Punto de control.
Aquí, estamos entrando en el área de Chernóbil. Compruebo la reserva de combustible y el kit de reparación de neumáticos. No quiero quedarme tirada en medio de un desierto nuclear.
El depósito debe estar siempre lleno. Todas las gasolineras están como ésta.
Éste es uno de los puntos de control de acceso que conducen a la zona muerta. Se requiere un permiso especial para entrar en la zona de exclusión.
Aquí es donde los visitantes descuidados o con mala suerte reciben una ducha química.
Cada vez que entro a la "zona", siento que he entrado en un mundo irreal. En la zona muerta, el silencio de los pueblos, carreteras y bosques parece decirme algo… algo que me atrae y me asusta al mismo tiempo … . Es algo divinamente horripilante- como entrar en el cuadro de los relojes de Dalí.