A las decisiones que se oponen a levantar la huelga sin haber ganado nada, a aceptar la rendición ante la promesa de discusión posterior (no solución) de algunos aspectos (no problemas) de la vida universitaria, se les ha llamado “ultras” y culpado de la prolongación de un conflicto que no comenzaron.
Así, ante la opinión pública la Universidad se convulsiona bajo los enfrentamientos de unos poquitos “ultras” contra otros más poquitos “moderados” y las autoridades universitarias han puesto todo de su parte para arreglar la bronca… sólo que los ultras no quieren dejar las instalaciones…
Un análisis más objetivo, claro, con verdadera intención de informar y contribuir al desarrollo del pensamiento crítico del público mostraría la gran diversidad de posiciones, el nivel de discusión y las dinámicas que se han desarrollado en el seno del primer movimiento estudiantil del siglo XXI en México, y nos haría dejar atrás de un salto la idea de un cuadrilátero donde ultras y moderados se disputan la UNAM a las caídas que hagan falta…
A continuación se reproduce una cuartilla distribuida en facultades y escuelas de la UNAM el 20 de agosto de 1999 y cuyos autores no se ponen bajo la etiqueta de ultras o moderados, sino que se cobijan bajo la definición de libertarios...
Se han respetado las mayúsculas, cursivas, negritas y subrayados.
Es evidente que la propuesta de los eméritos está previamente consensada con las autoridades. Evitando juzgar la intencionalidad de los ocho profesores (los libertarios les concedemos tanto respeto como a cualquier barrendero o alumno), objetivamente se trata de un intento de las autoridades por cercar al movimiento para obligarlo a rendirse incondicionalmente.
¿Qué esperaban Barnés y el gobierno que sucediera con la propuesta?
1.
Que los grupos vinculados orgánicamente al PRD -históricos y tornillos- se sumaran al cerco., aceptando sin más la propuesta, en un afan de librar al ingeniero del problemón que le representa la Huelga en su carrera a la presidencia.
2.
Suponían que la mayoría de las bases estudiantiles actuarían fuera de toda lógica política, con más pasión que razón, rechazando de tajo la dicha propuesta, proyectando -lo queramos o no- una imagen en extremo intransigente, contribuyendo así a reforzar la imagen de una rectoría flexible y tolerante.
Por un lado los PRDistas no pudieron confundir a los Huelguistas, haciendo pasar la emérita propuesta como neutral y mucho menos como una solución.
Por otro lado, la mayoría de las asambleas comprendió que no se trataba de rechazar la propuesta de salida al conflicto y seguir igual, sino que se trataba, a partir de la nueva coyuntura abierta por los eméritos, de construir colectivamente una propuesta de solución acorde a la actual correlación de fuerzas; en otras palabras: Estamos obligados a utilizar a nuestro favor todo el numerito que a través de los eméritos el sistema ha montado en nuestra contra, se trata de hacer una propuesta radicalmente distinta a la que nos querían someter.
¿Qué debe garantizarnos nuestra propuesta?
Como esta se convertirá en la posición del CGH debemos pensarla bien; en primer lugar debe garantizar no solo el logro de los seis puntos, sino de muchos otros que no están en el pliego petitorio pero sí en nuestra plataforma de lucha.
Igualmente debe garantizarnos la continuidad y preservación de nuestra estructura de lucha que somos los Consejos de Huelga por plantel. Esto significa que debemos entender que el movimiento no concluye al término de la huelga, únicamente pasamos a otra etapa de lucha, bajo nuevas circunstancias.
Es por eso que es preciso asegurar los espacios de lucha política en los que el movimiento continuará enfrentándose a los planes del Estado y el Capital en el sector educativo.
El espacio inmediato que debemos asegurar es el Congreso Resolutivo. Debemos asegurarnos que las autoridades no estén sobrerepresentadas , que los acuerdos emanados deben asumirse incondicionalmente por el Consejo Universitario y que el Congreso no se celebre en una fecha lejana porque se diluiría nuestra fuerza, ni tampoco en una fecha muy próxima porque no nos permitiría organizarnos adecuadamente, ni involucrar en el proceso al resto de nuestros compañeros.
Para que efectivamente se lleve a cabo, debemos conformar una comisión tripartita (académicos, trabajadores y estudiantes) que se encargue de verificar la organización, así como el cumplimiento de los acuerdos.
