"We don´t see things as they are, we see things as we are.

No vemos las cosas como son, las vemos como somos."

Anais Nin.

Bogota esta enclavada en la mitad de los andes, caracterizada por un clima variable, los cerros que la rodean y que han logrado sobrevivir a la depredacion de sus habitantes le dan un maravilloso aire gótico, la niebla que se cierne sobre ella en las madrugadas recuerdan el Londres victoriano y algunos atardeceres nublados hacen que sus cerros rememoren los cárpatos.

Aunque Bogotá era mucho más fría de lo que es ahora, hay mañanas bajo cero y mediodias en los 18 o 19 grados centígrados, la contaminación ha hecho mella en el aire de la ciudad aunque recientes esfuerzos pugnan por detener el envilecimiento de su atmósfera.

El río, la vena de la ciudad, el Bogotá es una cloaca, un canal infecto en el que se han vertido por décadas los desechos de la ciudad y sus alrededores, pero aún en sus orillas hay pobres gentes viviendo, perdón sobreviviendo.

Bogotá se halla enmarcada por sus cerros y en ellos también se percibe las diferencias entre clases sociales, los nororientales son arborizados, cuidados y costosos, los del sur han perdido gran parte de su vegetación, en gran parte no cuentan con servicios públicos básicos y son azolados por la pobreza económica aunque no de espíritu.

El gran cerro tutelar de la ciudad es Monserrate, coronado con el templo del Señor caído, reune en sus peregrinaciones fervor y aún fanatismo de una ciudad primordialmente católica.

La ciudad se divide en sectores definidos de forma difusa por su historia, el centro es la zona antigua, el occidente es industrial, Suba es residencial, el nororiente es comercial y residencial y el sur es una mezcla de todo.

Los centros de gobierno se hallan en su mayoría en el centro, cerca a la plaza de Bolivar, la más importante de la ciudad, incluyendo la alcaldía, el edificio del congreso, el palacio de justicia y la catedral primada.

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