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Septiembre marca en Chile el comienzo de la primavera, y es claro que las exaltaciones de la naturaleza contagian las Fiestas Patrias, que se celebran el 18. En las calles, el viento se carga con el aroma de asados y empanadas, aparecen los vendedores de banderitas y coloridos remolinos y en los sitios abiertos los niños –y no pocos adultos– se congregan para elevar volantines. El vino y la chicha de uva, en tanto, consumidos en grandes cantidades, encienden y mantienen vivo el espíritu de fiesta de los chilenos.
Una modalidad muy peculiar de estos festejos son las ramadas, también conocidas como fondas, donde la gente se vuelca para comer, beber y bailar. Se trata de puestos de ocasión, levantados durante los días de las fiestas en campo llano y ordenados uno al lado del otro. Originalmente se construían con ramas –de ahí el nombre–, pero es un hecho que hoy día se los arma con varillas de fierro, latones y providenciales toldos de plástico (dado que por estas fechas suelen dejarse caer indeseadas lluvias).
Las ramadas son verdaderamente concurridas, y en ellas conviven rasgos de las viejas tradiciones fiesteras con innovaciones populares espontáneas. La cueca, por ejemplo, que antiguamente era por antonomasia el baile popular, hoy debe convivir en la pista con ritmos adoptados en las últimas décadas, particularmente con la cumbia, de origen colombiano.
A pesar de que la independencia del país se proclamó el 12 de febrero de 1818 –precisamente un año después de que el Ejército Libertador derrotó a las tropas españolas en la batalla de Chacabuco–, la fuerza de la costumbre ha querido que las fiestas patrias se celebren multitudinariamente cada 18 de septiembre, fecha que conmemora la instalación de la primera Junta de Gobierno, en 1810. A ella se suma el 19, día del Ejército de Chile.
La magia de la chicha
La bebida más solicitada de las celebraciones patrias es, sin duda, la tradicional chicha de uva: un fermento joven de sabor agridulce, parecido a la sidra. En las ramadas se la expende en barriles de madera y su lugar de procedencia es señal de su calidad: Curacaví, San Javier y Villa Alegre son localidades de la zona central afamadas hasta hoy por su chicha. La palabra no proviene –como pudiera pensarse– del quechua, sino del italiano (ciccia, caldo) y el brebaje es oriundo de España. Lo introdujo en Chile el cubano Pedro del Villar, a fines del siglo XVIII. Del Villar fue el primer chichero y el responsable de que esta bebida se popularizara en todo el país.
Zamba, zamacueca, cueca
La cueca –conocida antiguamente como zamacueca– es el baile nacional de Chile. Sus ásperos sones campesinos aún se imponen en las festividades de septiembre. Las discusiones sobre su origen son interminables. Al parecer, la danza tiene elementos africanos (la zamba era baile de esclavos) e indígenas. Sus ejecutantes –un hombre y una mujer– describen las evoluciones de un cortejo amoroso al son de guitarras, arpas, acordeones y panderos.
La Cueca. Información histórica.
Folklore Chileno.
La Cueca. Coreografía.
Cancionero de la música folklórica.
Festival de Cueca en Valparaíso.
Rucali.Conjunto de canto y danzas folklóricas.
La Cueca. Partituras, ejemplos.
Cuecas choras de Roberto Parra.
Grupo Bordemar de Puerto Montt.
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Revisado el 28 de Mayo de 1998
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