: el estudio.

"A John, Jimmy, Freddy, James...

John Lennon, de los Beatles.
Jimmy Page, guitarrista de Led Zeppelín.
Freddy Mercury, cantante de Queen.
James Hetfield, cantante de Metalica
...que con su música me relajaron en los momentos de tensión.

"A George, Ronaldo, Maynard, Bill, Jorge...

George Washington, como símbolo de la libertad.
Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos de 1980 a 1988, mi juventud, con un mandato económicamente próspero, y tiempo durante el cual definí mis ideas políticas.
John Maynard Keynes, economista famoso y uno de los principales artífices del capitalismo desarrollado.
Bill Gates, un hombre que con su inteligencia, triunfa en el capitalismo y se hace millonario.
Jorge Mas Canosa, esté aquí como símbolo de los cubanos del exilio y los triunfos de esa valiente oposición cubana.
...por hacer más perfecto aquello en que creo.

"A Pitágoras, Newton, Einstein...

porque fueron científicos que marcaron pautas en la historia
...por sus aportes a las ciencias.

"A mis hermanos Odd Fellows, Caballeros de la Luz y Masones,

que me enseñaron que es posible la vida sin odios donde todos somos hermanos
...por su fraternidad.

"A Gualberto, Oscar y Rafael,

tres amigos que me ayudaron
...por contribuir a mi empeño.

"A mi tutor,

que debí causarle mucho trabajo
...por su guía.

"A Fernando, Raúl, Carlos, Julián, Federico, el otro Carlos, Juan, Vladimir, Oscar, Alejandro...

No los puse por el orden que hubiera querido para no ser tan evidente, pero son ellos:
Fernando Vecino Alegret, Ministro de Educación Superior que firmó mi expulsión de la educación y durante años me negó el derecho a continuar.
Raúl Castro, Jefe del Ejército y hermano del dictador, como representante del ala militar.
Carlos Marx, quien inventó la ideología que acabó con la libertad en mi Patria.
Julián Iribar, Vicecónsul de Cuba en Járkov cuando fui arrestado y oficial de la Seguridad del Estado que se dedicaba a reclutar allí estudiantes latinoamericanos y africanos.
Federico Engels, el otro ideólogo.
El otro Carlos, Carlos Baliño, fundador del Partido Comunista de Cuba.
Juan Tabla, el chivato con quien me pusieron a trabajar en los Ferrocarriles.
Vladimir Ilich Lenin, quien primero llevó el sistema a la práctica.
Oscar Viñas, mi propio padre, que tanto me quiere, pero como militante y dirigente del Partido Comunista, siempre defendió el sistema que tanto daño me hizo.
Alejandro. Nombre de guerra del dictador, Fidel Castro, el principal culpable.
...quienes indirectamente, o a propósito, trataron de impedir esta tesis y me hicieron redoblar esfuerzos.

"A mis profesores, compañeros de trabajo, amigos...

...y todos aquellos que hicieron posible la confección y elaboración de este trabajo."

Muchas Gracias,
Oscar Viñas

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