Bogotá
by Night: Reinado de Máscaras
Ficción:
Compilación 00.
Gollinbursti
"Todo está allí,
el abrazo, el amor, el deseo lento
conspirando."
Laureano Alba.
Esta compilación incluye las historias iniciales
de cada uno de los sectores en los que hemos dividido la ciudad en BbN.
Centro._
Es temprano, deben ser por ahí las 8 de la
noche, por la 19 todo es algarabía, las calles están llenas
de jóvenes y otros no tanto que con la excusa del viernes se
han reunido aquí para divertirse, yo observo desde la puerta
de mi "negocio"; un grill de mala muerte que me permite alimentarme
sin levantar sospechas y me deja el dinero necesario para sostenerme.
En la pista de gelatina verde rancia, iluminada por una raquíticas
luces que parecen de árbol navideño un par de mujeres
borrachas se pelean frente a mis clientes quienes con ojos de depredador
las observan mientras en forma inconsciente se pasan la lengua por los
labios y eventualmente la mano por otras partes.
Mientras yo, desde una de las mesas como otro más
de los habitantes escojo de cual de estos pobres miserables me he de
alimentar para luego dejarlo abandonado en un callejón sin su
billetera. La policía entra y es hora de pagarles la suma habitual
para que se hagan los de "la vista gorda" y nos dejen trabajar
en paz. Hoy le tocó al sargento García, perdón,
a mi sargento García, viene a cobrar lo de la semana pero aprovecha
para alegrarse un rato con "la mona", en uno de los cuartos
que se supone no tenemos, la "mona" es una santandereana de
unos dieciocho años que entró a trabajar hace como dos,
la pobre está ilusionada con que García la va a sacar
de aquí; si supiera que la última a le que le hizo esa
promesa la encontraron molida a golpes cerca al cartucho después
de que se puso a presionarlo. Bueno tal vez lo sepa ya pero no creería
que él es capaz de algo así, pero yo sé que si,
lo vi y fotografié, es bueno tener un as en la manga en caso
de emergencia.
Por ahora dejémoslo practicar sus pequeñas
perversiones inocente de lo que realmente soy y de la forma en que él
está jugando para mí, maldición estoy hablando
como un hijueputa Ventrue, ja, ja, ja.
Centro-occidente._
Estamos buscando alguien que nos ayude con una historia
sobre este sector, ¿te interesa?.
Chapinero._
Camino despacio, tengo mucho tiempo delante de mí,
observo con desdén a los transeúntes que envueltos en
su propia prisa se mueven ajenos a su entorno y a los que los rodean,
de pronto la voz de una pequeñita me saca de mis pensamientos
y me trae de vuelta al mundo de los vivos: "¿Me compra una
rosa monito?", pregunta con esa vocecita que apenas distingo entre
el barullo de los carros y los bares, la miro y de forma inconsciente
le sonrío, no lo siento nena, hoy no, y de nuevo ella me insiste:
"para la novia monito" y esboza una gran sonrisa que deja
ver que hace poco se le cayó uno de los dientes; tal vez sea
eso pero me convence, o.k. dame una, y me extiende la flor envuelta
en es plástico barato con manchitas blancas. Le doy un billete
de dos mil y me voy, sé que la rosa vale menos pero no me importa
sé que a ella le hace más falta el dinero que a mí.
Ahora, flor en mano, prosigo mi viaje, por el camino
encuentro muchachos de tantas universidades y carreras que me llegan
a fastidiar al cabo de un rato, tomo una calle menos transitada para
poder despejar mis sentidos, en ella, bajo la luz de un farol pálido
una pareja se devora a besos, el jean de él está casi
en sus rodillas y ella está recostada contra un murito. Parece
que hacen el amor, o al menos creo que están teniendo sexo, me
refugio en la sombra de un árbol y me dedico a observarlos, no
es que me considere un voyerista, bueno sí, pero en este caso
es diferente; el hecho que lo estén haciendo en la calle me excita
tanto como a ellos. Sé que el sexo no es para mí como
era antes, pero he aprendido a disfrutarlo de otra forma, el observar
se ha convertido en mi portal hacia un tipo de placer que ya no puedo
disfrutar.
Los contemplo por no sé cuanto tiempo, hasta
que me percato que de la rosa no queda casi nada en mi mano, es entonces
cuando una de las dueñas de casa del sector los ve por la ventana
y sale a hacer escándalo, se visten de afán, riéndose
de forma nerviosa para luego salir corriendo hacia la noche en medio
de los gritos de "descarados" y un coro de perros ladrándoles.
