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Pie de foto 57.

debemos decirles que hoy nos doleria mil veces mas que entonces tener que terminar convenciéndonos que nos equivocamos respecto a Uds. como nos equivocamos respecto a los dirigentes del 14 de Junio. 

- Yo no diría que mi frustración, sino más bien la frustración de una heroica ilusión que inflamos, como inflan los niños esas pompas de jabón con un tallito de lechoza, sólo que nosotros, casi todos los que vivimos y, en una u otra forma, protagonizamos aquellos acontecimientos, inflamos esa ilusión no con simple aliento, sino con sangre y sacrificios y desmedido amor. Pero, a fin de cuentas resultó una ilusión, y las ilusiones casi siempre se desvanecen lo mismo que las pompas de jabón en el viento. La nuestra se desvaneció en ese Viento Frío que arrastró el olor de los cadáveres, el vaho de la pólvora, el eco de los disparos, los sollozos de los dolientes, y volvió a disipar la bruma que cubrió los cristales, agitó las ramas y las banderas, esparció de nuevos los perfumes y las canciones, jugueteó en los cabellos de las muchachas y quizás si hasta una lágrima nuestra se llevó también. Entonces, no nos quedó más que mirar las cosas como eran nuevamente. Yo quise cantar ese proceso. Esa crisis espiritual o emotiva. No niego que en el plano de la ciencia política yo hubiera encontrado (y quién niega que la encontraré) alguna explicación para todo esto, pero cualquier frío razonamiento no lograría desvanecer aquel Viento Frío que a muchos nos abatió, mas que en la piel, en el corazón. A otros, lamentablemente, los hizo extraviarse definitivamente. De todos modos, ¿por qué no dejar constancia de que en este país, después de una ardiente y combativa ilusión, advino un Viento Frío?

Continuación entrevista...
Segunda pregunta:

¿Que importancia tiene para ti este recuerdo retrospectivo? ¿Quizás una autocrítica como artista?
- Creo que es condición de serios el asumir una seria posición autocrítica al analizar actitudes pasadas. Viendo ahora las cosas más claramente con la ayuda de esa perspectiva que nos ofrece el discurrir del tiempo, puedo admitir que mi libro pudo ser algo más redondo, más amplio. Realmente en un artista la herencia pequeño burguesa puede adquirir a veces condiciones traumatizantes. Eso obró sus consecuencias en mi cuando me encerré en una serie de incidencias y reacciones personales y hasta en un paisaje personal, para narrar más poemas. Creo, como ha dicho un joven crítico en un libro reciente, que pude haber dicho no sólo mi verdad y la de mucha gente como yo, sino la verdad de mucha gente más. Y como la misión de un artista es decir a su manera, la verdad, debe por tanto decir, a su manera, la verdad de todo el mundo. Cumplida sinceramente esta salvedad que le debía al público , puedo declarar que, por lo demás me siento tranquilo (aunque no del todo satisfecho) con El Viento Frío.

Tercera pregunta:
En el poema titulado "EN LA CIUDAD" y que dice:

El hombre se ajusta el sombrero
y camina mirando las ventanas
La mujer levanta la nariz
y el viento marca sus pechos
bajo el traje
Alguna gente entra en las cafeterías
los amantes piden sandwiches
y café
y encienden cigarrillos
luego se van hacia las oficinas.

¿Deseabas o aún deseas decir que todo volvió aparentemente a su sitio?: las gentes y las cosas.
-Lo que de ningún modo volvió a su lugar fue nuestra conciencia. Esa ascendió a un punto de dignidad y de amor, de compromiso y decencia, que ninguna circunstancia se permitirá burlar a menos que no asumamos la lamentable y dolorosa responsabilidad de avergonzarnos. Son muchos los que traicionarán gozosamente aquello por lo que murieron tantos tan resueltamente. La guerra no se olvida. Aunque aparentemente todo volvió a su lugar.

Cuarta pregunta:
La pregunta siguiente te parecerá sin sentido pero te la voy a hacer: Hay veces que creo que en El Viento Frío todo fue planeado, en base a la sustancia temática del libro, en el caso específico de la portada del libro, a mi juicio es un símbolo de la alienación intelectual: la clásica taza de café y la esquina ¿qué hay de cierto en mis afirmaciones?
- Si, si, no hay duda. Lo que quise decir procuré decirlo de un modo que no dejara sospechas, que no dejara nada a la imaginación de nadie; por eso incluso el lenguaje que utilizo es lo suficientemente llano como para no enredar al más ingenuo. La taza de café, la esquina del Conde, las largas conversaciones de ambicioso corte intelectual, todo eso sucedía mientras sentíamos pasar por nuestro corazón el Viento Frío. Muchas veces, al bajar de mi oficina, traía ya algunos poemas escritos, o por el contrario, dejaba la taza de café y a los amigos y me marchaba a escribir.

