De niño tan seguro me sentía de tu mano,
que el tan solo perderme por segundos,
me hacía sentir como un velero en tormenta.
Más el tiempo fue pasando
y mi cuerpo fue creciendo,
terminé siendo un adolescente
el cual odiaba el tener que agarrarte de la mano,
por miedo de lo que otras personas pensaran
o que me llamaran niño,
más mi intelecto mucho lo sabia,
un gran sabio me creía,
que tus consejos menospreciaba
pensando que tu nada sabías.
Pasé la etapa de adolescente a adulto,
mis ocupaciones y mi trabajo,
de tu lado me despegaron,
tiempo alguno no tuve para disfrutar de tu compañía,
como aquellos viejos dias que entre cuentos
y pescados veiamos transcurrir el dia.
Ahora soy padre y mucho comprendo lo que tu sentías
el tratar de ser mi amigo eso es lo que tu pedías,
en mi ignorancia e inexperiencia pude haber aprovechado
mucho mas de tu sabiduría y estoy cien por ciento seguro
que en estos aprietos que estoy ahora, no lo estaría,
y a la vida le sonreiría.
Gracias por tus enseñanzas,padre,
que trataré de pasárselas a mis hijos algun día.
(desconzco su autor)