Al igual que ellos sonrío y emprendo de nuevo
mi camino en dirección contraria a la que tomaron, por el camino
vuelvo a encontrar los tumultos de jovencitos pero en su mayoría
deambulan ebrios, escojo un grupo al azar, de los que caminan más
gracioso, los sigo desde lejos esperando el momento en el que me les
pueda acercar. Ascienden hacia los cerros por un callejón, supongo
que tienen ganas de orinar, esta es mi oportunidad. Uno se quedó
un poco atrás de los otros recostado contra un árbol,
hay algo raro, no sé algo falta aquí, me acerco dispuesto
a deleitarme con su esencia cuando de repente él da vuelta hacia
mí, sus ojos brillan de una forma que solo creí posible
en los vampiros, sus manos han crecido, debería temerme pero
soy yo quien empieza a sentir miedo hacia él, no se que pasa
pero mejor no me quedo a averiguarlo. Intento huir por en medio de las
sombras pero siento como soy izado por una de mis piernas y lanzado
por el aire en dirección de l monte que empieza más arriba.
Recibo de pleno el golpe contra el asfalto en mi rostro, siento como
la quijada se me rompe por el impacto al igual que un par de costillas,
entre la sangre que brota de mi rostro hay pedazos de césped
y tierra. Intentaría erguirme pero el dolor y la sorpresa me
han bloqueado por completo así que desde mi humillante posición
en el suelo observo como ese borracho se ha transformado en una "bestia",
una especie de animal mezclado con algo de humano, es enorme, y juro
por dios que intimidante. Gracioso pero por vez primera desde que morí
empiezo a orar, al mismo dios que me ha permitido acabar con la vida
de tantos en estos años, ojalá a mí si me escuche.
Empieza a acercarse a mí, sus amigos no los
veo por ninguna parte, estúpidamente decido fingirme el muerto,
escuché alguna vez que los osos no atacan a los que creen muertos,
no creo que me sirva ahora pero es lo único que se me ocurre.
Cuando está a mi lado me da un puntapié tan fuerte que
las costillas que me quedaban enteras se hacen añicos y mezclado
con un aullido de dolor escupo parte de mis ensangrentadas entrañas.
De la patada me levanto casi un metro y es entonces que me doy cuenta
que el -monstruo- me ha sujetado del cuello de la camisa y se agacha
a mi lado para susurrarme al oído: Los cerros y las afueras nos
pertenecen, no lo olvides maldita aberración, Gaia no tolerará
su presencia fuera de la podredumbre de asfalto. Y me lanzó como
si fuera un juguete por el callejón hacia abajo. Y aquí
estoy, desde hace casi una hora esperando que sane lo suficiente como
para poder levantarme y huir; y les aseguro que lo que soy yo no volveré
a poner un pie a menos de un kilómetro de uno de esos malditos
cerros.
Norte._
Anochece, las vitrinas se llenan de luz y las calles
empiezan a calentarse con el aliento de los cientos de seres ansiosos
por disfrutar. Hace poco terminó de llover (siempre llueve en esta ciudad)
y los pozos de agua reflejan rostros llenos de expectativa, dolor mal
disimulado u ojos de depredador.
Todos procuramos vernos bien, o sea, no solo estar
con la "pinta" adecuada, no; reflejamos con todo nuestro ser, desde
la ropa y la forma de hablar, hasta la manera prefabricada de mirar
un estilo de conducta, una forma de concebirnos a nosotros mismos, a
los demás y a la ciudad.
Me fumo un Ives y observo encantado como el humo en
sus volutas caprichosas me trae formas de un pasado que creía lejano,
me deprimo pero no lo dejo ver a los demás, esa no es la máscara que
escogí para hoy.
Hoy, sin importar como me siento he decidido que los
demás me vean feliz, y se que ellos también llevan sus propias máscaras
para cubrir rostros que no cumplen a cabalidad los estándares de perfección
que nos exigimos unos a otros.
Desciendo del carro y empiezo a caminar por entre
niñas queriendo ser mujeres, niños jugando a ser grandes y hombres y
mujeres luchando por no parecerlo tanto. Escojo un sitio casi al azar,
es un bar como otros pero encaja con mi estado de ánimo. Me dirijo a
la barra y pido un bloody Mary (me gusta la ironía) mientras observo
a la gente en la pista y en las mesas, el trance se pone más rápido.