En el Congreso Democrático deberán discutirse inmediatamente las Reformas de 1997 con respecto al Reglamento General de Inscripciones y Exámenes, así como los vínculos que hasta ahora la Universidad ha mantenido con el Centro Nacional de Evaluación; en tanto esto sucede deben quedar ambos puntos suspendidos.
Paralelamente al afianzamiento del Congreso Resolutivo, debemos asegurar que el Reglamento General de Pagos sea abrogado y se garantice la reposición del semestre y la seguridad de que no habrá ninguna forma de represión contra los activistas, en este punto la solución deberá rebasar el ámbito jurídico, insertándose en el político.
La imagen política que representa la construcción de una nueva propuesta sería absolutamente favorable para el CGH, pues ante la población que nos ha venido apoyando a lo largo de cuatro meses, proyectaríamos al mismo tiempo, firmeza y coherencia política. En la lucha contra las autoridades esto nos posicionaría un paso adelante de éstas.
Necesitamos un plan de acción que demuestre fuerza y no debilidad, las resoluciones ortodoxas e irreflexivas del CGH en este momento -marchas kilométricas, la espectacularidad fallida de mítines- deben cesar y dar paso a movilizaciones y enlaces locales, pero cualitativamente más efectivos.
¿Qué nos garantiza que el Estado a través de la rectoría cumpla con los acuerdos?
Nada. Unicamente el que conservemos e incrementemos nuestra fuerza, que radica en los Comités de Huelga que al término de ésta, pasarán a ser igual número de Comités de Lucha.
LA HUELGA ES UN PASO TÁCTICO DE NUESTRA ESTRATEGIA CONTRA LOS EMBATES DEL CAPITAL EN EL SECTOR EDUCATIVO, TIENE UNA IMPORTANCIA RELEVANTE, PERO NO PODEMOS CONCEBIRLA COMO LA ÚLTIMA BATALLA.
LOS SEIS PUNTOS SON IRRENUNCIABLES PORQUE SON UNA ESTOCADA A LOS INTERESES DE LA GRAN BURGUESÍA Y LA LUCHA POR CONSEGUIRLOS ES PARTE DEL PROCESO GENERAL DE LUCHA DE CLASES. LOS AVENTUREROS Y VOLUNTARISTAS PUEDEN ARRIESGARSE AL TODO O NADA; LOS REVOLUCIONARIOS Y COMUNISTAS NO PUEDEN DARSE TAL LUJO.
Durante la sesión del miércoles 19 en Ciencias, la tristemente célebre Red de Estudiantes Universitarios se presentó con un grupo de porros conformado por el equipo de Americano “Pumas”, provocaron y golpearon a os Huelguistas presentes, finalmente pudieron ser expulsados. Los medios manejaron esto como una agresión de los “ultras” a los “moderados”. La reacción del movimiento no debe ser la que el Estado espera: la cerrazón analítica y la inflexibilidad política.
Grupos y núcleos libertarios de Prepas 1 y 5, CCH sur, Filosofía, Ciencias políticas, Economía, Odontología y Contaduría.
La propuesta de los eméritos:
DEVOLVAMOS A LAS AUTORIDADES EL GOLPE BAJO QUE PRETENDEN DARNOS
LA LUCHA POR REFORMAS PROFUNDAS, COMO EL PRESENTE MOVIMIENTO ESTUDIANTIL, DEBE RENUNCIAR A LA IRREFLEXIBILIDAD, DEBE ENTENDER QUE LOS AVANCES QUE LOGREMOS EN NUESTRA LUCHA CONTRA EL ESTADO, SERÁN POR ETAPAS Y NO DEPENDEN DE NUESTRA VOLUNTAD: LA JUSTEZA DE NUESTRAS DEMANDAS NO NOS VA A CONSTRUIR UNA CORRELACIÓN DE FUERZAS FAVORABLE.
¿QUIENES SOMOS?
L@s libertari@s o anarquistas, luchamos por la desaparición del Capital y del Estado, contra la mentira organizada en todas sus formas; como la de partidos que dicen representar a la comunidad y la atacan y manipulan. Es así que los movimientos como la presente Huelga -con todas sus limitaciones- podrían convertirse en un paso para la construcción de la conciencia y Organización Revolucionaria.
PRDistas ATACAN CON PORROS AL CGH