Bogotá by Night: Reinado de Máscaras

Ficción: Entre cruces y espadas

Gollinbursti

"Los que de veras buscan a Dios, dentro de los santuarios se ahogan."

Proverbio árabe.

BbN BbN

 

América junio de 1508.

Vuestra merced ilustrísimo abad superior de la orden. De acuerdo a lo dispuesto por vuestra altísima eminencia y las órdenes que juré cumplir, remito mi informe sobre estas nuevas tierras.

Tras los arduos y largos meses de travesía hemos atracado por fin hace dos meses en estas nuevas tierras. Durante las primeras semanas todo transcurrió en medio de las faenas normales de un grupo de hombres en labores de conquista. Pero luego de asentarnos para descansar y tomar nuevas fuerzas para la jornada hacia el interior, los primeros signos de la influencia del maligno empezaron a hacerse evidentes. Lo primero que noté fue la incapacidad de los hombres para refrenar sus deseos carnales tras tanto tiempo de no estar con mujer y a pesar de mis reclamos la práctica de la concupiscencia con animales se hizo frecuente así como el onanismo y aunque no soy testigo estoy seguro que la práctica del pecado nefando también se dio; luego una creciente hostilidad hacia los símbolos de Nuestro Señor hasta el punto de encontrar una noche aun grupo enterrando los crucifijos que solían llevar al cuello lo más lejos posible del campamento, para luego ver como los que aún ostentábamos la imagen del Señor sobre nuestros pechos éramos ignorados y aún esquivados y tratados con rudeza.

En este momento, se ha propuesto nuevamente la reanudación del viaje, he notado con terror que ya ni las bestias se acercan al campamento y como más y más los hombres empiezan a presentar los síntomas del mal, sus pieles son muy pálidas en especial para este clima endemoniado, casi todos han perdido el apetito más no sus fuerzas y en especial el brillo de la gracia de Dios ha abandonado sus ojos. Nuestras sospechas se han confirmado, los monstruos que con tanta dificultad hemos logrado debilitar y empezar a eliminar en la patria han buscado en estas tierras allende el océano refugio y nuevas pasturas para su inclemente y bestial depredación, si los dejamos tomar ventaja en éstas tierras de salvajes lejos de la gracia y las enseñanzas de Nuestro Señor estoy seguro que habremos de arrepentirnos del mal que nos espera.

Aunque hasta este momento la cruz símbolo de nuestra fe así como mi esperanza y fortaleza en Cristo me han mantenido a salvo; sé que no lo harán por mucho tiempo más, por ello, sabiéndome más temprano que tarde muerto a manos del monstruo que ha corrompido a nuestros hombres os escribo esta última carta y os suplico enviéis a los miembros necesarios para erradicar el mal antes que se extienda y sea tan peligroso como en Europa. Os suplico perdonéis la muestra de debilidad y miedo que mis palabras os lleguen a transmitir y espero valoréis mi esfuerzo y sacrificio en pos de nuestros sagrados votos.

Sé que vosotros mis hermanos de causa me acompañáis en estas últimas horas de existencia terrenal y eso me reconforta, como acto final empuñando en una mano la cruz y en la otra la espada intentaré terminar la existencia del engendro maligno que yace entre nosotros.

Que Dios me bendiga con su fortaleza y me dé valor...

Escrito original para BbN, derechos reservados.

Contactar al autor en gollinbursti@softhome.net

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