Estoy mirando a un par de "niñas" comprando unos trips a uno de los
festivos habitantes del lugar.
Empieza a sonar Loosing my Religion en un interesante
remake y mientras la mayoría se sienta otros bailan para querer olvidar
la sombra de dolor que cruza rauda por sus ojos y que todos fingimos
no ver. Salgo a bailar con una mujer de unos veinte años, cuerpo diseñado
con esa maestría que sólo el gimnasio y el cirujano pueden crear; me
encanta su voz de niña consentida (que suena tan play) y la suavidad
de su piel; el olor de su cuerpo que al bailar se mezcla con un suave
y fino perfume.
Hablamos de tonterías, ambos lo sabemos pero como
los demás entendemos que no podemos arriesgarnos a salir de detrás de
las máscaras, y aunque pudiéramos, ya llevamos tanto tiempo tras ellas
que no sabríamos como hacerlo.
Al fondo un malabarista y un bailarín de torso desnudo
y pintura en la piel se contorsionan al ritmo de la música que ahora
tiene aires árabes que me recuerdan el hogar.
Miro al fondo de sus ojos y si no fuera por los años
de experiencia podría decir que su mirada es sincera, pero no, al fondo
aún se perciben los vestigios de uno de muchos secretos ocultos bajo
capas y capas de fachadas: una diferente para cada época de la vida
o para cada estado de ánimo.
Para los que nos ven desde otro lado de la ciudad
podemos ser intrascendentes, tontos, hipócritas y para muchos aún detestables.
Pobres, incapaces de comprender que el mundo en el que vivimos nos ha
convertido en lo que somos y que las máscaras y apariencias son un arma
natural en una realidad tan competitiva que el menor descuido puede
terminar con una vida de trabajo.
Ahora si me siento, empieza a sonar Under the Bridge
y la máscara se resquebraja un poco o al menos eso parece por el tono
de mi voz: "together we cry...". Veo una pareja de amantes bailando
en la pista, tan perdidos uno en los ojos del otro que si no fuera por
sus risas eufóricas que origina el uso de ciertos químicos, se diría
que se amarán por toda la vida.
Cuando se sientan les envío un par de tragos, los
aceptan y me invitan a su mesa; hace algún tiempo que ellos también
me observaban, tras las presentaciones de rigor y un par de bromas para
romper el hielo salimos a bailar de nuevo. El discjockey nos ve y se
inspira, empieza una tanda de electrónico y trance nórdicos, el baile
nos permite desinhibirnos, aunque nuestros cuerpos apenas se tocan físicamente
si los recorremos íntegros con la mirada, desde las mesas algunos nos
observan con interés y otros con deseo. De pronto ella se encuentra
en medio de nosotros y con cada una de sus manos nos aferra a los dos
por los glúteos pegándonos a su cuerpo. Termina la música y tras un
último trago (de agua en mi caso) decidimos buscar un sitio más tranquilo.
Discutimos como si fuéramos amigos de toda la vida
en cual carro irnos y al final optamos por el de ellos (procuro que
no se note que eso era lo que deseaba), conducimos por la 15 y luego
por la 127 hacia la séptima, de reojo observo como a lo lejos un ángel
de oro pareciera anunciar con su trompeta que la noche apenas está empezando.
Mientras la conversación permanece entre erótica y banal pienso en el
rave de más tarde cuando me despida de ellos, algo de Kermkraft hace
retumbar el carro.
Tras la portería empezamos el ascenso de los cerros,
parqueamos el carro y tomamos el ascensor hacia el piso 14. Pero mientras
llegamos iniciamos el juego, nos besamos y me divierto al sentir la
mirada de él que nos recorre con la misma intensidad que lo hacen nuestras
manos.
Dicen que los de mi especie no sienten gran afición
por el sexo, es más, que algunos lo desprecian como un rezago de la
vida mortal. Pero realmente no creo que sea así, o al menos no en mi
caso, o sea es tan solo una forma diferente de apetito, es una variante
más del hambre que me consume. Si aparte de saciar mis necesidades de
sustento también puedo hacerlo con las sensoriales ¿porqué no he de
usarlo como herramienta?.
Estamos en el jacuzzi, mientras ella filma nosotros
le damos un espectáculo memorable, sus narices no soportan ni un miligramo
más de polvo y sus cuerpos se agitan ante la inminencia del fin. Lentamente
contemplo como sus máscaras se deshacen en una confusa maraña de pasión
y euforia y dejo que la mía también desaparezca al mostrarme como el
cazador que realmente soy. Como es costumbre no se asustan, piensan
que soy solo uno más de sus demonios internos que ha escapado de la
prisión en la que inútilmente intentan encerrarlos. Pienso que debería
acabar con su existencia ahora y permitirles el honor de terminar su
vida como la empezaron: con un único rostro, el verdadero.
