CÁNTICO PARA
UNA MUJER PERDIDA
EN EL PAISAJE DE UN SUEÑO
Esa mujer que
permanece intacta
más allá de los
límites del tiempo;
esa mujer que
vive entre la música,
que alumbra los
rincones de mi sueño;
esa mujer que
en horas de tristeza
invade con su
aroma mis silencios,
y sin cesar me
llama desde el fondo
del aire
cristalino de mis versos;
esa mujer que
no se deja amar
sino a través
de sueños y recuerdos,
y que
trasciende sobre el bien y el mal,
siendo a la vez
el cielo y el infierno.
Esa mujer ya no
es real. Tampoco
será esta mano
que anhelante escribe
la que se arome
con su esquivo sexo.
Tal vez tras la
mampara de la muerte
recobraremos el
fulgor preciso
para nacer de
nuevo en su misterio.
Mario Mendoza
Orozco
("De nuevo
en este tiempo", ã 1985)