Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!
Reglamento

                                                   Reglamento Cuba

En la habana, en Guantánamo, en Matanza, en Cienfuegos, en Marianao, en Camaguey y en todas las provincias del oriente los reñideros de gallos eran muy bien concurridos. En la habana existió el gran club gallístico " La Valla Habana " y la " Valla Nacional ". Estas dos ultimas eran publicas, y allí era a donde llevaban primero a los visitantes y si por casualidad algún socio del club gallístico lo creía necesario, los invitaban al centro social gallístico, donde se daban cita los mas prestigiosos personajes de la isla. En las galleras operaban los apostadores de mano, que eran como una especie de corredores de apuestas, a quienes los turistas visitantes les entregaban una determinada suma de dinero para que ellos la apostasen al gallo que mejor les pareciera. Casi siempre con regularidad estos escogían al mejor o bien calificado, porque eran conocedores expertos de los mejores gallos y ellos ganaban comisiones en las utilidades de las apuestas. En esa época florida del deporta gallístico en la época cubana se formalizaron grandes criaderos. En entre ellos debemos recordar algunos de gran nombradía por su casta, por su especial selección y por los cruces genéticos tan técnicos que utilizaron. Tenemos que inclinarnos para hacer una reverencia de admiración al recordar los famosísimos Sayas, gallos chinos de una fuerza incomparable. Los gallos Mendietas, eran canabueyes o canelos con pico y patas de cebo blanco. El general de Mendieta logro organizar un criadero tan famoso y grande, que tenia laboratorios y clínicas con calificados veterinarios, que uniformados atendían a sus pacientes emplumados. Otro criadero muy seleccionado era el de los hermanos Pérez, quienes logran hacer un cruce de gallos chinos que se distinguían por su alta calidad y por todos de patas azules. La otra cría famosa de esa época fueron los gallos Ofarryz, de los cuales trajo algunos a Colombia Gustavo Manrique, de Santa Marta ( Colombia ).

Son muchas las crías que se destacaron en Cuba, casi todas con base en gallos españoles. Las crías las realizaban con espuelas medidas y las apuestas eran muy crecidas. En el club Gallístico de la Habana había una valla suplente y, cuando una riña se tornaba fastidiosa, los aficionados solicitaban al Juez de Valla que la pelea la pasaran al segundo redondel. Las riñas se concentraban en las horas de la mañana y se realizaban en estricto turno de los cases y eran presididas por el comité de lidias. La mayoría de los aficionados galleros, una vez salidos de los palenques se trasladaban en su gran mayoría al famosísimo Gril Tropicana, con esto hemos dado una explicación amplia de los gallos en Cuba.

Cada fin de semana cientos de cubanos asisten a las riñas de gallos, uno de los juegos más populares de la isla, sobre todo entre los campesinos, muchos de los cuales se dedican además a la cría de estos animales de pelea.
"Para mí es mi vida, imagínese que crío y preparo gallos desde hace 50 años" nos dice Roberto Sánchez, un gallero que en la actualidad está criando mas de 70 de estos animales dedicados exclusivamente a la lidia.
El gobierno mantiene abiertas "vallas de gallos" para las riñas en casi todas las provincias del país, pero -al igual que en el resto del territorio nacional- las apuestas están prohibidas desde el mismo triunfo de la Revolución en 1959.
Muchos gallos se exportan a México o Venezuela.
Sin embargo, la cría de gallos finos es una actividad tan costosa que sin las apuestas sería prácticamente no rentable, por lo que existen vallas "clandestinas" donde se juega tan fuerte que se ha llegado a apostar US$2.000 en una pelea.
A las peleas de gallos asisten todo tipo de personas. En la valla oficial de La Habana, llamada Finca Alcona, nos encontramos con un muy reconocido médico, con el hermano de uno de los líderes de la Revolución y con altos oficiales de las Fuerzas Armadas.
La pasión por estas peleas es tal que la Dirección de la Finca mantiene reglas estrictas, entre ellas está prohibido ingerir bebidas alcohólicas y portar armas, aunque se trate de armas de reglamento de los militares que asisten.
Todo tipo de personas asisten a las riñas.
La vigilancia para impedir que los asistentes apuesten por sus gallos es también estricta a pesar de lo cual en muchas ocasiones, fuera de la vista de los organizadores de la Valla, el dinero pasa discretamente de mano en mano.
Muchos de estos gallos de pelea son además exportados por el gobierno a países como México o Venezuela a precios que oscilan entre los US$150 dólares por uno del montón, hasta los US$1.000 por un animal ganador.
La preparación de los animales le lleva al gallero alrededor de un año, "resulta bastante caro porque en su dieta necesitan pienso especial e incluso carne y, al final, no todos salen peleadores" nos cuenta Roberto Sánchez.
Los galleros llegan a la Finca con sus animales para realizar el pesaje ya que sólo se enfrentan gallos del mismo peso, después son "espolados", es decir que se les arman con afiladas espuelas artificiales para hacerlos más mortíferos.
Los gallos de riña necesitan una dieta especial.
Desde ese momento, los galleros no ven más a sus animales hasta la hora de la pelea, en que los gallos aparecen en medio de la arena en dos jaulas que apenas son retiradas dan inicio a una pelea que por lo general terminará con la muerte de uno de los dos.
Cuando pierdes un gallo el alma se te cae, y no es sólo por lo que pierdes económicamente sino por el cariño que le tomas a tu gallo", nos dice con clara emoción el gallero Roberto Sánchez.
Entre gallos y apuestas
En 1959, apenas se supo de la fuga de Fulgencio Batista, la población se "atacó" los casinos, las ruletas fueron quemadas y cientos de máquinas tragamonedas destrozadas con tubos y martillos.
Cuando pierdes un gallo el alma se te cae, y no es sólo por lo que pierdes económicamente sino por el cariño que le tomas a tu gallo
Roberto Sánchez, gallero
Los casinos estaban controlados por los diferentes grupos mafiosos estadounidenses y entre los invitados de honor que vivieron en Cuba antes de 1959 estaban figuras tan conocidas como Lucki Luciano y Meyer Lanski.
Una de las primeras medidas del nuevo gobierno fue la prohibición total del juego, incluso la lotería; sin embargo, misteriosamente, las apuestas en las riñas de gallos mantienen hasta hoy cierta tolerancia.