Empiezo a llenarme con sus vidas y dejo que mi lado
depredador tome el control sin reservas. De pronto desde el fondo de
mi cabeza escucho algo que me llama de vuelta, no sé que es pero siento
que debo ser yo de nuevo. Es el llanto de un bebé en la habitación de
al lado que tal vez presiente que lo estoy dejando huérfano. Me detengo,
no sin esfuerzo, me visto incluyendo la máscara, voy al cuarto del bebé,
lo arrullo y logro que se duerma. Reviso a sus padres lamiendo sus heridas,
estarán bien mañana, y me voy a rumbear a Chía.
Salitre - Occidente._
Hace ya 3 noches que me encuentro en esta ciudad agobiada
de dolor y muerte y esta es la primera en la cual puedo llegar a decir
que saldré a conocer como es mi ciudad como se refieren a este
complejo urbano en el cual solo se puede determinar el caos del hombre
en sus ansias de verse acabado por sí mismo en busca de su "felicidad";
llegué hace 3 noches en la primera me presente a la orden de
esta ciudad solicitando estadía, fue algo difícil de creer
no solo por parte de ellos sino por parte mía que yo este aquí
en esta ciudad caótica de concreto, fue evaluada mi condición
y pues me dejaron quedarme; la segunda noche se me fue ubicado en el
sector centro occidental de la ciudad desconocido hasta el momento para
mí , me ayudaron en asuntos económicos para ocultar mi
identidad un poco y todo lo demás que los ordenados hacen por
uno en estos casos para que el orden y las reglas estén bien
Hoy Viernes por la noche ,mi tercera noche en la ciudad
me dispongo a salir de la casa que me consiguieron en un sector llamado
quinta paredes cerca de un sitio importante llamado Coorferias . Sé
que voy a salir a conocer así que durante una hora e investigado
entre libros y con las personas de este lugar como es el barrio y todo
lo demás .Salgo alrededor de las 7:30 p.m. me dirijo a conocer
mi barrio y los alrededores las pocas personas que se ven se encuentran
en grupos tratando con vicios idiotas creados para su destrucción
y para según palabras de ellos para salirse de su propia realidad
que los agobia en ciertos momentos. Recuerdo mi hogar y añoro
volver a estar ahí muy pronto ya que este muro de concreto con
todos sus problemas me desgasta ya que esta no es mi tipo de vida ni
el de ninguno de mi tipo. Tengo el consuelo de ver zonas verdes que
a bien o mal me recuerdan mi espíritu interior y mi antiguo hogar
esta zona es algo callada así es bueno que sé de así
todo para mi favor el centro de atención llamativo es Coorferias
que es punto esencial para las relaciones nacionales y económicas
según lo que investigue; es impactante pero cuando fui ya estaba
cerrado así en alguna otra ocasión lo visitaré
, he seguido caminando lo que es el barrio Las Ferias es acogedor, callado,
calmado excepto por uno que otro indigente que pide plata de una forma
no muy cortes .
Llegue a una calle principal la Cra. 30 es amplia
sucia y oscura , en sus alrededores por lo que hasta el momento he visto
es la Clínica San Pedro Claver , me he acercado hasta allí
y he visto dos de las primeras cosas más macabras que hasta el
momento me ha brindado la ciudad; la primera , he visto llegar a un
herido algo masacrado en un taxi sucio y destartalado tenia perforado
el abdomen con una puñaleta algo sucia y barata que todavía
la traía incrustada en su cuerpo brotaba mucha sangre; tuve que
retirarme no es fácil ver toda esa sangre y no pensar en saciar
un poco tu sed, detrás del hombre venia una mujer hermosa llorando
desesperada por aquella persona que pena por estos humanos que no ven
en la muerte un aliado o el principio del fin si no que le temen y le
huyen intentando esconder la verdad de que esta camina a tu lado a cada
momento y de que este siempre llegara en algún momento. El segundo
acto fue ver como una señora embarazada de bajos recursos es
repugnada por muchas personas y casi no la dejan entran mientras se
está desangrando poco a poco, creo que perdió el niño
,es vergonzoso como las personas no se duelen ante el dolor ajeno aunque
el dolor ajeno es en si una estupidez ya que la piedad es un sentimiento
que hace que el hombre deje de ser especie animal a ser especie en sociedad
(humano).
