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DE LA ESPERANZA
A LA PACIENCIA Y A LA DECEPCION
Carta abierta al Sr. Raúl Vera López, O.P.
Obispo Coadjutor de San Cristóbal de Las Casas
México, D.F., a 17 de febrero de 1999.
Miércoles de Ceniza

Excmo. Señor:

    El motivo de la presente es el deseo de compartir con Usted algunas inquietudes acerca de la situación de la Iglesia en la diócesis de San Cristóbal, con miras a buscar caminos que la hagan cada día más fiel a su misión evangelizadora.
    Sin duda, su nombramiento como obispo coadjutor de Don Samuel fue recibido por todos con grandes muestras de satisfacción, abrigando la esperanza de que se dedicaría a equilibrar las cosas, dedicando tiempo y energía a todo lo relacionado con el aspecto espiritual y pastoral de la diócesis. Sus mismas palabras al tomar contacto con la diócesis, fueron halagadoras en tal sentido.
    Sin embargo, después los hechos no correspondieron a las palabras. En lugar de equilibrar las cosas, se fue identificando siempre más con Don Samuel, hasta volverse en su copia perfecta. Le pregunto: «¿Es esto lo que se le encomendó al ser nombrado obispo coadjutor de San Cristóbal de Las Casas ?». Sinceramente, su actuación me ha decepcionado totalmente, y conmigo a mucha gente más.
    Conociendo su actuación en Cd. Altamirano, al principio me pareció que se trataba de una simple estrategia para ir tomando poco a poco las riendas de la situación y empezar a poner las cosas en su lugar. Pero no fue así. Fácilmente se dejó «seducir» por el papel avasallador del nuevo Fray Bartolomé de Las Casas y se «convirtió» a su causa, olvidando en la práctica su misión específica. Ahora bien, si con un solo Fray Bartolomé de Las Casas ya tenemos bastante, ¡imagínese con dos!
    Sr. Vera, créame : las imitaciones me molestan, tanto más si llegan a la clonación. Y en su caso, se podría hablar de una auténtica clonación ideológica, tanto se parecen. Estando así las cosas, sinceramente no vislumbro ninguna salida posible a la grave problemática suscitada en la atribulada diócesis de San Cristóbal de Las Casas. Puedo afirmar con toda certeza que su actuación, en lugar de suavizar las cosas, las ha agravado, matando la esperanza de una posible solución, precisamente mediante su papel conciliador y más atento al aspecto pastoral.
    Su misión era «velar por la enseñanza»(1 Tim 4,16). Lea el escrito que le anexo y dígame si su contenido responde a la enseñanza católica. Además, hace algunos años conocí a un sacerdote, llamado Andrés Chablé, alejado de distintas diócesis por sus errores doctrinales («Cristo no fundó ninguna Iglesia»; «El bautismo de los niños no vale, porque los niños no tienen pecado» ; «No vale la confesión»; «Jesús está presente en la Eucaristía solamente durante la celebración de la Santa Misa y no en el sagrario; por lo tanto, es idolatría adorar a Jesús Eucarístico fuera de la Santa Misa»; etc.). Y ahora me doy cuenta de que dicho presbítero se encuentra en su diócesis ejerciendo tranquilamente su ministerio.
    Le pregunto : «Usted, ¿está enterado de todo esto? ¿Sabe realmente porque tantos católicos se resisten a aceptar las enseñanzas que imparten ciertos sacerdotes presentes en la diócesis de San Cristóbal ? ¿Nunca ha sospechado que tal vez el verdadero sentir de la Iglesia se encuentre en el pueblo sencillo, más que en ciertos curas y catequistas demasiado ideologizados? Y si sabe todo esto, ¿por qué no interviene? ¿No tendría que ser precisamente ésta su misión? ¿Para qué, entonces, fue nombrado obispo coadjutor de San Cristóbal de Las Casas?»
    Tal vez no interviene para no pasar a la historia como un aguafiestas o un reaccionario, y mientras tanto deja que los lobos sigan haciendo estrago de las ovejas (Hech 20,29). Y lo que es peor, para evitar problemas, prefiere meterse de su lado, tratando de callar a las ovejas indefensas. Mientras con las palabras se declara en favor de los pobres, con los hechos los está aplastando hasta en lo más íntimo, que es el santuario de la conciencia. Y esto es gravísimo.
    ¿Acaso no sabe que en su diócesis hay centenares y tal vez millares de niños sin bautizar por el hecho que sus padres no quieren entrar en el juego de los curas y catequistas «liberadores» ? Lo mismo pasa con los demás sacramentos. Pues bien, ¿es posible que alguien pueda ser considerado buen católico en las diócesis colindantes y tan malo en su diócesis, que hasta se le nieguen los sacramentos ? ¿O es que la situación es tan difícil con este tipo de sacerdotes y catequistas, que se ha vuelto ingobernable ? Por eso prefirió el mal menor, que sería precisamente callar frente a los atropellos de los poderosos «liberadores».
    Para buscar una solución, Usted habla mucho de unidad. ¿Por qué no hablar de «unidad en la diversidad» ? Su estilo no tiene nada de «católico» ; se parece más bien al de Fidel Castro : línea única y obligatoria para todos, lavado de cerebro para formar títeres bien manejables. Mientras habla de «liberación», niega toda «libertad» de asociarse y vivir la propia espiritualidad como verdaderos hijos de Dios. ¿Qué pensarían al respecto las comisiones de Derechos Humanos, tan activas en su diócesis?
    Es que se ha dejado fascinar por el papel de Don Samuel ; los reflectores de las cámaras lo han cegado. Ya no ve la realidad ; su sueño de ser un digno relevo de tanto maestro ha acaparado todas sus energías y aspiraciones. Le resulta más fácil entrar en la historia por la puerta ancha.
    Le pregunto : ¿No ha pensado nunca en la posibilidad de brillar con luz propia ? En una situación como la de Chiapas, ¿no le dicen nada las figuras de Motolinía y Tata Vasco ? ¿O para Usted la Teología de la Liberación se volvió en un dogma que hay que salvaguardar a como dé lugar, pase lo que pase, aún a costa de ver a tantos pobres católicos alejarse decepcionados de la Iglesia en busca de un poco de paz en las innumerables sectas, que pululan en aquella región y están siempre al asecho? Si así fuera, no nos quedaría que pedir a Dios más que nunca : «Señor, libéranos de los liberadores».
    Créame, Sr. Vera : todo esto me apena profundamente y me indigna. Aprovecharse de los pobres es grave, quererlos manipular en pos de una causa dudosa, arriesgando con perturbar y hasta destruir su fe. ¿Por qué no interviene personalmente en solucionar los problemas presentes en las parroquias de Amatán, El Bosque, Simojovel Y San Andrés Larráinzar, donde gran cantidad de gente pide a gritos los sacramentos?
    De la esperanza se pasó a la paciencia y de la paciencia a la decepción o la desesperación (muchos ya se pasaron con las sectas). ¿Por qué no intenta rehacer el camino para que renazca la esperanza y tal vez se pueda llegar a la alegría pascual de la reconciliación ? Sr. Vera, no abandone al pueblo sencillo en las manos de los lobos rapaces. No olvide que los pobres son el tesoro más grande de la Iglesia. No lo desperdicie a cambio de un poco de gloria humana, tan engañosa y pasajera. Póngase realmente en favor de los más pobres entre los pobres, los que son atacados hasta en lo más íntimo de su conciencia y no pueden defenderse frente a los sofismas de los «sabios» y poderosos «liberadores». Para eso está Usted ; para eso el Santo Padre lo envió a la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, escuchando el clamor de tantos pobres que pedían ayuda al Supremo Pastor de la Iglesia. Por favor, no nos siga defraudando.
    Estamos en el Año del Padre. Todos estamos necesitados de conversión. Es el momento de hacer un serio examen de conciencia en busca de una verdadera reconciliación con el Padre y los hermanos, especialmente los más débiles, a quienes hemos ofendido aunque fuera con nuestro descuido. No podemos seguir abusando de su paciencia, hasta destruir su fe.
    Ojalá que este llamado pueda servir para algo. Es mi granito de arena para que las cosas mejoren en la diócesis de San Cristóbal de Las Casas. De otra manera, habría que replantear todo el problema a otro nivel.
    En espera de alguna señal favorable, me despido de Usted, asegurándole un recuerdo especial en mis pobres oraciones.
 

