Durante 7 años fue director de la Revista «Esquila Misional», y durante 5 años trabajó con los indígenas chinantecos (Oaxaca, México). El 2 de julio de 1978 fundó el Movimiento Eclesial «Apóstoles de la Palabra». En 1986, los Obispos de México lo pusieron al frente del Departamento de la Fe frente al proselitismo sectario (Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe).
Actualmente se dedica a promover
a nivel internacional la acción de la Iglesia para hacer frente
al problema
de las sectas y la nueva religiosidad.