He dejado atrás ese lugar que alberga personas
de todos tipos y de cualquier condición económica, social
o étnica. Subo un poco y encuentro un barrio un poco peligroso
mas oscuro de lo normal; con ojos no muy amigables que desgarran el
pecho en sus ansias de conseguir dinero de cualquier forma ya sea este
en su estado natural o en especie he preferido no adentrarme demasiado
es mi primera noche en las calles y no quiero empezar con el pie izquierdo
mi crónica en esta ciudad , en contraste del Barrio Samper Mendoza
me encontré con un barrio donde la actividad nocturna es mas
calmada y en oleadas de grupos de muchachos que se encuentran para hablar
o para narcotizar sus mentes en búsqueda de soluciones a sus
problemas. El sitio es seguro por lo menos; de allí me he dirigido
hacia el sur de la ciudad tomando un atajo por una zona verde al lado
de la Cra 30 esta muy dejada pero por lo menos he recordado lo que es
ver de nuevo los amigos infalibles de un ermitaño como lo que
solía ser hasta estos pocos días aquellos animales te
brindan un calor familiar que ayuda a aliviar en todo un poco el dolor
de salir de tu casa en las montañas a una cárcel fría
y sola. Es doloroso el recordar cuando caminábamos en manadas
de un lado a otro donde peleamos juntos, donde cazábamos como
una familia donde había cabida hasta para lobos sinceros y transfigurados
como nosotros, aquellos tiempos eran mejores y menos tormentosos, tiempos
donde sin tener que rendir cuentas a una estúpida institución,
a una sociedad éramos libres. Vuelvo al lumbral de lo que es
este caos-citico. Me topo con una plaza de mercado llamada Paloquemao
se nota que es importante, su infraestructura desde afuera se nota que
es muy suburbana y de arquitectura hostil y campesina ; se nota en sus
alrededores el desaseo y la desorganización interna que tiene
, es poco llamativa así que creo que allí nunca iré.
Son las 9:30 p.m. dirijo mi rumbo nuevamente hacia
el occidente donde encuentro un barrio de invasión típico
donde se nota que el tipo de vida no es el mejor, encuentro este sitio
predilecto para llevar mis acciones de alimentación , sé
que los humanos presentes no me ofrecen las mejores condiciones de vida
pero es lo necesario para sobrevivir. Caminando mas hacia el occidente
me encuentro entre un sitio que me hace sentir mal estoy entre un gran
laberinto en el cual las paredes son muy altas y me siento como una
hormiga es la zona franca o industrial , hay demasiada fabricas altas
son interminables calles de concreto donde la soledad el silencio y
el misterio caminan a tu lado , empiezo a desesperarme no encuentro
el cuerpo del mundo sus tonos verdes me faltan no estoy acostumbrado
a ser sepultado bajo grandes barrotes de cemento que aplacan la naturaleza
madre de todo .
Alrededor de las 11:00 tomo una vía hacia el
norte que me lleva hacia el reencuentro entre mi madre y mis amigos
en el sector de Ciudad Salitre el cuerpo de la tierra brota con grandeza
no es lo mejor de este mundo pero siento un gran alivio encontrar sitios
donde se puede encontrar el calor de un hogar abandonado no por querer
sino por circunstancias ajenas. Continuo mas hacia el occidente y voy
encontrándome con el verde en mayor extensión hasta llegar
a dos sitios continuos donde la naturaleza se expresa con grandeza dentro
de esta gran cárcel de concreto con elevados muros y variados
pasadizos y laberintos donde humanos y nosotros convivimos en busca
de la supervivencia así como lo hacen estos parques dentro de
la ciudad . El primero el Simón Bolivar es muy bello se resalta
enormemente el planeta sus campos verdes inspiran armonía y paz
; el lago no es el más bello pero en el se puede llegar a encontrar
el camino de la vida si se busca con claridad y serenidad . El parque
es grande aunque siento ojos que no esperaban mi presencia y encuentran
en mi una persona no deseada que debe ser vigilada y recelada para saber
de sus acciones .
El segundo es el Salitre mas que naturaleza refleja zonas de distracción
donde la naturaleza esta presente y ayuda a que se dé esa armonía
para la serenidad.