Su devmo. en Cristo.
 
P.  Flaviano Amatulli Valente
 

Movimiento Eclesial «Apóstoles de la Palabra»
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ANEXO
Este escrito es de tres personas pertenecientes a la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chis.

Comunidades de Reforma y Planuda, Mpio. de Amatán, Chis.
Con fecha 8 de septiembre del 96.

Se llevó a cabo una reunión con el Padre Jesús Landín García. Con la finalidad de llevar a cabo una reconciliación sobre el problema suscitado en la comunidad antes mencionada pero la respuesta del Padre fue negativa porque primero dijo que si queríamos los sacramentos teníamos que alinearnos con el trabajo de la liberación y que teníamos que abandonar el trabajo del movimiento A.P. y eso a nosotros no nos pareció bien porque se maneja mucha política y otras ideologías.

1.- También nos dijo que la Iglesia católica tiene una parte de la verdad y la otra parte la tiene los hermanos de las sectas.
2.- Dijo también que no es tan importante guardar el día Domingo.
3.- Y que el movimiento A.P. no tiene reconocimiento por la Iglesia.
4.- Que las Iglesias protestantes tienen el mismo valor que la Iglesia Católica.
5.- También dijo [que] si no entrábamos en reconciliación quien defendería nuestro templo cuando se esté quemando.
6.- Si no hay reconciliación entre la CONAI y el gobierno también con la Iglesia no va a ser posible.
7.- También dijo que las Iglesias Anglicanas, Ortodoxas, Luteranas es lo mismo que la Iglesia Católica.
Todos los hermanos que estuvimos en esta reunión no estuvimos de acuerdo y él indignado dijo que toda las informaciones que les habíamos dado a los obispos de la Diócesis de San Cristóbal era una difamación y que podía demandarnos con los Derechos Humanos.

Atentamente:
Rosalío Castellanos Gómez (Firma)
Alejandro Alvarado Julián (Firma)
Benito Jiménez Castellanos (Firma)
 

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