Padre mío, cuántos desvelos has tenido
Y cuánto has sufrido
Por guiarnos al buen camino.
Casi adivino en tus canas el martirio
Que has tenido con tus hijos.
¡Ay, mi viejo querido!
Nunca lo hubiera sabido,
De no ser ahora,
Que yo también tengo hijos.
Por eso te quiero y te admiro
Por todo lo que has padecido.
Recordando que hoy se te dedica el día,
Vengo ante tí para pedirte perdón
Y decirte que yo también he sufrido
Porque ahora se lo que tú con amor
Pusiste en nuestros caminos...
La enseñanza para que la recibieran nuestros hijos.
¡Padre mío, esto no lo olvido!
Eva
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