Nizao, Baní.-
Grupos de
ambientalistas,
ecologistas,
cívicos,
campesinos y de
agricultores,
ubicados en
Nizao, Don
Gregorio y Baní,
pidieron a las
autoridades de
Medio Ambiente
detener la
depredación
indiscriminada y
acelerada a que
tienen sometido
decenas de
camioneros y
paleros el cauce
del río Nizao,
en la margen sur
del puente Lucas
Díaz.
Explican que
luego de que
fueron cerradas
algunas de las
granceras que
operaban en toda
la zona norte de
este acuífero,
desde la
localidad de
Semana Santa
hasta las
proximidades del
contraembalse de
la presa de
Valdesia, ahora
camioneros y
paleros se han
trasladado al
lado sur del
río, a unos 700
metros del
puente Lucas
Díaz, causando
daños
irreparables con
la extracción
irracional de
material gravoso
y sus arenas,
tanto en su
lecho como en
sus márgenes,
según
denunciaron.
Daño ecológico
En un recorrido
por el sitio
afectado, LISTÍN
DIARIO pudo
constatar la
operación de
decenas de
paleros,
dominicanos y
hatianos, y
varias unidades
de volteos
extrayendo grava
y arenas del río
Nizao a plena
luz del día sin
que ninguna
autoridad
muestre interés
en parar este
daño eco lógico.
Paleros y
camioneros minan
el mismo cauce
del río
extrayendo sus
materiales
gravosos y
arenosos para la
industria de la
construcción, en
cuyo accionar
eliminan la
vegetación que
protege las
cuencas, cavan
hoyos hasta de
tres y cuatro
pies de
profundidad y
varios de ancho,
minando de estas
cuevas tanto el
lecho del
acuífero como
sus márgenes
este y oeste.
Julio Casilla,
técnico
agrícola, que
administra en la
zona predios
cultivados de
maíz, tomates y
otros rubros
agrícolas,
expresa que
además del daño
ecológico que
provocan los
obreros y
empresarios que
diezman las
entrañas del río
Nizao, también
poner en riesgo
de desaparecer
en cualquier
momento miles de
hectáreas que
son dedicadas a
la producción de
rubros
agrícolas, donde
hay inversiones
millonarias “en
equipos,
preparación del
suelo, cultivos
y maquinarias
costosas”,
aseguró.
Las extracciones
se están
produciendo a
diario, “día y
noche”, explica
José Román, un
agricultor que
asegura, “mire
aquí entran
todos los días
entre 30 y 40
camiones y
trabajan sacando
la arena más de
40 paleros”.
Empero asegura
que es cuando
entra la noche
que ellos
aceleran las
excavaciones y
extracción de
los materiales,
“esto lo
convierten en un
infierno desde
que llega la
noche, un camión
sale y otro
entra, mi
amigo”,
manifestó con
rabia en sus
palabras, el
campesino Román.
El sitio donde
se produce este
crimen ecológico
es conocido como
Yafete o Boca
del Arroyo,
entre 700 y 800
metros de
distancia hacia
la margen sur
del puente Lucas
Díaz, sobre el
río Nizao.
Muchos de los
denunciantes de
este crimen
medioambiental
afirman que
parece haber
algún tipo de
complicidad
entre los
depredadores del
río y alguien
ligado a Medio
Ambiente, “pues
cada vez que
forzamos para
que vengan
unidades
militares de
Medio Ambiente
los paleros y
camioneros salen
media hora antes
de que lleguen
los guardias”,
afirma lleno de
impotencia,
Jerónimo Pérez,
de Don Gregorio.
Las sociedades
Ecológica,
Cívica Caltural
y Feduca
sostienen la
denuncia.
(+)
LAS EXCAVACIONES
DESTRUYEN
DRENAJE
Adriano García
destacó que por
la intervención
de la comunidad
se ha logrado
frenar un poco
las extracciones
a lo largo de
los últimos
años, pero los
mineros paran y
reanudan el
proceso
continuamente.
“Cuando cambian
las autoridades
el proceso de
extracción se
detiene, pero
cuando empiezan
a hablar en el
lenguaje que
ellos mismos
entienden,
inician de nuevo
las
excavaciones”,
agregó.
Destacaron que
las excavaciones
han destruido el
drenaje natural
de las aguas del
río, provocando
serias
inundaciones en
epoca de lluvia
que afectan el
desarrollo
agrícola de la
zona.
“Esta práctica
afecta el futuro
común de las
presentes y
futuras
generaciones,
pero estamos
dispuestos a
luchar hasta que
se nos haga
caso”, dijo Ana
María Diez,
presidenta de la
junta de vecinos
La Urca.
Dijo que la
destrucción de
los árboles y el
paisaje natural
del cauce del
río, ha
ocasionado que
en estos
momentos no
tenga un cauce
definido, y es
lo que provocado
los
desbordamientos
de los últimos
años.
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