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Boletín Informativo / Mayo 1996 / No. 6

Kierkegaard ha vuelto a caminar por las calles de Copenhague


Con ocasión de que Copenhague fue nombrada la Capital Cultural Europea durante 1996, las organizaciones kierkegaardianas danesas realizaron el pasado mes de mayo la reunión internacional Kierkegaard Days in Copenhagen. Este evento, a mi modo de ver, ha sido uno de los más importantes que sobre Kierkegaard se hayan realizado en su ciudad natal, pues no sólo fue una reunión académica sobre los diversos típicos de su pensamiento, sino también un homenaje. La buena organización del congreso se destacó especialmente por este hecho. Este artículo pretende mostrar este aspecto del congreso, para lo cual doy a continuación una pequeña ubicación biográfica para enfatizar en el significado que tuvieron las actividades que se realizaron.

Sören Kierkegaard fue un amante de su ciudad natal; existen numerosos pasajes en sus obras y papeles que dan testimonio de este afecto. Hay una cierta plasticidad en sus escritos que casi siempre hacen referencia a lugares concretos de Copenhague: calles, cafés, parques, iglesias, teatros, monumentos, mercados, etc.

Incluso mientras Kierkegaard vivía era notoria su presencia por las calles de Copenhague, como lo describe Andrew Hamilton, un viajero inglés que en 1852 escribió el libro Sixteen Months in the Danish Isles. "Hay un hombre a quien es imposible omitir en cualquier consideración de Dinamarca, me refiero a Sören Kierkegaard. (...) Nadie conoce a más gente que él. Es un hecho que camina por la ciudad todo el día, y generalmente en compañía de alguna persona; sólo en la noche escribe y lee. Cuando camina es muy comunicativo, y al mismo tiempo se las arregla para sacarle a su acompañante todo lo que pudiera serle de provecho. No he tenido contacto personal con él, pero lo vi casi a diario en las calles, y cuando estaba solo, muchas veces me sentí inclinado a abordarlo, pero nunca lo hice".

Tres años después de sus primera publicaciones el periódico Corsario, que se leía en casi todos los hogares de Copenhague y que inicialmente había hecho buenas críticas de sus obras estéticas, cambió de postura y realizo una fuerte sátira contra Kierkegaard. En distintos números sus defectos físicos, sus extrañas costumbres, sus escritos, fueron objeto de reportajes y caricaturas hirientes. Estas críticas se prolongaron en frecuentes comentarios y miradas cuando paseaba por las calles, llamándolo -entre otras cosas- "el gran filósofo de los pantalones desiguales". Las sátiras se prolongaron varios meses hasta que Goldschmidt abandonó la redacción del Corsario.

También en los últimos años de su vida Kierkegaard levantó lo que él llamo "un desesperado grito de alarma a media noche"; una gran polémica pública en contra de la iglesia establecida, del cristianismo oficial y muchas de las costumbres de quienes se decían cristianos. Sus últimos escritos están cargados de críticas incisivas. Hecho que provocó la reacción de muchas autoridades y gente de sociedad.

Todos estos problemas hicieron que Kierkegaard -aunque seguía teniendo el mismo aprecio por su ciudad- sintiera tristeza por ella. En 1848 escribió las siguientes líneas: "Dinamarca es un país muy pequeño e insignificante, donde todos conocen a todos. (...) La suma total de Dinamarca es Copenhague, y Copenhague es un mercado. (...) Me convertí en el material, la víctima (...). La muchedumbre se burlaba, la gente de clase y distinción me abandonó".

El homenaje brindado a Kierkegaard por el congreso puede considerarse, por lo que acabamos de ver, una cierta reivindicación en estas tres esferas: estética, racional y religiosa, cada una de las cuales nos llenó de emoción a los que conocemos los pormenores de la vida de Kierkegaard.

