Ramona Ortiz / EL DIARIO DE JUAREZ
La multiplicación de los seguidores de la Nueva Era se ha traducido en un negocio redituable para decenas de comerciantes y "guías" que ponen al alcance de los nuevos adeptos desde una caja de incienso, hasta trozos de cuarzo que garantizan alcanzar la armonía con el cosmos o cartas astrales computarizadas, que llegan a costar hasta 200 pesos.
Calificada como una corriente que arrastra a fanáticos y promueve el consumismo, el movimiento de la Nueva Era (por basarse en lo oculto) es aprovechado en esta ciudad por "adivinos" que prometen a través de la lectura de cartas Tarot o españolas encontrar solución a los problemas que aquejan a los consultantes... alternativa que de acuerdo a lo difícil de los problemas puede costar para una persona hasta 150 pesos.
La Nueva Era está rodeada por una serie de prácticas para las que siempre es indispensable el uso de ciertos productos o bien el recurrir a determinadas personas por cuya asesoría deben recibir una contribución económica, llámense parasicólogos, adivinos o terapistas alternativos.
Una muestra de lo anterior es la promoción a través de canales de televisión de adivinos que "pican" a los clientes presagiándoles algún acontecimiento positivo o negativo en su vida, después de lo cual los atraen hasta sus consultorios bajo la promesa de darles una "ayudadita" ya sea para atraer algo bueno o bien para alejar algo malo.
Una vez en los "consultorios" de parasicólogos, se le muestra a los clientes toda una gama de productos "de primera necesidad" hacia los cuales nace una verdadera atracción.
Dentro de esta gama de productos ofertados, se deben contar diferentes libros que hablan sobre ocultismo, los cuales se complementan con casetes y seminarios de metafísica, todos con precios que pueden ser cubiertos a base de "sacrificios".
Sandra es una joven de 22 años quien en busca de "algo" que le diera sentido a su existencia, se encontró con los cuarzos: "desde que le entré a la onda de los cuarzos mi vida ha cambiado, ahora soy más positiva y todo me sale bien".
Bastó con que Sandra colgara de su cuello un cuarzo negro para que su vida se llenara de energía, como lo afirmó, "alcancé un equilibrio que me permite estar en armonía con los demás y hacer que mis planes vayan por buen camino, ya que el cuarzo me protege contra energías negativas".
De un año y medio a la fecha, tiempo en que Velia Gardea lleva dedicada a la venta de cuarzos, el número de seguidores de esta corriente se ha incrementado como lo aseguró: "vienen personas de todos los estratos sociales y todo nivel educativo, tengo clientes médicos, ingenieros o barrenderos, todos en busca de algo que les ayude a superar sus problemas".
De acuerdo a Gardea por lo regular quien llega en busca del cuarzo lo requiere como un amuleto, pero no lo es, es un centro de energía, con frecuencias eléctricas y electromagnéticas que de acuerdo a su color actúan sobre los chakras, que representan el principio de la acupuntura.
Un cuarzo le ayuda a regenerar, centrar, limpiar, alinear y energizar sus chakras, los que al estar fuera de nivel producen enfermedades físicas y mentales, de tal forma que al energizarse activan su función electromagnética y química. La vendedora de cuarzos aseguró que a cada chakra corresponde un color, por lo que se puede encontrar cuarzos: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, morado y violeta.
Explicó que el rojo da energía, ayudando a superar problemas en vagina, cóccix y piernas, siendo su acción excelente si se complementa con un tratamiento naturista.
El color naranja ayuda a la sangre, al páncreas, vías urinarias o riñón, por lo que favorece a los enfermos diabéticos; asimismo ayuda en los sentimientos, emociones, dando confianza, calidez a la persona.
Afirmó que también es posible curar heridas con el uso de los cuarzos, por lo que su uso se ha extendido de una forma rápida, "la gente ve sus efectos y se convence".
Sin embargo, no basta pagar de 30 hasta 120 pesos por un cuarzo (dependiendo de su forma y tamaño) para poder usarlo. Según explicó Gardea antes de usarlo es necesario programarlo, esto diciéndole para qué lo queremos, lo cual dependerá de su color.
Después hay que limpiarlo, ya sea en el chorro de agua o bien dejándolo por 24 ó 32 horas en sal de mar. Posteriormente debe ser regenerado durante las lunas llena y nueva (energía femenina), dejándolo por la noche bajo sus rayos, de igual forma poniéndolo al sol (energía masculina) durante dos horas a la semana.
En su negocio Cuarzo y Cristal, Gardea también vende ángeles, sobre los que dijo, aún en Juárez se desconoce su efectividad, pero poco a poco ha ido penetrando la inclinación hacia éstos.
Dentro del movimiento de la Nueva Era también se encuadran adivinos del futuro, por lo que personas que manejan horóscopos y conforman cartas astrales han alcanzado un mercado que se transforma en cautivo ya que requiere de consultas posteriores para seguir el camino más adecuado.
De las consultas personales cara a cara, la adivinación ha alcanzado magnitudes incalculables ya que en la actualidad basta con levantar un teléfono para conectarse directamente con los discípulos de Walter Mercado o con dar una fecha de nacimiento para tener en las manos un legajo de papel que contiene una carta astral computarizada.
Todos estos servicios que llegan a costar entre 200 y 350 pesos, generan ganancias que no van a dar al cosmos, sino al bolsillo de un guía-comerciante para quien la diseminación de la Nueva Era representa el crecimiento de su negocio.
Acupuntura y pseudociencia.
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