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La imparable libertad
corría conmigo por la ciudad, montando en un par de patines en línea.
Y del amor no recordaba mas que un dolor le jano que ahora sepultab a con
fugáces y amantes descomprometidos.
Eran esos días en que probé mil trabajos, en que recorrí
toda Colombia a pie con la guitarra al hombro El límite era mi propio
cansancio, instalé alarmas, cantaba en los buses ysobre todo besaba
cualquier mujer en la ocasión precisa de un callejón desolado
ou na fiesta aburrida. Interminables noches colgado al diapasón
de la guitarra, pariendo al mundo canciones para amores imaginarios y una
levedad tan sutíl que los primeros años de mi adultez pasáron
imperceptibles entre viajes, cancionesy algunas cervezas
Estudíe música por consejo de mi padre, pues yo recíen
salido del batallón y la memoria nueva otra vez aceptaba como veleta
cualquier aire de viento que me díera dirección. Salí
de esa academia por prejuicios ideológicos y con la amargura de
que los mejores músicos de Colombia no aceptaban a un alumno zurdo,
auque siempre insistí en que tocar guitarra con la zurda era como
afeitarse frente al espejo.
Vagué unos meses hasta que el viento de la voz de mi madre llegó
hasta mis oidos con la propuesta de que estudíara diseño
gráfico
Ahora mi libertad correteaba por los pasillos por donde aprendí
a ilustrar, diseñar y publicitar, encontré lamagia de Picasso,
lalocura de dalí ycasi todavía hoy vivo enamorado entre los
trazos de Cezzane.
Fué así como en ese decuido de vivir la vida descubrí
una tarde entre la gente del salón una mujer de risos y ojos azules
e inquietos que miraban a todas partes sin detallar en nada especifico
(aún es así). Tenía boca pequeña y cruzaba
su pierna de una forma coqueta queya no se vé entre las mujeres
de nuestros que creen que la liberación es parecerse al los hombres
y devaluar el recato. Aún así mi mirada tampoco se detuvo
y seguí explorando el mundo de las líneas y el color con
una soledad que ya no dolía.
Tardes y noches completas transcurríeron con su compañía
cercana, mi muralla inmune al amor apenas si se dió cuenta de su
sonrisa que nentre dientes pequeños simepre estuvo conmigo.
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