María Guardia Gómez, "Mariquilla", nace en Granada en un barrio de tanta solera artística, por ser el mundo de la zambra gitana, como es el Sacromonte.

Es hija del guitarrista Antonio "Pataperro" y de la cantaora-bailaora María "Carajarapa"-"La Mami" que actuaba en las cuevas del Sacromonte y ha actuado también fuera de nuestro país, como Nueva York en la compañía de Vicente Escudero.

< Soy sacromontana y albayzinera a la vez. Lo único que me quita el sueño es el Sacromonte > . Son algunas de las declaraciones de Mariquilla que empieza a bailar a los 6 años, hace ya más de tres largas décadas, en las cuevas del Sacromonte.

A realzar el baile flamenco y los tradicionales bailes del Sacromonte ha dedicado notables esfuerzos, siempre dentro del flamenco más puro y aunque ello no esté reñido con innovaciones dentro de las pautas tradicionales del baile flamenco.

Mariquilla, emperatriz gitana, como la han llegado a definir está a caballo entre la raza paya y gitana. Sus padres, payos. Su entorno y conocimientoas artísticos, gitanos. No es, pues, de extrañar que César Alonso afirme que su alma es gitana, siendo paya, pero ante el dilema paya-gitana, Mariquilla conteste: < Soy más gitana de lo que aparento. >

Pero paya o gitana, el tema es si se tiene o no, si se baile o no con "duende". Y Mariquilla, es el claro ejemplo de que "con duende se nace o no se nace"; desde lo 6 años. Y ya desde muy joven, se atrevía a innovar con indudable talento como lo prueba la memorable invención de "la caida" que ejecutara a los 10 años (dentro del baile de la zambra, girando y quebrando la cintura hasta caer al suelo). Tal movimiento ha sido atestiguado por Ataulfo de Granada que ella lo "sacó" por primera vez. Le ha sido celebrado en innumerables ocasiones y ha sido posteriomente ejecutado por otras bailaoras.

Mariquilla es baja en estatura. Sin embargo, se le reconoce unánimemente que se crece en el escenario, bailando. Probablemente, aparte del encanto de su baile está el dato de que tiene unos brazos largos y cuando los levanta da la impresión de que es mucho más alta.

En relación a sus preferencias por bailar, como toda artista de sensibilidad en los poros, tiene temporadas. Hay veces que se siente identificada con la seguirilla, otras, con la zambra de Granada -- Incluso le gusta introducirla por donde va, ya que le gusta que le reconozcan sus orígenes --, otras veces las alegrías, el taranto, la bulería. En suma que va cambiando de "palo" porque, como ella misma afirma, < cada baile tiene su magia >.

En su vida artística, ha sufrido tres accidentes. Ninguno tan grave como cuando llegó a perforar el tablao y se sumergió hasta la cintura por debajo del escenario. Le costó varias horas de hospital, pero su profesionalidad hizo que actuase de nuevo al día siguiente.

Su caracter y personalidad no le permite estancamiento alguno. Siempre está creando y no se queda satisfecha nunca, hasta el punto de que admite haber aprendido de sus propios errores.

Pero, indudablemente, detrás de la gran artista, está una gran humanidad. "Su charla chispeante, la gracia de sus palabras, su inteligente modo de entender las cosas de su mundillo circundante y el alma humanísima que ponía en sus palabras y reflejaba en su semblante", ya fueron puestos de manifiesto hace veinte años por Manolo Medina en las páginas del diario Pueblo de Madrid.

Sus dotes innatas de viveza, inteligencia natural y auténtica gracia fueron aumentadas por la educación que recibió de los simpáticos e inigualables Mami y Antonio, quien llegó a ser temporalmente doctor en una clínica de pájaros de bien concurrida clientela.