Exodo hacia el pentecostalismo
Una vez acostumbrados
al estilo pentecostal, muchos empezaron a sentir cierto rechazo hacia la
austeridad del culto católico, tachándolo de aburrido y sin
vida, confundiendo el entusiasmo, la euforia y la capacidad de crear estados
de conciencia alterados con las señales de la presencia de Dios.
En cierta ocasión
alguien me dijo:
"La Renovación Carismática Católica tienes dos puertas: una para entrar y otra para salir".De hecho, casi en todas partes, la Renovación Carismática ha dado origen a sectas de tipo pentecostal. Un sacerdote de Brasil me mencionó 63 sectas que salieron de la Renovación Carismática en el sur de aquel país y me hablaba con cierta preocupación del peligro que el Movimiento Carismático algún día pudiera salirse masivamente de la Iglesia Católica, dando origen a una segunda Reforma Protestante.
Fidelidad
Así
que, algo hay que hacer frente a esta situación, que se vuelve siempre
más alarmante. ¿Qué? Ver lo bueno que tienen
la Renovación Carismática en sus contenidos, sus métodos
y estilo propio, y aprovecharlo, creando algo realmente católico
desde las bases. Más que insistir en ciertas manifestaciones
extraordinarias y particularmente llamativas (don de lenguas, don de sanación,
milagros, exorcismos, etc.), es oportuno insistir en un verdadero cambio
de actitud para seguir a Cristo (Mc 1,15), subrayando la importancia de
la fidelidad al Evangelio en su conjunto y a la Iglesia con su jerarquía.
En efecto, no
todo lo que luce es oro. Si no hay preparación sólida
y sentido crítico es fácil pasar de la Renovación
Carismática al pentecostalismo protestante, la Nueva Era y tantas
formas más de sincretismo religioso. Es importante aclarar
que el criterio de sentir bonito es engañoso y fácilmente
puede hacer desviar del camino correcto. Espontaneidad, alegría,
música, canto, danza... SI: superficialidad doctrinal, separación
o herejía, NO.
La regla de oro:
«Por sus frutos los conocerán» (Mt 7,16) tiene
que ser aplicada también a la Renovación Carismática.
Y por lo visto, teniendo presente ciertos frutos negativos que vuelven
a presentarse sistemáticamente por aquí y por allá,
es urgente pensar seriamente en una alternativa para la Renovación
Carismática o por lo menos en una profunda revisión.