El Fin
Estoy acostado tratando de dormir, pero no puedo tengo esta extraña sensación que no me deja conciliar el sueño. Voy a la cocina a buscar un vaso de agua y me siento como observado. Cuando vuelvo a mi pieza y corto la luz de nuevo, a los pocos minutos siento un ruido afuera, lejos pero dentro del jardín de mi casa. Qué podrá ser. No le doy importancia, pero es una de esas veces en que pensando en cualquier cosa con la luz apagada oyes un ruido y te paralizas oyendo un silencio tan absoluto que llega a ser un zumbido en tus oídos. Sigo tratando de dormir. Estoy acostado de espaldas con los brazos estirados a mis costados y con los ojos cerrados. Escucho pasos en la terraza. No sé como puedo escucharlos, son demasiado suaves, es como si fuera un película y el televisor tuviera el sonido muy fuerte. Es una sensación muy exraña. Puedo escuchar como el sujeto de los pasos abre la ventana corredera del comedor, está dentro de la casa. Quiero ir a ver que pasa pero no puedo. Siento que me tengo que quedar aquí acostado, sin hacer nada. Que raro que nadie mas lo escuche caminar por la casa, yo puedo hasta escuchar los latidos de su corazón. De pronto recuerdo la fecha de hoy, hoy es el día, con razón. Nadie mas lo va a escuchar, nadie mas lo debe escuchar. Ni siquiera cuando aquel atrevido rayo de luna golpea con fuerza el filo de su cuchillo. Ni siquiera cuando sus párpados de acero se golpean entre ellos parpadeando en la oscuridad. Por eso porque se pasea con tanta calma recorriendo toda la casa. No debo temer por los demás, mi papá, mi mamá y mi hermana, él viene por mi y solo por mi. Hoy es el día. Y lo había olvidado. Como pude dejar pasar esta fecha, no alcancé a despedirme de nadie. Ojalá no se enojen conmigo. Tengo los ojos abiertos como si eso me ayudara a escuchar mejor adivinando sus movimientos. Se está acercando poco a poco y ni siquiera estoy nervioso. Que raro, debería estar muerto de miedo, quizás es por eso que no puedo moverme. Pero si puedo moverme, es solo que no quiero hacerlo. Miro mi pieza por última vez y me pregunto poque se demora tanto. Quizás esté viendo las fotos en la entrada. Puedo escucharlo claramente, cada movimiento que hace, como late su corazón, como se expanden sus pupilas tratando de atratpar toda la poca luz que hay. Es una noche especialmente oscura, dado que es luna nueva. Todavía recuerdo el día que lo ví por primera vez y me dijo que vendría hoy por mi, realmente esa vez no le di mucha importancia. A decir verdad, le dije que no le creía para desafiarlo, para ver si se enojaba, pero no pasó nada, solo dijo que esperara aquí donde estoy y así como estoy, sin darme cuenta. Ya está en el pasillo, siento sus pasos sobre la alfombra, son aun mas suaves, pero puedo escucharlos claramente. Cierro los ojos ya no tengo nada mas que ver y justo en ese momento abre mi puerta. Puedo sentir el brillo de ese cuchillo sin siquiera verlo, es como si me atravesase los párpados. Puedo oir como se acerca a mi cama y se queda de pie al lado mío. Me está mirando, mientras espera la hora exacta en la que pasaría, sabe que estoy despierto y yo sé que el sabe, pero no tenemos nada de que hablar, el solo está aquí para hacer su trabajo, siento como observa su reloj de bolsillo una vez mas para confirmar la hora. Ya está, llegó el momento exacto y justo suando empiezo a abrir la boca para despedirme siento como el filo de su cuchillo penetra en mi garganta justo por debajo del mentón. Siento como atravieza la delgada piel, la tráquea y cuando llega al fondo da un fuerte golpe para atravesar las vértebras. Siento el sabor de mi sangre llegar hasta mi boca y eso es lo último que siento, ahora aunque quiera ya no puedo abrir los ojos, debí aprovechar esa última vez por mas tiempo.
Ninnuam Gashdig