Unlife: Vida Nocturna

"No dejaban de correr gotas de sangre húmedas, sino que, a un tiempo, negra lluvia sangrienta, cual granizo, se derramó."

Sofocles, Edipo rey.

Imagen de Shy

 

Ser un vampiro en Bogotá no es lo que era hace unos años, ahora la vida se ha vuelto más complicada para todos, pero en especial para los malditos. La gran cantidad de cámaras de vídeo cubriendo las calles se ha convertido en un asunto realmente serio; no obstante se halla medianamente controlado ya que Nicolás, un Nosferatu ha tomado el control de las líneas de vídeo que llegan a la policía y se encarga de "filtrar" las imágenes inconvenientes, pero a un costo alto es claro. En el caso en el que el vampiro no puede pagar se le avisa al Sheriff para que tome las medidas del caso.

Esto en el caso de la Camarilla, en el del Sabbat se ve el asunto desde una perspectiva un tanto diferente, cada registro en vídeo de sus actividades son una brecha más en la mascarada y obligan a la Camarilla a invertir recursos en cubrir las huellas de sus enemigos distrayéndola de objetivos más certeros. Además hay una ventaja para las actividades del Sabbat, en el sur no hay cámaras, casi todas se ubican o en el norte o eventualmente en el centro.

Dependiendo de la secta la ciudad ofrece a sus invitados de agudos colmillos actividades diferentes:

Camarilla, Independientes y Anarquistas

La ciudad está plena de actividad en especial los fines de semana pero sólo hasta la una de la mañana debido a una reglamentación conocida como la "Ley Zanahoria", la cual se implementó para disminuir el número de accidentes de tránsito a causa del conducir en estado de embriaguez.

Para los cainites esto representó un obligatorio cambio en sus conductas o al menos el adaptarse a la nueva condición que hace de Bogotá una ciudad suigeneris donde las horas de caza se han reducido casi a la mitad de lo que normalmente se dispone en otras partes del mundo o aún del país. Todo esto ha hecho aún más evidente la brecha entre los vampiros que prefieren la vida "light" y los que viven entre los mortales del común.

La ciudad cierra su vida nocturna oficial a la una pero a las afueras y aún dentro existen rumbas underground para los que se resisten a que la noche acabe tan pronto, los vampiros como los Toreador, los Ventrue, los Giovanni, los Setites acostumbran merodear los raves dónde se alimentan a sus anchas. Los Brujah prefieren los bares del centro que aunque permanecen cerrados a los ojos de las autoridades y del mundo mantienen su propia vida y clientela oculta. Los Gangrel cazan a los que deambulan por una ciudad casi vacía mientras que los Nosferatu prefieren los desposeídos que aún viven en las alcantarillas o bajo los puentes. Los Tremere, bueno, ellos son caso aparte.

Sabbat

Para el Sabbat la situación es similar, los Lasombra prefieren cazar en el sur que es el dominio natural del Sabbat, aunque seleccionan muy bien a quien le harán el honor de asesinar, mientras los Tzimisce, los Gangrel antitribu y otros prefieren la emoción de la cacería en los barrios subnormales con una que otra incursión en medio de los terrenos de los gomelitos del norte, fue muy común que en la entrada de Chía parejas fueran asaltadas y violadas hace unos años, lo que no se sabe es de cuántos no contaron la historia y desaparecieron.

Para disgusto de muchos algunos Lasombra y Toreador antitribu comparten el gusto de los miembros de la Camarilla por la banalidad del norte aunque acostumbran darle su propio toque personal, sus raves son los más extremos y muchas veces mortales.

El Mundo Subterráneo

Las alcantarillas de Bogotá le pertenecen a un solo Clan sin distinción de sí pertenecen a la Camarilla o al Sabbat, a los Nosferatu. Su hegemonía sobre la ciudad que vive bajo tierra y sus habitantes es indiscutible, es casi seguro que donde haya algún indigente cerca debe haber un Nosferatu.

El Bajo Mundo

El tráfico de drogas del país se ha dividido entre dos clanes, los Giovanni se encargan de todo lo que representa servicios: manejo de la aduana, de la policía, infraestructura administrativa, mientras que los Followers están intentando retomar de nuevo su posición como los mayores distribuidores de alcaloides (aunque las Serpents no parecen muy dispuestas a dejarles el camino fácil). Además ya que en Bogotá el consumo de alcaloides es relativamente bajo, los Setites han tomado el control de la distribución de éxtasis y "pepas" en todas las rumbas del norte; mientras las Serpents conservan su influencia entre los vendedores callejeros de bazuco y marihuana.

El caso del tráfico de armas es caso aparte, solo los Giovanni tienen los contactos con Paramilitares y guerrilleros para venderles las armas y de su intercambio por drogas muchos sospechan que ahora el Clan es el mayor proveedor de alcaloides para el resto del mundo.

Hay un fuerte tráfico de niños y de órganos, así como de trata de blancas (hombres y mujeres) hacia Europa que es controlado en su mayoría por el Sabbat.

Además existe otro tipo de bajo mundo, uno de cuello blanco que obviamente florece en el segundo país más corrupto del mundo, donde casi toda la clase dirigente se aprovecha, explota y aún trafica con el pueblo que los ha elegido. Ese es el terreno favorito de los Ventrue y en algunos casos muy puntuales de los Lasombra, pero al fin y al cabo los maestros de las sombras sólo llevan 50 años estableciendo nuevas bases entre los "Padres de la Patria", además están buscando obtener un Papa.

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