Son las 2:00 a.m. me devuelvo hasta una calle principal
que había visto en el pasado la 26 tomo rumbo hacia el oriente
por primera vez noto la presencia de la luna acompañante de nuestra
especie poco venerada esta en todo su esplendor es luna nueva ; en el
transcurso del recorrido de vuelta a casa reconozco algunas identidades
que se aplacan a lado y lado de la calle están la embajada de
E. U., la Fiscalía unas identidades militares desconocidas para
mí y por último encuentro la Universidad Nacional , ya
es tarde así que mañana seguiré recorriendo los
alrededores de mi hogar.
Juanca, neonato Gangrel.
Colaboración de Menelvago.
Suba y Niza._
Estamos buscando alguien que nos ayude con una historia
sobre este sector, ¿te interesa?.
Suroriente._
Debería ser un trabajo normal, una familia de desplazados
que llega a la ciudad intentando escapar de la guerra, ignorantes que
en estas calles hay una que aunque más silenciosa es igualmente mortal;
los seguimos desde el terminal de transporte en dirección al sur; son
los dos padres, un niño de unos 6 años, una niña de unos 3 y un bebé
de brazos; en definitiva un buen botín. Todo empezó a ir mal cuando
me puse a fijarme en ellos mientras estaban en el bus, pensé que los
niños deberían tener mucho frío ya que la ropa que traían puesta acaso
los llegaba a cubrir.
Llegamos tras una hora de viaje y trancones a su destino
en la base de una erosionada montaña llena de diminutas luces amarillas
que la hacen parecer algún tipo de pesebre, empezaron a ascender por
una calle polvorienta y mal iluminada. Los seguí a prudente distancia
por unos 15 minutos hasta que se detuvieron y empezaron al parecer a
buscar una dirección, entonces con toda la velocidad de la que soy capaz
me acerqué y le quité el niño de los brazos a la mujer a la vez que
golpeé a los otros dos antes que alcanzaran a reaccionar. Fue entonces
cuando el hombre se abalanzó sobre mí gritando por su hijo, la ventaja
de este sector es que sin importar lo que pase nadie sale o hace algo,
golpeé al tipo en el estómago pensando que con eso bastaría, pero no
fue así, adolorido intentó pelear y de una patada lo mandé junto a su
mujer quien con los ojos inundados de lágrimas rogaba a dios. En el
piso polvoriento, completamente destrozado, escupiendo sangre y respirando
con dificultad se hallaba él intentando volver a ponerse en pie; sus
ojos no se dirigían a mí, miraba a sus dos hijos y en especial al que
yo tenía en mi brazo y que no paraba de llorar ni un instante. Entonces
la duda, mi conciencia, mi humanidad cayeron sobre mi alma y me obligaron
a enfrentarme a lo que estaba haciendo.
Recordé una época hace mucho cuando vivía con mis
padres en el Tolima durante la violencia y una noche llegaron "los pájaros",
iban de paso, sólo querían donde pasar la noche y se marcharían. Obviamente
no se les podía decir que no. Empezaron a arrasar con todo, gallinas,
el arroz, hasta nos hicieron matar la única vaquita de la finca la que
nos daba la leche. Y mi padre no decía nada, y yo a mis ocho años no
entendía y lo odiaba por su cobardía. Luego uno de esos hijos de puta
intentó manosear a mi mamá y yo le pegué un patadón en las huevas, los
demás al verme empuñaron sus fusiles y me dispararon; entonces en el
camino entre las balas y un niño estúpido se interpuso mi padre. Su
cuerpo cayó al suelo llenándolo de sangre que no era ni liberal ni conservadora,
sangre llena de amor. La sorpresa de los hijueputas me permitió tomar
un fusil que había caído y como cuando íbamos de cacería les disparé,
mi mamá me ayudó con la escopeta de papá que había traído de la cocina.
Esa noche apenas lo pudimos enterrar antes de huir con lo poco que teníamos
puesto en dirección a Bogotá.
El hombre se ha puesto en pie y me hace temblar las
piernas el verlo, le entrego su hijo ante su sorpresa y le doy unos
cuantos pesos para que pueda vivir por unos días. Camino por la calle
polvorienta y por primera vez en años lloro como el niño que alguna
vez fui.
No se como explicaré el llegar con las manos
vacías, pero no me importa, al menos hoy disfruto los rezagos
de mi humanidad y empiezo a pensar si no sería tan malo el intentar
recuperarlos.
Suroccidente._
Estamos buscando alguien que nos ayude con una historia
sobre este sector, ¿te interesa?.
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