Quinta pregunta:
Una vez expresaste que "lo malo de la gente que escribe es que cuando se da cuenta en realidad de lo que ha hecho ya está publicado", ¿te atreverías a renegar de esa obra que fue reflejo político y anímico de uno de los tiempos de nuestra historia?
- Que bueno que me hayas hecho esa pregunta!. Recuerdo que hablamos de eso un domingo por la mañana, en una cafetería, por cierto. Pues mira, yo sigo creyendo lo mismo. Eso es una verdad en muchos sentidos:por ejemplo, yo estoy ahora menos disgustado de El Viento Frío que cuando terminé de escribirlo; andando el tiempo me he dado cuenta de su veracidad, del valor de su testimonio. Por otro lado puedo decir también, como te dije ahorita, que el libro pudo haber abarcado mucho más. Pero por lo que yo te decía esas palabras aquel domingo, era bien diferente de todo esto: resulta que yo me exijo mucho como escritor y como hombre. Me parece que así como uno, escribiendo o actuando, puede hacer mucho bien, también puede hacer mucho mal, apresado entre esas dos posibilidades, por un momento me ví inclinado a creer que mi libro reflejaba verdades que podían hacer daño. Mucha gente escribía otra cosa, decía otra cosa en un tono muy diferente, y yo llegué a pensar que entonces, al haberme limitado a contar esas verdades estaba dando carta pública a cosas que no eran convenientes. Pero cuando uno trata de adelantarse al pensamiento de los demás, resulta sumamente subjetivo. La gente apreció mi libro más correctamente que yo, y que sucede que al cabo de tres años hoy se habla e incluso puedo decirte que se lee El Viento Frio más que cuando lo publiqué. Ahora bien, jamás renegué de El Viento Frío, simplemente que le consideré propiedades peligrosas.

Sexta pregunta:
En las entrevistas de corte tradicional esta pregunta, la que ahora te haré, siempre se hace al comienzo:
Creo que lograste con El Viento Frío, plasmar - como te dije antes- el desánimo político y anímico de un momento de nuestra historia ¿fue ese en realidad tu propósito o te propusiste lograr otra cosa?
-Parece que yo sabía eso de que esta pregunta se hace casi siempre al comenzar, porque creo que justamente al comenzar dije todo lo que puede dar contestación a la que acabas de hacerme. En efecto, ese fue mi propósito.

Septima pregunta:
¿Qué relación a nivel de temáticas ves tú en la obra de Rafael Vazquez, "ESTAMOS DE ACUERDO SI SEÑOR" y en 'LA FABULA DE LOS CINCO CAMINANTES" De Iván García y tu obra "EL VIENTO FRIO"?
- Tanto Iván como Rafael fueron tristes respiradores del Viento Frío. A Iván le alborotó su cabello rubio, a Rafael le acarició su rostro hoyado. A los dos, igual que a mi, les heló el corazón. Ahora bien, a la hora de escribir, cada quien pone los dedos a su manera sobre las teclas y dice las cosas a su modo. Iván y Rafael fundamentalmente escriben teatro. Iván se las imagina para guiar su escepticismo por un camino equidistante entre la rebeldía y la derrota. Rafael abre una senda entre el humor y la amargura. Iván termina gritando y desplomándose ruidosamente. Rafael abre una tremenda interrogación y se cruza de brazos. Los dos, trepan por los muros del absurdo. Yo, sólo inadvertidamente puede ser que me recueste a esas piedras. No obstante los tres tenemos muchas cosas en común, además de la amistad. De manera que es facilmente explicable que los tres hayamos trabajado en un mismo instante con las mismas esencias de la misma gente. Solo que cada cual escribió lo suyo, a su modo, Por lo demás puedo decirte que no sólo en este caso, sino casi siempre arrancamos de un mismo punto con la misma intención de decir verdades. Ahora digo yo: ojalá haber logrado en poesía con El Viento Frío, lo que lograron Iván y Rafael con sus obras, en Teatro.

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