Desde un punto de vista estético, el congreso contó con tres actividades que me llamaron especialmente la atención. La primera de ellas se realizó en el Teatro Real, el mismo en el que Kierkegaard disfrutó muchas obras y en donde se realizaron eventos importantes de su vida, como algunos relacionados con su noviazgo con Regina Olsen. Kierkegaard en distintos puntos de su obra hizo comentarios a la obra de Mozart. Por ejemplo el esteta A de La alternativa realiza el siguiente comentario: "Oh, Mozart inmortal! A ti te lo debo todo. (...) Indudablemente que si Mozart no hubiese existido o su nombre se hubiera borrado, ya hace mucho tiempo que se habría desplomado la única columna que hasta la fecha ha impedido que no todo para mí se hundiera en un caos ilimitado y en una horrible nada." El evento consistió en la lectura -por un reconocido actor danés- de muchos de esos pasajes, seguidos, cada uno de ellos, por la interpretación con orquesta y cantantes de ópera -en los casos correspondientes- de algún fragmento de la obra de Mozart en cuestión. El Teatro que tanto significó para Kierkegaard estaba rindiendo un homenaje a su obra y al músico que tanto admiró.

También se realizó, en un bar de una de las calles que él frecuentaba, una representación -hecha por tres actores- de algunos puntos específicos de su vida -casi todo sacado de sus propios papeles-, como su entrevista con el rey, un encuentro con Regina, una visita al médico, una simpática oda que le compuso a su paraguas y algunos otros detalles. Kierkegaard regresó una vez más a los bares de Copenhague.

El tercer evento de este aspecto estético lo constituyó el recorrido por muchos de los sitios históricos que tuvieron que ver con la vida de Kierkegaard: casas en las que vivió, su escuela de niño, el lugar donde estuvo la casa de Regina, edificios públicos relacionados con él, etc. El tour estuvo a cargo de Bruce Kirmmse, historiador y autor de Kierkegaard in Golden Age Denmark. En cada uno de los sitios leía o comentaba anécdotas específicas. Era grato ver a intelectuales de todo el mundo yendo con entusiasmo de un lugar a otro.

Desde la perspectiva del estadio racional -el que puede parecer más lógico- Kierkegaard reunió en la antigua universidad de Copenhague a muchos intelectuales de diversas nacionalidades, para exponer los aspectos más recientes y destacados de su investigación. Los edificios de esta universidad se inauguraron en 1836; por su ubicación, por los conocidos que tenía y, sobre todo, por su interés en la vida intelectual de Copenhague era un sitio en el que Kierkegaard teníaa puesta su atención. Aunque Kierkegaard ironizaba con frecuencia la labor de los académicos, tenía la formación de un intelectual letrado. Muy a su modo y un tanto polémico Kierkegaard vivió intensamente la vida universitaria; por ejemplo, la defensa de su disertación sobre El concepto de la ironía fue un evento memorable en los anales de la Universidad de Copenhague, la sesión empezó a las diez de la mañana y duró siete horas ante una nutrida y curiosa audiencia.

Otro importante evento ocurrido en el congreso fue la exposición de cerca de medio centenar de páginas manuscritas, de sus obras y papeles, minuciosamente seleccionadas y acomodadas con un diseño muy bien estudiado, de tal forma que uno podía recorrer la exposición en diversas direcciones, cada una de ellas mostraba un aspecto específico de su pensamiento o de su vida; por ejemplo, uno podía seguir un orden cronológico, o seguir la dirección estética, o seguir una dirección más autobiográfica, etc., todas pasaban por el manuscrito central de la exposición que trataba de dar unidad a todo el contenido del pensamiento kierkegaardiano. También en la exposición se encontraban parte de su biblioteca personal, muchas primeras ediciones dedicadas o ejemplares a los que Kierkegaard tenía especial afecto. Lugar especial ocupaba el escritorio que Kierkegaard uso durante muchos años. La exposición fue en el ático de la Trinitatis Kirke en Rundetaarn (la torre redonda), una espacio que en tiempos de Kierkegaard era una biblioteca universitaria, y donde se vendieron algunas de sus obras.

