Navidad, para algunos, es una época para las memorias
y los recuerdos. Para algunos, los recuerdos de los
seres queridos que han muerto, especialmente, aquellos
que murieron en la tragedia de las Torres Gemelas
y el dolor de esa pérdida sigue siendo una realidad.
Para otros, los recuerdos de angustia, de lazos quebrados,
de la inseguridad del desempleo o la incertidumbre.
Podemos sentirnos muy solos en el medio de toda la celebración.
Pero necesitamos recordar que no estamos solos.
Navidad, un tiempo para recordar. Encendamos cuatro velas...
La primera vela que encendemos es para recordar a los
que queremos y a los que hemos perdido. Nos detenemos
brevemente para recordar su nombre, su cara, su voz,
la memoria positiva que los ata o los ató a nuestras vidas.
Que el amor eterno de Dios los abrace!
La segunda vela que encendemos es para redimir el dolor
de la pérdida; la pérdida de lazos, la pérdida de trabajos,
la pérdida de salud. Nos detenemos brevemente para
recolectar el dolor del pasado y ofrecerlo a Dios, pidiendo que de las manos de El recibamos el regalo de la paz.
Dios, restáuranos de nuestras heridas, restablécenos,
renuévanos y condúcenos a tu divina luz!
La tercera vela que encendemos es para recordar que
estamos vivos. Nos detenemos brevemente y recordamos
estas últimos semanas y meses; la incredulidad, la cólera,
las lágrimas, los tiempos bajos, la angustia, pero también,
recordemos los abrazos y los apretones de nuestros seres,
queridos y de nuestros amigos. La alegría de nuestros hijos.
Agradecemos a Dios por darnos otro día!
La cuarta vela se enciende para recordar nuestra fe
y el regalo de la esperanza que el espíritu de la Navidad
nos ofrece. Recordamos que Dios nos promete un lugar en su
reino y que su divina luz ilumina nuestros caminos.
Dios es quién nos muestra el camino verdadero!
Teniéndolo en nuestros corazones, nunca nos sentiremos solos!
Que el espíritu de la Navidad nos llene de amor, esperanza,
paz y felicidad. Que el año nuevo seamos más conscientes
y nos conduzca al camino de nuestro crecimiento espiritual.
Unémonos en solidaridad con nuestros hermanos argentinos
en estos momentos difíciles...
¡Recordemos que el amanecer derrota la oscuridad!
Yeze
Derechos Reservados
|