Subtitulada en diversos idiomas, se presentó durante el congreso la película Kierkegaard, producida por Anne Regitze Wivel. Con duración de un poco más de dos horas, la filmación consiste en presentar a varios profesores especialistas en el pensamiento de Kierekgaard, en distintos escenarios académicos, cada uno de ellos explicando los principales aspectos del pensamiento de Kierkegaard. La película muestra también opiniones encontradas sobre algunos de esos típicos. Las intervenciones se intercalan con la lectura de textos de Kierkegaard. El filme tiene una realización técnica muy buena y puede ser un magnífico medio para introducir el pensamiento de Kierkegaard entre personas que no tienen un mayor conocimiento de él.

Otro aspecto que considero relevante -si se quiere simplemente anecdótico- fue la venta de libros de o sobre Kierkegaard en las principales librerías del centro histórico. Dos hechos muestran mi percepción. En la librería C.A. Reitzel, en la que Kierkegaard publicó muchas de sus obras, el primer día que la visité, me encontré con una pila del libro Kierkegaard. The Indirect Communication, de Roger Poole y en la vitrina estaban a la venta los 25 tomos de los Papirer. A los dos días ya no había ninguno de los libros de Roger Poole y ya se habían vendido los Papirer. El otro detalle que me llamó la atención ocurrió en la librería Paludan, donde tienen un sótano en el que se encuentra su sección de libros antiguos; en las ocasiones anteriores en las que había estado en Copenhague ahí había encontrado verdaderas joyas históricas de Kierkegaard; de hecho ocupaban un buen espacio en aquel sótano. En esta ocasión con decepción, aunque con cierta alegría, me dí cuenta que ya se les habían agotado los libros antiguos relacionados con Kierkegaard.

La parte religiosa fue especialmente significativa. La Catedral de Copenhague, Vor Frue Kierke, que en el tiempo de Kierkegaard fue la sede de los obispos Mynster y Martensen, tiene actualmente en el costado externo que da a la universidad tres esculturas, dos de ellas dedicadas precisamente a los obispos mencionados, quienes fueron objeto de las críticas directas de Kierkegaard en los últimos años de su vida. También fue en esta iglesia donde Kierkegaard predicó en dos ocasiones y donde fueron velados sus restos mortuorios por una nutrida multitud y con enojo de Martensen. El segundo día del congreso en la sala de confesiones de esta iglesia, al costado derecho del altar, se llevó a cabo uno de los seminarios del congreso, en el que Per Lønning, pastor luterano, desarrolló la idea de que no podían trasladarse a nuestra época las críticas que Kierkegaard dirigió a la iglesia de su tiempo, ya que en realidad estaban enmarcadas en un contexto histórico muy específico. Era impresionante escuchar en esa iglesia esta discusión con un profundo respeto por Kierkegaard. También aquí, otra tarde, el Drengekoret (coro de niños) interpretó canciones sacras que se cantaban en la época de Kierkegaard.

En otra iglesia Helligøndskirken frecuentada por Kierkegaard en sus días, se llevó a cabo otro de los eventos culturales del congreso: Niels Jørgen Cappelørn, pastor encargado de la iglesia, actual director del Centro de Investigaciones Sören Kierkegaard y organizador del congreso, leyó varios fragmentos religiosos de Kierkegaard, intercalándolos con música del órgano de la iglesia tocado por Hans Ole Thers, con algunas improvisaciones y música del tiempo de Kierkegaard.

Es difícil explicar con toda precisión y detenimiento los muchos detalles significativos que vivió Copenhague en los días del congreso. Hay que felicitar a los organizadores por el esmero que pusieron en su realización.

Luis I. Guerrero

Colaboraciones para el Boletín Informativo

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The English version of this issue will soon appear in the SIEK's page of Kierkegaard in the Internet.